había estado ausente durante
en días, corrió inmediatamente a sus
ingiendo ayudar a la empleada. En realidad, no había nada que hacer. Solo me quedé allí, lav
leada
ed, ¿sabe? -dijo en voz baja-. Llama todos lo
ausa y lue
re le tiene tan
tía como si estuviera mar
rnos. Damián había hecho una llamada, y Alejandro, m
da de toda la vida, una mujer amable que habí
sabotearon la bo
rado, sup
é no me
una sonrisa cruel jugando en sus lab
a mí no me importa nada -se ha
ría. Damián conocía mis debilidades, mis apegos. Siempre podía en
cocina, sosteniendo a Camila en sus brazos. Me mir
ompuse, forzando u
cuidadosamente neutral-. Solo estaba a
mi mejilla. Su voz, un murmullo bajo
celosa
después de estar fuera por días, después de que nu
era, vi a Damián salir del baño, tararean
e-. Tú y Brenda pueden est
de ta
e verdad amo -continué, mi voz inquebranta
ecieron. Su gran mano se disparó, agarrando mi brazo, su rostro una

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