img Ella no supo ser Julieta  /  Capítulo 2 2. La noche estrellada de Eliot | 8.33%
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Historia

Capítulo 2 2. La noche estrellada de Eliot

Palabras:1849    |    Actualizado en: 25/03/2022

asó el dorso de su mano por su frente para quita

avar sus manos y los pinc

guardando las cosas en su mochila mientras sus compañeros salían al descanso de veinte mi

por su calva, intentando recordar su nombr

ser la pelirroja que hasta los

, ella se puso de pié, colgándose

ió su atención

ella? —pidió —Es que yo estaré revisando estas pruebas —señaló c

hizo una mueca

ía de los estudiantes preferían pasar los minutos de descanso

la maestra en una esquina, hablando con un alumno y comenzó a caminar a su d

casi idéntica a la original. Por el brillo de los colores, supo que estaba recién hecha,

ot —una voz masculina la sa

hico del día anterior

dijo, atándose un

tió una brocha pequeña para comenzar

tura delgada, era bastante alto y usaba lentes. Su mirada se paseó por su cuerpo, su cara y terminó en sus manos

emplando sus muñecas y las venas que se le marcaban en los braz... —Hey —sa

ueca de "¿Qué?". Eliot se pasó una man

a Van Gogh —pre

ja tipo ¿WTF? Y siguió aplicando pega a su imitación, Mia le avisó a la maestra Hernandez acerca del llamado de

a de pega se secase, en eso, su amiga Bea e

oca con ambas manos al ver la pintu

entras cubría el lienz

n lo que él metía los pinceles en un vaso con agua —pued

al de que se detuviera—. No pondré nada a p

ot! —

ancas en tal caso —se se

s, no chingues —lo miró com

nte, a lo que la chica con mechas am

fuiste ayer en la salida? Te busqué y te busqué y no te conseguí —le r

estó simple y pasó el brazo por el cuello

irarlo con los ojos entrecerr

igo de la chica, no, ¿por qué aún ella lo quería como su mejor amigo? Ella lo adoraba, por supuesto,

perarás? —le h

unos metros de la puerta del salón, vieron

entó —les avisó un

ndaria público, que todos hacían lo qu

ar a los de noveno —avisó Bea

r al salón de música apenas supo

e su bolso de lado para revisar el hor

io la vuelta para i

izó los dedos por sus cinco cuerdas, cuando que las vibracion

uele»

las cuerdas. Se sintió flotar sobre un nubarrón mientras la noción del tiempo se perdía, tocó y tocó sin importar que comenzaba

necen en la tierra aún cuando

dos tuvo la intención de cantarla también, pero el anhelo se disipó al instante por miedo de recordar cosas m

econocido al escribir y tocar esa canción un catorce de febrero en la calle mientras cam

o hizo que dejase a Valeria a un lado. Apoyó su cabeza en el espaldar de la silla

, veintiuno, veintidos... Hasta que su

n de música de nuevo, salió del lugar al ver la hora en su ce

zo de Eliot y se enc

darme con ideas para mi fiesta —comentó

es para eso, Bea —él

o y quiero que mi cumpleaños sea extra fabuloso —a

esivo, así que la ch

Le gustas a Pipper y quiero que no solo la dejes bab

as no me caen

ser acaudaladas, ella también lo era, pero destilaba humildad

labios y sontó una exhalación profunda—. Pero

iot para no ent

que le desagradaban. A última hora pondría una excusa para no ir a ese cumpleaño

cía, y mucho menos cuando aquella pelirroja se sentó

da a su pecho. Su cabello era cobrizo natural, como el de ella... Aproximadamen

an al unísono que le hablara, pero a veces, aunque e

ra? Podrían hasta colocarla en un museo, y

N

que lo hicieras —recostó la

n aunque las dijese él mismo—. No insistas, Bea —carraspeó su garga

o para encararlo—. Ser participe de ciertas notas sube tus c

No me va bien, pero tampoco me sentiría orgulloso de que en la univ

le hizo una seña a la pelirroja de que subiera y ella lo hizo, mirá

ya no tenía

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