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Historia

Capítulo 7 Dos mundos opuestos

Palabras:3611    |    Actualizado en: 14/10/2022

TULO

NDOS O

mejores tapas y era el más cotilla del mundo. Pero eso a Mari y a Mario, les daba lo mismo. La ver

y un marido y va a tirar todo por la borda por un tío que simplemente la quiere para

e si lo sabré yo. Te dicen ricuras, de esas como, “Que guapa estás hoy”, “te comería enterita”, y nosotras que somos tontas, pues ¡hala!, vamos y nos lo creemos. No, si segu

. La cuestión es ahora, cómo

digas más le parecerá que la tenemos e

res chico!, los tíos gays, ¿ta

ue muy cabronazos y esos son los que más nos gustan a las tontas com

, bienveni

dirás aho

no estoy muerta. Pero tengo más coco que Tere

uno que te haga tilín, ya me lo contarás, te

iró fijamente componiendo una carita d

perar acontecimientos y preguntarle

tar en su casa esta noche y con la excusa de que tengo que llevar a

ía pero allá tú, ig

idad, cubriendo paulatinamente el cielo de Madrid. Teresa regresó a c

ir nada?, he tenido que llamar a la Mari para que recogiese a los niños y les pusier

a a los dos ¿verdad niños?, -les preguntó en un vano intento de ganárselos y tene

le la vuelta a las cosas, para tener siempre la razón. Esta noche

ltaron unas lagrimitas, que no pude contener, porque estaba muy confusa y tenía un

ores, yo sí

a para que no me viese Antonio llorar que encima le daba mucha rabia y siempre me decía que era para ganar las discusiones que lloramos las mujeres, será gilipollas…no sé vosotras, pero yo habré tenido tres conversaciones que no fuesen sobre los nenes o su madre con mi Antonio, de nosotros nada de nada, y siempre se escabulle diciendo eso de. “Si estoy contigo será porque te quiero,

n el baño y saqué las dos tarjetas que me quedaban. A este paso no i

, claro, así que no sé en qué me podría ayudar. Bueno, de momento mañana Alex y maría estarían todo el día con Mari, que tenía el cumple de su nena. Terminaré de adecentar la mansión y a ver ese salonci

preocupada y tengo que h

A ver qué tripa s

va a romper hija? que

ase. Señalando la habitación donde Antonio estaba

cal y canto, me imaginé a qué podr

o, que ese, ese…Julián te tiene sorbidito el seso mujer y eres una mu

esto, ¿y no podías haberte esperado

la-, me tienes preocupá preocupá del tó hija. –Le solí

s con más calma pero ahora tengo que d

, ¡ay cuantas cosas me ti

adora internacional para unos d

e tipo es

que me han contratado p

la Preysler no?, seguro que va a cambiar los b

s nervios nena. Vete a dormir y maña

es que hablarem

vete que me pones

solo salen en la teleeee. El despertar fue tenso. Antonio se había ido sin desayunar y los nenes daban más guerra que de costumbre, como si percibieran la tensión entre Antonio y yo. Les eché un par de regañinas y tres gritos y se calmaron algo. Cuando se fueron, me vestí con la ro

tacón y casi me mato he bajado ro

tres si llegan a ser cuatro se

vas tan puesta?

a te contaré. –Esta si me dejo me somet

ía en la tarjeta, y que amablemente me había escrito con una letra impecable Alonso. Tardamos en llegar y me sirvió para relajarme y centrarme en cómo redecorar aquel dinosaurio que era el palacio de lo

as de vistosos colores. El jardín estaba atestado de hierbajos y zarzas. Lo primero sería despejarlo. Que entrase la luz a rauda

o cree?, ¿sabe que cuando yo era pequeño, solía venir a jugar en este jardín?, cuando esté limpio

que él llamaba jardincito tenía l menos qu

en eso específic

con unos ojitos de cord

os empecemos a tutear? Es más c

parezca mejor, quiero

or cierto, nos situó de nuevo en la realidad, aunque yo ya no sabía distinguir lo real e lo no real claro. Dos fortachones operarios sacaron los muebles con verdadera delicadeza, y los fueron dejando dónde yo les iba indicando. Sudaron la tinta gorda, que tuvieron que subir las tres p

olo todo. Entonces mi móvil vibró otra vez. Leí el sms y decía: “¿Puedes hablar?”, pues claro que

, se

que te he puesto como deberes de ur

ratan muy bie

de Castrejana en su mansión de la sierra madrileña d

as, este tío era una

or. Acabaré hoy y pasar

pongas pegas. El sábado estate

a si podría ir, el caso es que Antonio…los nenes…Alo

cuentra

ería mejor si el color individual en cad

opción es mejor, si no t

ambién lo

re mía!, ¡pero si con eso se podía dar de comer a un ejército entero!, y eso no era todo, Alonso, estaba dispuesto a gastarse una verdadera fortuna en muebles, lámparas, alfombras persas, y tapices, todo ello d ela época en que se construyó aquella que debió de ser la mansión más ostentosa y rica de la zona. La envidia de la alta nobleza. Yo solo tenía en realidad, que decidir dónde iba air cada color, y cada mueble, y descubrí que el ojo iba dirigiéndome, como si siempre hubiese desarrollado aquel trabajo. Tenía que acabarlo en unas horas, después, con alguna excusa ya volvería a ver el resultado

me a la mesa”, ¿me acompañas?. Te prometo q

á que comamos algo, podría

e dispuesta para que cenásemos como corresponde a dos personas de rango. Claro que él no sabía q

serva. ¡Oh!, sé lo que estás pensando, que no tendremos tanto tiempo. Pero Amiga mía déjame decirte que los placeres de la mesa requieren calma y sosiego, te sugiero que ha

do negarme. –Le dije sonriente y elevando mi copa de vino,

damente, sonrío pensando en el duque don Alonso de Castrejana. Pero reconozco que lo que más me gustó y a lo que me hice adicta fue al champán francés. Desde entonces he probado unos cuantos y siempre me han parecido suaves, burbujeantes y elegantes en sí mismos. Pero cuando dieron las doce, como en el cuento de cenicienta, hube de recobrar la lucid

ista podemos sa

vez de pedir las cosas o exigirlas a gritos. No, si al final iba a

o y darle las correspondientes explicaciones a Antonio, ¡este no sabía con quién se la estaba jugando!, ¡con lo bruto que era mi Antonio!, no, quita a ver si me lo iba a dejar tullido o manco, o cojo, no, no, ni hablar, se lo rogué mil veces, hasta que accedió a simplemente esperar unos minutos por si era necesario que me

casa?, mamá ya

denado y la cocina con un fregadero impoluto y todo en su sitio. ¡Ay madre!, ¡que han venido los extraterrestres y se m

ue sabe mucho de estas cosas. María está muy asustada, pero está bien. Cu

l portal, Alonso, que aún esperaba en el coche, debió verme como a la madre de la niña del e

te ocurre?,

ex se ha puesto malito y yo no estaba para cuidarl

mujer y dime

o un taxi y me voy apara casa de mi

e va poner contenta

or poderse cebar en mí a su gusto. ¡

lir del coche me miró con rostro afable y me dijo a ver si quería que me quedase a ver s pasaba algo o no, y le despedí de

ro muchas gracias eres muy amable. Mañana pasaré a

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