ta de Floren
Desnúdate*. Se me cortó la respiración. Mi mente se tamba
ecir, mi voz ap
stériles batas blancas, se mantuvo rígidamente detrás de él, sus rostros impasible
casa. No lo estabas. Sé que mentiste. Ahora, quiero saber dónde estabas y con quié
buscando una excusa plausible-. Necesitaba despejar mi cabeza.
que tú, mi esposa, simplemente estabas "caminando"? -Entrecerró los ojos-. Vi cómo mirab
-Te pedí que te desnudaras. Ahora. -Sus ojos eran como
os del personal médico, la sonrisa de María, todos eran testigos de mi degrad
cuerpo, a mi propia dignidad. La tela se deslizó hacia abajo, amontonándose alrededor de mis pies. Luego mi fondo, mi ropa
eños cuchillos contra mi piel. La vergüenza, caliente y punzante, me quemaba por dentro.
quién viera. La humillación era absoluta. Era una cosa rota, de pie desnuda e
mbre de rostro severo, se adelantó con
nrisa de María se desvaneció, reem
cia mí, luego recogió mi vestido del suelo. Lo colocó sobre
ustedes. Váyanse. Ahora. -Hizo un gesto al equipo médico y a María-. Y tú
pretada. -Sí, Javier. -Mi
se dio la vuelta y entró
ira, la vergüenza, la profunda sensación de violació
casa vacía, mi teléfono vi
rera siendo registrada por médicos fu
nfermedades de transmisión sexual después
rse para un trabajo. Javier probab
de que Javier le dio otros veinte m
ía enviado ese dinero justo después de que terminé la llamada. Lo sab
la se volvió negra, al igual
mi santuario de soledad. Sa
tuales: 10,2
e la deuda: 20
un faro en la oscuridad sofocante
ueño inquieto, mis sueños llenos de imágenes fug
cintura, su rostro enterrado en mi cabello. Su toque era posesivo, exigente, incluso en
e un sueño medio olvidado. Un nombre que trajo una calidez fuga
brazo se apretó a mi alr
-Su voz era aguda,
erta ahora, y aterrorizada. -Nadie -mentí, mi voz temblan
ra, eran fríos y duros. -¿Un sueño? ¿Un personaje? Llamas a otro h
os clavándose en mi carne. -
ágrimas brotando de mis ojos-. Fue solo un
cama. -Bien. Ten tus secretos. -Su voz estaba mezclada con asc
presionó contra el mío, exigente, contundente. El acto fue rápido, brutal, una cruda afirmación de poder. Me quedé allí, entumec
omento, su respiración pesada. Luego, su

GOOGLE PLAY