AS CONTR

da. Los remos baten el agua, como armas finas, que en él penetran a modo de fintas de espada, para castigar al infiel. Calma chicha, y vientos favora

busca su lugar en el mundo a base de espada y sangre, que con ellas ha de halar el botín de un feudo, por el rey concedido, a aquellos que bien le sirven. En la proa dirigen a

rdido naves y botines a su costa. Pero otros ajenos a su arte de la guerra sabido, se le acercan, para

parándoles de su tierra, son las que lanzan las proas de los bajeles siempre adelante, siempre sin detenerse por causa alguna. Delfines rodean las bordas y doña Isabel que aun puede revelar

rescindible que nos disfracemos mejor y cambiemos nuestro pabellón por el de un corsario turco con permiso para piratear en las agu

n su infinita misericordia para vivirlos en esta tierra. Él se halla en esa lejana Turquía donde el mundo se parte en dos, y los

don Alonso-le llama ya por su nombre de varón-preparaos par

ultó hundida por la acción de la suya propia, le esperan en su cámara de popa. Siente admiración por el valor que evidencia tan joven mujer, que en caso de otra, se limit

capaz de ayudarlos en su tarea de arribar a puerto en la Estambul, en la que comercian venecianos con los enemigos de la cruz, y que si

combate se produce, para hacer frente a la posible amenaza. Visten ropas de infieles, y turbantes de moro que tomaran de dos galeras que no hablarán de su muerte a los que llegan hasta ell

n Beyacit II, que ama y protege a los judíos de la persecución

, y en el propio de Alá, queremos saber de vuestras intenciones que estáis en aguas turcas.

el mar sea cual sea éste. Dejad que suba a bordo, y mantened los nervios templados por Dios, que d

razón de Leizo, para no atacar y hundir como al resto de las

así y más grande es cuanto más rango se tiene, otea en derredor como león rugiente, que espera u

is saber que habréis de pagar impuestos para seguir a e4stamb

preguntar la razón que

ra una flota de guerra en Esmirna que la guerra pr

sin embargo se alegra de saber que nuestro señor el s

castigar su avaricia y su comercio desleal con el sultán. Ben Abdulá el Hassán, león de Esmirna, controla esta parte d

os llevará a Bursa donde se vende la mejor seda de oriente.-le explicó confiando en que le creyese y dejase partir sus naves, inclinándose reverencialmente ante aquel pavo real que rei

respondió altanero y mirándolos por encima del hombro con evidente desprecio. Descendió a la falúa que lo había transpor

mara se calmó la galera de Leizo estaba sola, habían perdido contacto con las otras dos, y tres de las cinco de Ben Abdulá el Hassán les flanqueaban como aves de presa, y un sentimiento de temor se apoderó de Leizo, que conocía bien el ca

se estarán pensando si atacarnos ahora que son más que nosotro

…-auguró don Alonso que se extrañaba de las maniobras que ya realizaban pa

escuchar el sonido siniestro de éste al rasgar las olas. La galera viró en redondo y Leizo aprovechó este momento de debilidad para disparar un cañón que llevaba en la popa y que desmontó una parte de los remos que volaron en a

ándolo sobre la baja borda de la galera que crujió amenazando con desintegrarse. La segunda chocó con su

nos a otros a veces hiriéndose entre sí. Leizo y Alonso espalda contra espalda se desembarazaban de sus oponentes con habilidad manifiesta, mientras el fraile decapitaba a uno de los capitanes de galera, y mantenía tras de sí al aya de Alonso. La tripulación cristiana en un cí

e la cabeza si no se entregaban. El combate paró como por arete de ensalmo, y las espadas tras una mirada entre ellos, cayeron al suelo con