img Su Traición, Mi Feroz Revancha  /  Capítulo 8 | 50.00%
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Historia

Capítulo 8

Palabras:1069    |    Actualizado en: Hoy, a las 19:02

e vista

tado vigilando, una sombra silenciosa. Llámalo instinto, llámalo un impulso protector, pero algo en su fragilidad enmascaraba una fuerza feroz, y sabía que estaba en peligro.

lta detrás de nubes espesas. El aire sabía a sal y a fatalidad inminente. Mi entrenamie

a del amanecer, un auto de lujo medio sumergido, tambaleándose sobre las rocas

e algo pálido. Me zambullí, el agua helada un shock para mi sistema. Nad

un halo. Apenas respiraba, su rostro pálido, magullado y marcado con lo que parecían cortes frescos. Sus mano

envolví en una manta térmica, comenzando la reanimación cardiopulmonar, deseando que volviera a

nas audible, antes de volve

ria, Belén. Había escuchado los rumores, los susurros de la caída pública de Eliana

rina privado era más que un simple negocio; era un santuario. Para barcos rotos y, a veces, para personas rotas. Mis sum

espíritu se negaba a rendirse. Pasaron días hasta que la fiebre cedió, hasta que recuperó algo de fuerza. Le di caldo, le cambié los vendajes, un centinela silencioso a su lad

el horizonte, pintando el cielo con tonos

firme, encontrándose con la mí

liana -respondí, mi voz ba

una expresión contem

desprovistas de inflexión, una cruda declaración de hechos-. M

te y justiciera. Pero mantuve mi expresión neutral

ndo de sus labios-. Belén. Ella orquestó el secuestro,

n del mar. Era una historia de traición, de cru

se-. Mi carrera, mi reputación, mi bebé... -Su

la resiliencia, era impresionante. Pero incluso

viéndome para mirarla-. Perdiste lo que no valí

nuevo en sus ojos: esperanz

é, Cruz? ¿Qu

da firme-. Te fortale

escar, a remendar redes, a navegar las aguas agitadas alrededor de mi isla. Sus manos, antes delicadas, se volvieron callosas y fu

primera plana gritaba el nombre de Bruno Cohen. Una foto borrosa de él, demacrado y desaliñado, junto a un

eriódico y luego lo arrojó

plana-. Tratando de salvar su imagen. No l

angustiado -ofrecí,

bur

al, el que me da la mitad de todo. O tal vez su amada Belén está resultando ser más problemática d

aba a la esperanza se había ido, reemplazada por alguien más frío, más fuerte,

regunté, mi voz traiciona

, una leve sonrisa j

oluto. Y luego... justicia. -Sus ojos, antes atormenta

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