img Ella no supo ser Julieta  /  Capítulo 10 10. Los tonos del atardecer | 41.67%
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Historia

Capítulo 10 10. Los tonos del atardecer

Palabras:1605    |    Actualizado en: 25/03/2022

ello castaño en el último mes, su conexión era digna de envidiar por parte de otros amigos,

iempo, sino la persona. Por eso

ededor se dispersaba, el mundo se ensordecía, pues lo único audible para el sistema de audición de ambos,

e lentes algo que comenzaba a romper

ba entre semana las tardes de cada fin cuando la visitaba y el gato Vincent salía a echarse a sus piés. Él que

an!— la pelirroja pasó apresuradamente por

de ella esa misma mañana antes de partir a clases, pero igual quería

o aquel que se interpusiera en su camino, el castaño sólo la seguía c

n la presión mientras avasallaba su nuevo tra

cuerpo apenas sonó la campana de la salida. Se abrochó el casco y lanzó el de Elio

ue ya se podía subir, pero ella ya se había montado ante

to de estudiantes, Mia se sujetó con más firmeza a los

a hacia atrás a causa del viento soplando en dirección contraria, viajaron por las asceras de varias calles poblabas con árboles frondosos y

s, abrazando a su misma vez, sus brazos. Al llegar al terminal de autobuses con destinos a otros estados de México y a

inquirió Cyia cuando

autobús, pues ya el vehíc

uró la pelirroja contra

pidieron al mismo tiempo con un movimiento de sus manos. Cyia caminaba a m

mientras acariciaba el cabello de su

do vio que faltaban sólo cuatro personas para qu

dijo, besand

mbros y la apartó suavemente para darle un esca

nor volvió con su amigo, éste la abrazó por el hombro y ambos agitaron sus manos hacia la ventana del puesto donde Cyia

ómplice y se subieron a la bici

léfono con su abuela para avisarle que llegaría tarde p

r con la misma intensidad que las del chico, ella estaba sintiendo algo por él, y no sabía qué cartas tomar en el asunto. ¿Mirar juntos

cio, observando anímicamente el azul del cielo. Lo bueno es que el sol de Zacatecas no era

pondrás mañana?— indag

cabeza, viend

Cuando llegue a la casa buscaré

le agradó

buscaré algo e

s los días es una actividad inefablemente reconfortante. Pensaba en las últimas semanas donde su rutina aburrida dio un giro bastante inesperad

espués con una pila de tres cajas sobre s

chinas mentiras—. Tenía...— carraspeó su garganta para correg

ella, sentandose para

ecido bonitas, pero no era lo que ella buscaba. Eliot sólo la dejó revolvi

Mia cuando consiguió varias opc

, observando a la chica que acababa de levant

owsky hasta la cintura, de donde descendía una de color verde agua de pretina alta, las mangas las

, relamiendo sus labios—, pero para una fie

e manera exagerada, se ataba al cuello con dos tiras gruesas, de manera que el nudo cayera a lo larg

, indicando que ese er

talla de su iPhone—, pero vamos a confirm

tido colgado entre los dedos, se la ma

PRENDENTE. CURVI

tido, creo que me opacará ¡NPS! tendré que bu

ber sin quitar la mirada de su

una pequeña sonrisa mientras guardaba

aba tendida en el suelo—. Vamos a tomarno

para adaptarse a estar sin ellos, cosa que a Mia le hizo gracia porque

filtros, ambos sin sonrisas falsas ni fin

zar a tomar un color amarillento para luego transformarse en uno rosa con tonalidades naranja

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