Instalar App
Historia

Capítulo 5

Palabras:1138    |    Actualizado en: 17/12/2025

ta de Floren

lico. La iluminación era tenue, estratégicamente colocada para ocultar los rostros. Mi corazón latía con fuerza, un tamborileo

funda y tranquila desde las

ada. -Es un placer. -La respu

u voz sorprendentemente suave, pero directa. N

o lo sabía? -Sí -confesé, mi voz

omo una pregunta, sino como una declarac

dría inventar una historia de deseos fugaces o una necesidad de emoción. Per

lida. -Mi voz se quebró ligeramente-. Mi esposo lo controla todo.

o mordaz, un rechazo disgustado. Pero nunca llegó. En cambio, simplem

, su voz más suave ahora-.

cosas a las que había renunciado. Escuchó. Realmente escuchó. Fue una experie

mesa. Él se puso de pie entonces, y finalmente pude vislumbrar su rostro bajo la luz s

Requiero una acompañante, exclusivamente. Por una duración significativa. Sería c

mblando. La cantidad dentro hizo que mi cabeza diera vueltas. Era cinco veces lo qu

posesividad de Javier, pero esto se sentía diferente. Esto se

dije, mi

y cálida. -Excelente. Espero con an

Las calles de la ciudad se sentían diferentes, más brillantes, llenas de

er. *Estate en casa para el mediodía. Kenia qu

o. Era una sirvienta glorificada, una compradora personal para su verda

pensamiento de su citación, su desprecio casual, solo alimentaba mi des

mis dedos moviéndose l

irado desde lejos. Un vestido en el escaparate me llamó la atención: un verde esmeralda vibrante, fluido y elegante, d

. Te vistes para impresionar, no para pasar desapercibida. ¿Quieres un vestido? Te compraré el mejor, pero yo elijo. -Me compró un vestido

a en alto. -Me gustaría probarme el

alrededor, haciéndome sentir viva, l

manas, desapercibido por Javier. Entré y compré un pastel pequeño y delicado. L

n símbolo de mi alegría robada. Pero cuando levanté el tenedor, una ola de náuseas me

gatos callejeros se acurrucaba bajo un arbusto, sus ojos grandes y hambrientos. Me acerqué, rompí

Esto era libertad. La libertad de elegir, de gasta

a mi nueva y tranquila vida. Vi a una joven, sentada sola en una banca, mirando con nosta

bolsa-. Esto es para usted. No me quedó del

uego se llenaron de lágrimas. -¿Habla

regalo. Se sintió mejor qu

za en mis pasos. El sol se estaba poniendo, pi

ier. Y a su lado, una ambulancia. Y un equipo

io acercarme. Sus ojos, generalmente tan fr

-No esperó una respuesta-. Desnúdate. -Su voz era plana, desp

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY