Scarlet se acurrucó débilmente en los brazos de Lenny, quien desprendía una tenue fragancia a menta. Había olido de la misma manera cuando durmieron juntos aquella noche.
A Lenny no le gustaba el perfume de hombre, así que su aroma era de gel de baño.
Sin decir nada, llevó a Scarlet a la planta superior y le consiguió una sala. Estaba a punto de llamar a un médico para que la revisara, pero ella lo detuvo.
"No, gracias. Estoy bien. Me siento exhausta y necesito descansar".
"Pero no te ves muy bien".