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Historia
La esposa de zapatos rotos del multimillonario

La esposa de zapatos rotos del multimillonario

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1176    |    Actualizado en: 17/12/2025

eros. Mi mensualidad de dos mil pesos, el precio por la deuda de

ier, un par nuevo, me dijo que

lar. Acababa de donar mil millones de pesos a un ala

je al chat grupal de

mil pesos al mes -escribió una de las

mascota. La humillación fue un golpe físico, y me di cuenta de

de mí se negó a

to anuncio que buscaba, un lugar del que susurr

ba de zapatos. Se t

el botón

ítu

ta de Floren

dejara que el frío que se colaba por el pavimento agrietado me helara los huesos. Pero mi me

as un susurro en el vestíb

o un pálido resplandor azul sobre su mandíbula perfecta.

mi bolso gastado-. Se están de

la piel. -¿Zapatos? Tienes un clóset entero lleno de calzado de diseñador

jillas ardiendo-. Me lastiman los pies, y algunos son demasi

llevan. Si necesitas zapatos nuevos, dile a María que te pida unos. No me molestes c

ulosamente cada centavo que gastaba, a menudo con una mueca apenas disimulada. La última

pendía completamente de él. Cada respiro, cada necesidad, cada mísero consuelo estaba atado a

ndo mi bolso con más fuerza-

do agudo. Sus ojos, generalmente tan fríos, ardieron con

aún más pequeña. -¿Mi esposa, trabajando? ¿Qué diría

os. Podría ayudar a pagarla. -El error paralizante de mi familia, la razón por la q

o el tuyo. -Se acercó, su sombra envolviéndome-. Tu trabajo es ser la señor

lia buscando empleo como una... cualquiera. -Dio otro paso, su rostro a centímetros

irada parpadeó entre nosotros, una sonrisa de complicidad jugando en sus labios. Hizo un

adas de mis zapatos raspando contra el mármol impecable. La gran res

con la calidez estéril del interior. Las luces de la ciudad se desdibujaron a través de las l

rupal del círculo social de Javier,

aba de donar mil millones de pesos al Mu

millones! ¡Qué locura!

a es solo... la esposa

nes. Para Kenia. Mientras yo no po

ecibe dos mil pesos al mes. ¿Pueden

aban comparando con una mascota. Una mascota qu

nido, citando "imagen" y "reputación". Incluso había congelado mis cuentas personales durante un mes cuando intenté trabajar como

. No quería que tuviera nada propio, nada que

vergió en una única y ardiente resolución.

lo que buscaba. Un anuncio discreto, susurrado en voz baja p

de contacto. Era esto. Sin vuel

encia se embarace? Supongo que Javier quiere u

rolaba; me estaba humillando activamente. No solo era tacaño; gasta

acto. Campos Elíseos. Esto ya no se tra

el botón

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