vaba a su mascota. De repente, el perro se dio la v
el animal y la descubrió mirándolos. De inmediato, este apartó la mirada con calma y s
Dios! Había experimentado dos vergüenz
guntó malhumorada y con u
gresar a casa con las manos vacías. Dado que ya estaba fuera, debía aprovechar la
nos snacks, dulces y tampones. Mientras observaba a un grupo de ancianas emocionadas haciendo compras para el Festi
onces, le gustaba ir de compras de vez en cuando. Nada le levantaba más el ánimo, era como un antídoto para ella. Ahora podía disfrutar del peculia
arse corta de dinero por solventar las compr
ue la gélida brisa atravesaba su rostro como un cuchillo. Maya no quería salir de nuevo más durante el Festival de Primav
rimavera, pero no planeaba hacerlo ese año. Probablemente se sentía como una intrusa
insistieran, Maya no iba a ceder. Solo habían podido convencerl
to!", la saludó
ara necesario, por lo que tener a alguien que la recordara era más de lo que ella habría esp
o entró al ascensor para
aba como guionista profesional. Venía de un pequeño pueblo en Ciudad S
ño pasado había conseguido un empleo como guionista. Sin embargo, no le pagaban lo suficiente para sobrevivir en Ciuda
mesa. Crosby era conocida por tener un temperamento frío pero, cuando se hicieron a
aya era tímida ante gente desconocida. Solo cuando agarraba c
la de ciencia ficción. Para empezar, nunca habían compartido los mismo
olvamos c
. A Maya le encantaba estar ahí, sin hacer nada más que escribir gui
elevisión, esta guionista profesional también había estudiado cocina. Poco después de su graduac
i Crosby se llegaba a casar en un futuro, esta la visitaría de
imo capítulo del guion al editor jefe. Lu
ido súbito que provenía de
ridos de un perro que retumbaban las paredes de su habitación. De repe
abello y yendo hacia la puerta en pantuflas. Aturdida, se a
a confundida. ¡Era el dueño del perro
y lo escondió detrás de ella. Luego, abrió la puerta y se aclaró la garganta. "Hola,
e él y a dos hombres de la empresa de mudanzas. "Soy nuevo aquí", respondió. "¿Podría
o, Maya no su
n ojos inocentes y casi suplicantes. Parecía tener miedo de que se negara ya que r
bía cómo r
n perro tan delicado. Se llamaba
o aquí? ¿Eso significa que