img Cassiopeía Orwell y la piedra filosofal  /  Capítulo 3 01. La princesa del mundo mágico y el niño que vivió | 23.08%
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Historia

Capítulo 3 01. La princesa del mundo mágico y el niño que vivió

Palabras:4720    |    Actualizado en: 13/07/2021

ar canon aprobado por J. K. Rowling, fue creado por mí y es de mi completa invención. Así qu

les permito disfru

ás difícil, este deseo fue por completo ignorado. Ya que, como era algo normal en Albus Dumbledore, este había decidido ignorar por completo su petición a Merlín y le había dado como regalo de bienvenida a su casa de la calle La Hilandera, ubicada en el condado de Cokeworth; fue una bebé. Aunque, está no era cualquier bebé, era nada más y nada menos que la única hija de Cygnus Slytherin y Perseus Orwell-Drakonis, sus amigos, que terminaron teniendo el mismo destino que los Potter, morir a manos de Lord Voldemort. Esto fue un duro golpe tanto para él —que no podía creer que sus a

s veces escuchaba cotilleos de Lucius Malfoy, que se había convertido en su nuevo amigo; pero estos eran muy escasos y esporádicos, con casi una ínfima información. Y en otras ocasiones, recibía pequeños fragmentos de información por parte de Narcissa Malfoy, que era prima con sanguínea de Regulus y solía mantener u

e costaba más galeones de los que él podía llegar a permitirse—, p

vía red-Flu con usted, ¿acepta la comunicación? —le preguntó una bruja, de cabellos castaños y lente

la ac

eía se llevará el tapón de un vial de una poción a la boca—. No hagas eso

ierta de saliva hacia la mejilla izquierda del joven de los ojos negros ó

Snape mirando a una persona con algo similar al cariño—dijo Regulu

la boc

? Mis horarios en Hogwarts son demasiado demandantes, tengo que encargarme de educar a treinta mocosos ajenos o más, por curso y además, no puedo llevar una niña de un año y medio entre ingredientes peligroso

ageres

uctuoso intento por convencerle, con su encanto marca Black—. Cuidar de un bebé no es tan com

servaba con esos ojos azules eléctricos, tan similares a los de su padre, Perseus. Cerró sus ojos por unos segundos, intentando aclarar sus ideas, pero sin dejar de pensar que hacerse responsable de

omprometo a hace

de triunfo; aunque él se encargaría de romper sus ilusiones con rapidez—. Pero, si alguna vez la chi

as manos, no dudaré ni un segundo en regresar y ayudarte a mantenerla en la senda correcta —r

e Severus, que intentaba apartar la dirección de las manos babeadas de la niña—. Cassiope

e ya no pudo soportarlo más y fue en ese instante, que dejó salir una fuerte carcajada; que resonó por la

a casa, avisándole que alguien estaba cerca de las inmediacion

versación más tarde—dijo Severus, mientras ponía a la be

a cabra—respondió Regulus, para ipso fac

un brazo, mientras que dentro de la manga de su túnica, t

ensar que podría tratarse de la poción multijugos, así que antes de que el supuesto Dumbledore coloca

sostenía fuertemente a la bebé contra su pech

r obtener su indulgencia? —preguntó Severus, repasando mentalmente todos los en

el anciano director de Hogwarts pretendía hacer, provocando que el joven pocionista activará sus barreras de Oclumante, impidiéndole así

ily Potter, yo accedí a hacerlo. Siempre y

zos igual que las brazas volcánicas—. Veo que la señorita Orwell y tú se lleva

so de lo que deseabas hablarme, ¿no es así? Te he llegado a conoce

mirando al anciano con toda la suspica

tratar fueron los lugares donde vivirían de ahora en adelante Harry y Cassiopeía. Al principio el Ministro creyó que la niña esta

omo si estuvieran charl

le hizo saber rápi

AS PERDIDO LA CAB

uy acostumbrada a los gritos de un adulto, se echó a llo

puchero, que podría hacer derretir hasta el corazón más endurecido de todo el mundo mágico. Claramente, esto no le paso por alto a Dumbledore, q

cargo de los Malfoy y que tú debías ser quién cuidará de ella, así que tengo que felicitarte, Severus; eres el nuevo tutor mágico legal de

ue que p

ran nombrado el responsable de la niña—. Ellos nunca me dijeron nada, solamente me pidieron que fuera su padrino junto a Regulus; jamás creí que me t

tado, no podía creer que sus amigos le tuvieran tanta confianza, menos después de

