ítu
a Sorte desde el descubrimiento del cuerpo mutilado. Incluso asistía a misa los domingos solo para complacerla. El detective Pierre del CICPC los interrogó de forma inquisidora, sobr
sistema deprimente de autodestrucción… No… No era su culpa lo que había pasado en la montaña Sorte, ni la muerte por negligencia durante el exorcismo de Francis. Tampoco fue su culpa el suicidio de mam
la parroquia, la torturaban. Jonathan no asistía por voluntad a la iglesia desde que el sacerdote Claudio fue apresado por el asesinato imprudente de su hermana. Un sentimiento de rechazo a lo religioso había nacido en s
orque su hermana murió por deshidratación y desnutrición… Los recuerdos enterrados de la montaña Sorte regresaban a él cuando miraba el suvenir que Ana conservó de su encuentro con la muer
a relación… El furor del amor se extinguió y se sintió triste por perder lo único que de verdad le daba sentido a sus días. Y de esa fo
e ocurría, porque las pastillas que su novia tomaba no mejoraron su humor ni sus pesadillas. A principios de septiembre, Ana rompió la relación cuando él tomó la estatuilla de madera y la
ro negro unas cejas pobladas y grises escondían unos oj
olgando del cuello y un maletín de cuero muy pesado. No le gustaba el tono arrogante en la voz de los hombres d
onformada por casas de bloques y techos de zinc, durante los días de mucho calor aquella zona era lo más
señora Marcano parecía muy preocu
tranquilo. Ana era la única hija de una madre soltera, era una casa pequeña pero cómoda. Los tres se sentaron en una mesa pequeña con un floral marchito en el c
ella? —Pregu
duerme, no come y no bebe agua… Quería llevarla con un doctor, pero no qui
un doctor—susurró Jon
n momento un síntoma de repulsión apareció en su laringe, pero resultó inverosímil ante una presencia mayor en la plenitu
ver cóm
itación de su pérdida y estuvo a punto de arrollar al anciano con una embestida, se fue calmando con cada respiración, le resultaba insufrible pensar… Aquellas emociones negativas no eran propias de su personalidad. Se asomó por la puerta de la habitación… Lo que vio lo dejo horrorizado. Ana tenía las mejillas hundidas y lo
parecía afligirse y la presencia del sacerdote la mantenía en tensión, como un animal preparado para escapar ante su depredador… Los dientes de la joven crujían, los ma
Nunca había visto una madera tan dorada y brillante, era un detalle difícil de notar… pero el torbellino rítmico de aquella reliquia lo ponía nervioso, ya no sentía las llamas de la rabia,
ando Fernando volvió a formular la pregunta, rompió a llorar con una voz poderosa… Fernando tocó
s qué
puntar las cejas con cualquier insinuación. El hombre repitió la primera pregunta y Ana se puso a gritar y a maldecir… Luego soltó una risa gutural, baja… El sacerd
de Ana estaba en la cocina preparando
la montaña Sorte—sus ojos se desviaron a la esta
dó en gran manera a Ana—. Ella presenta los síntomas de
—… No… No creo que esté poseída por un demonio. E
statua de madera en sus manos con los labios
a dispuesto a regresar a aquella montaña del diablo. Asintió débilmente y Fernando guardó la estatua en su maletín ante un estallido encolerizado de la j
si ocurre algo inesperado
is descascarillado, estacionado a pocas casas. La puerta del Mercedes no abría por afuera, así que tuvo que esperar a que
onathan, afilando cada palabra. Así como con Ana, siempr
la montaña era sencillo, porque era visible desde aquella calle. El hombre manejó en silencio,
en Dios por decisión propia. He decidido ser
que le pasó
ría salvarla del pesar que le arrebató a su mejor amiga—… ¿Por qué Dios permitiría que una niña muera y una famili
era blanco como el casabe—... Él deja que pasen cosas, para que puedan pasar otras… No
se lamió
ede salvar
negó con
iera Dios, puede salvar a los hombres de ellos mi
, rumores, tragedias, experiencias. Al menos, cada persona del pueblo había experimentado alguna anoma
a los malvados y ricos en un infierno horroroso, y a los pobres y humildes concederles un paraís
radio Jirajara 97.7 FM y el sonido lejano de un arpa resonó en la carcacha metálica. Vitico Castillo cantó a
