img Ella no supo ser Julieta  /  Capítulo 8 8. Trozos de pastel y recuerdos en voz alta | 33.33%
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Historia

Capítulo 8 8. Trozos de pastel y recuerdos en voz alta

Palabras:3431    |    Actualizado en: 25/03/2022

manas

l pastel de su abuela. Cyia untaba merengue a los lados y Mia c

naba sus gripes con guarapos de malojillo, toronjil y gotitas de limón. Quien celebró sus graduaciones del colegio y estuvo con ellas en la primera comunión y la confirmación, esperanzadas de que la viejita no masticara todavía el

lar, mujer

entó la menor, rompiend

dón

zcla blanca y los pasó por la mejill

, agarrando un puñado

on las manos en su cabeza, temiendo de

ión y le pasó seguro a la puerta en

la puerta!

risa, intentó recuperar la calma al sentir que sus ojos comenzaban a lagrimear y su barriga a arder

urdas, no llegó al punto de llorar por la risa, pero sí se divirtió. Ah, Eliot, ambos no mencionaron más nada del accidente de esos

nsistir, obviamente atenta, no fuera a pensar que la mayor había decidi

lo, se encontró fue Eliot echando teque

—emi

ó a la cocina, donde su hermana se encontr

Pa

ndió la mayor, haciend

ebía estar alerta, que a su hermana

el castaño irrumpió en la

sus ojos y luego al cuerpo de Cyia, en señal de que la observaba y

Y

n mes y algo para el cumpleaños de Bea, pero igual me vas a acompañar, ¿verdad? De tod

justo —co

to —la voz de Cyia se hizo presente, pe

apatillas blancas y bajas, el canoso cabello peinado en una sencilla (Pero peculiar) trenza de tres, un collar de piedras blancas adornaba su arrugado cuello, parecía una mujer millonaria de f

—alagó Eliot seg

o rato esperándola, ¿cómo ve? —dijo Mia como piropo

n bonita —conti

—inquirió la cumple

trae tan atontado que hasta

a abrir los regalos —

a. Eliot y Cyia en el mueble grande con Gertrud

agarrando una caja blanca, se

esado —musi

enuina se plasmó en sus labios. Fue sacando por or

z que cocine —le acarició el hombr

hombro del chico por leves segundos—. Mañana

rrar la bolsa de regalo blanca con el estampado de un osit

ba de una caja o algún objeto circular. Al desenvolver el amasijo de papel y contemplar el regalo sobre su regazo, llevó las panos

—Cuestionó l

que invadió el corazón de

ste? —miró a su nieta

puesto

n CD en retroceso junto a la

ué me

nte de lo que su nieta cuestionaba. Sacó a las muñecas una de l

nas muñecas rusas en cad

alleció cuando Mia tenía tan sólo un año de edad, por lo tanto, no recordaba nada. En cambio, Cyia tenía nueve a

rsación al levantarse. Decidió darle su regalo a la ab

tel con orgullo, sintiendose pasiva y alegre al mism

ocar Las Mañanitas bajo la iluminación de las velas y las voces

Gertrudys sopló las velas y la

resentó bajo la melodía de un vals, con sus o

belán esta noche? —preguntó Eliot a la mujer may

os que no bailo con un

freciendole su brazo para guiarla a

l rostro de los cuatro y los ojos brillosos de Gertrudys. Las dos hermanas también bailaban entre trastabillos y risas estruendo

l y Mia y Eliot se fueron a hablar al po

deando la cabeza al sentars

rro— hubiese preferido que pusieras otra condición, pero t

, Potter?

a esa broma, má

ue esa fiesta

taba desde aquel instrumendo con el nombre de Valeria. Eliot se tomó su tiempo par

ss and lless close to me, promisse that you will give

sea, lie to me, lie to me and force me to pl

h a look. Pretend that you correspond to me oh oh

Libra can flow... Lie to me sweetly, tell me that yo

ntre sí freneticamente en me

¡Me encanta!

sa amigable, pero sólo em

oma de manera indirecta. Pero, en el fondo de los anhelos de

pecosa al

ño fingió caren

adable, él rió sin gana

ó la del cabello cobrizo—, ¿Algún c

mintió. Sólo él podía estar tan cautivado por alguien como para componer tal piez

ama la pelíc

n los embustes—. Busqué en google tipo: Cómo se llama

oco su cuello—. Al menos no buscaste el video de una canción y lo pau

mpo, ¿qué te pasaba? —inquirió con gracia

ustaba mucho Jenny River

n sus ojos y agachó la cabeza para que no se notara en su semblante que la c

bía que los ojos son el espejo del alma; se cristalizan por el dolor, se oscurecen por la rabia, se apagan por el cansancio... Se dilatan y brillan cuando ven algo que les g

agador comentario, sus mejillas se encendieron mucho más de lo habitual, el color rosa se notaba a simple vista ba

e Mia y los no muy ocultos por parte de Eli

s minutos—. La última vez vi a tu abuela y a tu

o su rostro con ambas manos—,

palabra —dicho esto, Mia separó dos de sus dedo

causando que sus labios se movieran h

una sonrisa maliciosa, mirá

s cada vez que te pida algo

s y dijo su condición sin

qué cantaste esa c

ondición —

ada vez que te ponga condicion

ción al encoge

n —b

ulieta —dijo él—. Pero la origin

dado y subió los peque

¿

s con su adaptación moderna de la obra de Sha

salir, esta vez con cinco albumes en sus manos. Los colocó

endo una cucharada de pastel—. Por cierto, me gusta mucho como cantas —

e mis temas deban ser de corridos

tampoco comes tacos n

les? —agarró otro album al ver que el prime

ifica que te gusten l

bía abierto—, venero tanto a los tacos y

uitó el álbum de las manos pa

los piés del castaño para lu

lo amo —dijo Eliot para sí mismo

or un momento de su condición, lo recordó fue al ver la guitarra descansar en la sil

oritas en el mundo y te la canté porque

e mejor que yo —hace una mueca,

te digo q

mal y abrió el álb

—se lo pasó para que pu

a que tenía a su lado; el hombre era alto, calvo de barba negra y algo regordete, e

s de que falleciera —inform

nta —no se parecen, creí q

s, observando la imágen y

uela materna, ella era pelirroja y es

u mad

antes de que el chico for

eran las baladas que escuchaban las mujeres mayores d

odo, lo siento —intentó quitar

ntenerse oculto por tanto tiempo, e

aba como historia, para ordenar ideas y buscar la

e nosotras —su voz se quebró—, ella ni siquiera se despidió, simplemente se fue sin avisar —las lágrimas comenzaron a hacer brillar sus

así? —el castaño posó

er su relación sin alejarse de sus hijas —lo miró fijamente por un segundo—. No, Eliot, no la extraño. No puedo

na y a mí una buena educación y tanto amor como para que no necesitaramo

a a la de su primer amor. La sensación de dejà vu le recor

se embarazó sola —comenzó a contar el chico—. Pero él se fue apenas supo que yo venía en camino, fue como s

los planos de una construcción y no vio que un yunque estaba po

—dijo él, a

ndido a

para que ella a

, El

ulieta mucho má

de la canción que Eliot

as azu

menos cerca de mí, promete que me darás el c

mar, mienteme, mienteme y oblígame a jugar

mirada. Disimula que me correspondes oh oh, oh oh, o

y Libra sí pueden fluír... Mienteme con dulzu

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