—dijo Dumbledore, con una mirada que se podía asemejar bastante al cariño; cosa que desc

el gran asombro de Severus, la niña miro al anciano director de Hogwarts con un desagrado inconforme a su tempr

niña al instante; mientras que esta seguía

e su padre, aunque creo que eso no sería para nada extraño, t

un pequeño oso de felpa, que levito hasta las manos de Cass

tener un doble apellido en el mundo mágico era solamente para aumentar su ego y como era de esperarse, Perseus siempre le decía lo mismo: «Draco dormiens nunquam titillandus», que básicamente significa: «Nunca le hagas cosquillas a un dragón cuando esté dormido». El imprude

vine a decirte esto y también, que cada mes vendrá una enc

ocionista. ¿Es que acaso hasta en su propia casa creía que iba a poder dar órdenes? Sabía que estás eran las consecuencias

es, profesor

el lumbral de la puerta, sintió como toda la tensión que parecía estar

o bastante tierno y burlón en dirección a la puerta. Provocando que Severus hiciera algo que nunca creyó v

a y su cara redondamente aplastada, muy similar a la de un sapo. Según lo poco que le había soltado la desagradable y rosada mujer, era enviada por el mismísimo Cornelius Fudge—sinceramente, Seve

n su juego, sabía que todo esto era por la apelación ante el Tribunal de Custodias de Niños Mágicos Británicos e Irlandeses (abreviado como el TCNMBI), que hicieron Lucius y Narcissa Malfoy por causa del testamento de Cygnus y Perseus, que les prohibían todo contacto con Cassiopeía. Lo que hizo que los Malfoy se pusieran cuál basiliscos enfurecidos. Ya que, la niña no tendría por qué haber

ico de la bebé era Severus Snape; como era algo bastante anormal, Lucius fue a quejarse directamente a Cornelius Fudge. Que así mismo, fue a llevarle la respectiva queja a Albus Dumbledore; que se presentó en su casa, para informarle de todo esto y también, para decirle que los Malfoy presentaron una petición formal de custodia mágica sobre Cassiopeía ante el TCNMBI. Su alegato, era que Severus no estaba en óptimas condiciones de ser el tutor

te como profesor de Pociones

algo negativo en su informe, añadiéndole esa voz

ateria Pociones, en el colegi

esa mujer, todo eso causado por la furia y la indignación que

de una bebé de un año de edad, ya que no dispone del tiempo necesario como para ocuparse de ella y de sus necesidades principales; durante las veinticuatro horas del día". Creo, señor Sn

ogwarts, hasta que pueda ingresa

riunfal del rostro, de una forma automática—. De hecho, ayer he vis

una fina línea, que dejaba v

o; había caído en las garras de él, un impuro sangre mezclada, y ex seguidor del que-no-debe-ser-nombrado. Esto era como una afrenta política, era como si tanto Cygnus como

Regulus, para gran disgusto de Dumbledore, según Walburga Black, que también decía que no podría echarle las manos encima a los abundantes galeones

encuentra en perfecto estado, aunque eso no quiere decir que yo

do, abrir la puerta de su casa y desap

la niña no podía conciliar el sueño sin que él le diera su mano, para que la sostuviera. Severus cerró momentáneamente los ojos, dejando que la paz y la quietud le inundarán... aunque, como casi todo en su vida, esto duro poco; porque el sonido de la puerta siendo golpeada le sacó de sus cinco segundos de calma. Se puso de pie, gruñendo y maldiciendo en su interior,

apucha con delicadeza —. Se que no debí haber venido,

sta la decisión del tribunal

daba su varita dentro de la manga de su túnica—. P

media sonrisa dirigida hacia él. Aunque, a Severus no le paso por alto que arrugó la nariz. Como si todo lo q

puedes esperarme aquí —dijo Severus,

que si,

dedor, con cierta cautela; mientras retorcía

ntró, está tenía su dedo pulgar metido en la boca y también, tenía las mejillas tiernamente sonrosadas. El joven pocionista la observó, sintiendo que la ternura le

estarle la luz que entraba por la ventana, que daba a la

esfuerzos fueron en vano, porque Cassiopeía le miraba por entre los barrotes de su cuna; mientras se sujetaba de es

na dificultad propia de s

ante exige

ba la libertad de dirigir sus manos hacia la melena suelta del joven —. Hay una p

do una extraña y tierna expresión, q

s, no pudiendo contener la sonrisa que se plas

regordetas y sonrosadas piernitas, mostrando

apoyaba su cabeza en su hombro, babeando su túnica en el proceso. Aun

r mal disimulado. Pero, está expresión cambió, al ver a la bebé entre sus brazos; provocando que una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla. Y lo que pasó después de eso, lo sorprendió muchísimo más; porque Cassiopeí

la viera, Severus; no tienes idea de lo mucho que desee que esto ocurriera. Sabes, he tenido un hijo, su nombre es Draco y tiene la misma edad que est

podría con

a; así que no daría su brazo a torcer por ahora. Pero, como buen ex Slytherin que era, supo sacarle provecho a la

izando la proposición que el joven pocionista había hecho. Mientras tanto, Severus realmente esperaba que la respuesta de la rubia fuera razonable, porque la

yo me encarga

—. Pero, tú me debes prometer una cosa. Que

mienza a tomar sus propias decisiones, eso ya no será mi respons

endosé magistralmen

ven pocionista, se distrajeron cuando la pequeña dio un

ontrándose con un bebé, que también se pasaría los siguientes meses siendo pellizcado por su malcriado primo Duddley. No tenía ni la más remota idea de tres cosas: 1) Era el bebé más famoso del mundo mágico, 2) muchos ma

guno de los dos

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