iado con los años. Al mediodía debía pasar por su salón a recogerla e irnos a casa… Un día se me fue la hora jugando
i falta. Mi hermana Sara nunca apareció, pero sus órganos seguro fueron usados en ritua
Cada vez que intento salvar a una persona de una posesión… supongo que sigo tr
a quebrada… Tenía un mal presentimiento. La música se fue distorsionando a medida que se acercaban a la montaña Sorte… Hasta que la voz potente del cantante llanero se convirtió en un zumbido estático. Pareci
usitó Fernando—… ¿Entonces tú crees en
ó de hombros, con
ualquier criatura podría existir en el mar o en otro planeta como… Europa, una de las
imiento... ¿Qué nos hace creer en Dios? Bien podrías entregar tu vida a Dios y si
cía mucho calor y los puripuri los molestaban… Eran alrededor de las cuatro de la tarde, así que solo les quedaban unas tres horas para el anochecer. Perderse en la montaña era muy fácil, con la espesa vegetación, que la lluvia inclemente hizo prosperar de mayo a septiembre. Para su sorpresa, el sacerdote Fernando se adentró con rapidez en la montaña, pese a su
ntraron a M
. Tenía las piernas cubiertas de pequeñas espinas, rasguños y picaduras. En sus oídos no deja
el grueso matorral, recordando el lugar. Desde la última vez que estuvo allí, la vegetación había crecido en gran medida. Le
bre, mientras le seguía el paso, pegado a su espalda—. Culto, en el que se mezclan rito
siempre relacionada con la magia del agua, el trueno, perfumes, bosques y montañas. También repr
aire maldito. Arrugó la nariz al regresar a ese lugar, de inmediato; se sintió mareado y famélico. Debía tener una fiebre
traron al hombre mutilado no haya crecid
a formulando una explicación escéptica cuando u
s un sacerdo
asándose una mano env
r un experto de alto nivel… y hace poco regresé al país a investigar la mo
a mi hermana no la mató
ó bien sus palabras
Ana Marcano tenga un trastorno mental curable… y me aseguraré de que no maltrate su cuerpo durante el exorcismo; q
rajo aquí solo
nó un poco y su s
ue son lo
s, seguía bastante disgustado
oy a sa
lo. Mientras hablaba, miraba de hito en hito a los matorrales, buscando indicios—. Jesús tenía potestad para expulsar demonios y le confirió este
anaranjado se estaba ocultando
l es
entre los matorrales con la vis
arisma? —Pregunt
sonrió d
iente para mover monta
s. El suelo húmedo estaba resbaloso y los tentáculos de niebla se retorcían en las copas de los árboles centinelas. Dad
culto de la mon
fatigado en aquella montaña. Contrario, Jonathan dejó de sentir el malestar; le costaba un poco
ntusiasmo
y dura y se tambaleó—… Quiero salvar a Ana de su enf
eció unos diez años—… Pues, es una creencia q
l anciano giró la cabeza como si escuchara un sonido desconocido—… Pero es en la montaña del Sorte, en Yaracuy,
. Purificaciones y despojos para aquellos que hacen brujería. En los portales, la gente observa cuando un creyente es poseído por uno de los espí
s extrañas en el pueblo, todos los años… en estas fechas—le quitó la tierra húmeda a la pie
siguieron encontrando huesos robados… mientras escuchaban como el ruido de
gió un fémur, una tibia y un pedazo de cráneo. Jonathan también portaba
Las de ellas, las cuido cada vez que puedo… no soportaría saber que sus restos son usados para actos crueles. Se roban el má
ro de conocimiento… La magia puede ser atractiva para las personas, pero para Dios, son solo tentaciones del diablo que imitan su poder. Demonios, que se disfrazan de santos para atraer almas. Es aborrecible, presus creencias... ¿
la m
l cauce crecido había derribado varios árboles, los troncos podridos se apilaban en un pequeño dique, obstruyendo el flujo de hojas y desperdicios en un cú
n el arroyo negro y volteó el cuerpo de un niño degollado. Fernando soltó un avemaría y a
a nariz y el olor delirante lo
lo negro y deshizo la costura en un parpadeo. El recuerdo de los sapos de boca cocida, que encontró su hermana hace nueve años; lo golpeó de forma dolorosa... Lo había olvidado… El h
ano izquierda cubie
ño muerto—siguió hurgando en la garganta