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Historia

Capítulo 7 Gambiarra

Palabras:2114    |    Actualizado en: 26/01/2022

. Venecia, Territori

e su buen amigo Malcom, segundo de los Flabiano, la noche

ras de color crema, y grandes ventanales con filtro, que dejaban pasar toda la claridad

de la reproducción de miembros menores con estos seres, pero que aún podían servir a la familia. Ellos eran Flabia

os los clanes, pero cada q

mbién su gran defecto: ellos no abrazaban a nadie que no formara parte de la familia, no

ca de la quinta generación andaba por ahí, en alguna parte del mundo, llevando

ste se detuvo y tocó la puerta de la oficina de Malcom, qu

estado de las cosechas, del terreno, y de los no muertos, Malcom n

presencia en la Ciudad Neutral. En un lapso no mayor a

rio, con una expresión cansada, cosa

ia, Malcom —comentó curioso Tomsk, y el rubio arrugó la e

ó la queja el rubio—. No obstante… el condenado tiene ben ojo para

nando prestigio a la fam

e en la silla. Colocó los codos sobre la tabla del escrit

cuidándose solo allá afuera, y los dos sabemos que eso no tuvo que habe

las cosas, algo, alguien, que haga qu

, en señal de entendimiento; se espaldeó en la silla

llamaste. Quieres a B

efímera paz no es más que una venda

muy doble sentido, por lo

a estabilidad? No me pare

co he dicho que el conflicto venga desde fuera, ni siqu

oca, y se sentó de

o de dentro? —i

, ni negó; tan solo s

mo las imaginas, Tom

bras y, para sus adentros, alabó a Malcom Edevane por dejarlo sin tene

eres de Blaise? —Se

. Nuestras familias han estado unidas por siglos de

rdió en el techo, y en los libreros de ma

tortura, Malcom. No puedo darte a mi único hijo

om n

s secu

o lo que le lances, pero… yo no soy así, Malcom. Ya debes saberlo. Necesito un buen motivo

en Malcom en forma de una adv

dado la gana durante toda su vida, por una vez,

uras. —Miró a Tomsk directo a los ojos, y continuó—: Pero quiero

razón por la que Malcom Edevane, a sabiendas del Kétnemü que unía a sus hijos, solicitaría q

s, dejó a Lord Kyburg vislumbra

naría a Luke —mencion

ía que nada malo le

l juego p

esencia, el ba

Tomsk—. Así será en

6 d.G. Ciudad N

sus más importantes socios le había insistido mucho para que viniera a este lugar hoy,

n repartidos por acá y por allá. Era un gran evento, con un personal de seguridad a la altura; aun

ubio ya estaba más que acostumbrado, guiándolos hacia el personal de protocolo que controlaba las listas. Denisse usaba un vestido ceñido al cuerpo, por encim

, por favor —pidió el v

egó, y miró por encima de su hombro a un Blaise que permanecía abso

có el mirar en el

er afuera. Garantizaremos

o, este era un protocolo un

eguntó Blaise con un tono señorial y serio, im

e n

ndo sea momento

e la celeridad vampírica. Los Kyburg tenían la particularidad de ser de los va

eguntó Denisse,

ro preciso. Hoy exudaba contentura, galantería y felicidad. Después de todo, esto también funcionaba como una prese

cia baja, apenas se escuchaba para los oídos humanos, por todas l

metido, y llegaron a una mesa redonda, compartida con, no era para menos, la cabeza de la celebración, un señor que ya ronda

ó Luke al dueño de la fiesta—. Señores y

levantó, como gesto de

hoy trae compañía. Algo bastante raro vi

e esas que solo usaba para los temas de

un placer para mí presentarla hoy a

reve reverencia, y

ñores. Mi nombre es Denisse Edevane

a, porque eso, y las similitudes físicas, confirmaban sus pensamientos sobre la consanguineidad de los recién llegados. Sin

o agradecía. Los dos se sentaron y, tras el resto de las prese

los que se usaban en los ciborgs y humanos modificados. Luke y él tenían un convenio a través de una de las compañías del rubio, que se dedicaba, entre o

egligencia en el cumplimiento de sus responsabilidades. La meta de Luke era darles más que una simple inteligencia superfi

o, señor Edevane. Fue una grata sorpresa para mí saber que, por fin

voz de hombre de negocios súper educado que, si bien no

odelos han ido muy bien, p

uminó, y el resto de hombres

y miró hacia el techo, Denisse lo siguió solo un segundo después. De repente, las pa

salón, un brillo fuerte p

aos se

isada para resolver un problema, uti

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