El Cerezo y la Katana

enseñó a no desfall

mitirme su amor hacia

por hacer de m

por todo lo

-

flor

ndo a

na ma

-

re y padre, incapaces de seguir manteniéndonos a mí y mi hermana, nos vend

as, ayudando a mi padre con la pequeña huerta que teníamos. No hacía nada más que jugar y trabajar; no sabía leer ni escribir

a una carreta diferente de la mía. La llamaba a gritos, llamaba a mis padres, pidiendo socorro, p

urai que estaba frente de mí se quitó el casco. Era un hombre de edad madura, y una cicatriz

preguntó, dirigiendo

ndo mis manos entrelaz

su quijada, pensativo—. Mi nombre es Nobun

surré con suimisión, al mismo tiempo que

Koichi? —preguntó mien

l hijo menor de una humilde fa

o de unos minutos, regresaron a la carreta trayendo en andas a dos muchachos de más o menos mí misma edad, llorando, gritando y llamando a sus padres que los ob

pregunta que me había hecho a mí, pero esta vez dirigió s

pondió el niño—, éste es

y preguntó la edad de los niños, Souta t

uz de las estrellas y la luna, comíamos lo que nos daban nuestros acompañantes

hos de campo, como nosotros, aquel mundo civilizado era algo que escapaba a nuestra imaginación, ni siquiera en nuestras fantasías más locas nos hubiéramos imaginado el conocer algún día la capital del i

, los cuales nos abrieron la pesada puerta para dejarnos entrar, pudiendo así, apreciar más de cerca el palacio.

ía luz y una pequeña ventana que daba a una parte del palacio. Armamos los futones3 y nos miramos desconcertados, mientras Yuki lloraba en el regazo de su hermano mayor, yo miraba el atar

Nobunaga-sam

er un s

-

NES DE AYU

o a una maiko o geisha mient

mal de san. Suele usarse en el ámbito profesional para dirigirse a los clientes, (llamándoles o-kyaku-sama, señor cliente) o a personas de mayor categoría que el hablante, aunque también puede usarse para referirse a alguien que uno admira profundamente. Cuando se utiliza para referirse a uno mismo, sama expresa arrogancia extrema

s y suficientemente plegables como para poder ser almacenado durante el

aponeses que utilizaban indi

ncima de los tabis, poseen suelas de madera haciendo

siática de p