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Para pagar la deuda, desesperada y sin opciones, ella sustituyó a la novia y se casó con el hombre quien era conocido como un diablo al que todos temían y respetaban. Él le dio un mordisco a su dulzura y gradualmente se sometió a la lujuria adictiva. Antes de que se diera cuenta, ya era incapaz de liberarse de ella. El deseo desencadenó su historia, pero ¿cómo continuaría este amor condicional?
"Sube a la cama, y ponte boca abajo. Abre bien las piernas". Mientras él hablaba, no había ningún cariño en sus ojos, solo puro odio.
...Mi padre me vendió a un multimillonario...
El cielo de esa noche de otoño estaba lleno de nubes que cubrían casi por completo a la luna. El Hotel Hyatt de seis estrellas, que era el más lujoso de la ciudad, estaba teniendo una jornada ajetreada, ya que, Brian Clark, el empresario de fama mundial, lo había reservado entero para toda la noche.
Con un traje negro y un cigarrillo entre sus largos y delgados dedos, Brian se encontraba sentado en una esquina dentro de la ostentosa habitación, creando un aura misteriosa a su alrededor debido al humo del cigarrillo.
"Señor Clark, hoy lo hemos pasado muy bien, pero, ya es tarde", exclamó el hombre de piel oscura que estaba a su lado; su apariencia era normal, con cejas pobladas y grandes ojos.
"Señor Clark, por lo que escuché, la señorita Woodsen es una persona muy social, lo que explica su fama entre los hombres. ¿Eso lo genera cierta inseguridad por perder?", agregó alguien más.
Al igual que esos hombres, casi todos los demás sospechaban de su matrimonio. No obstante, Brian estaba dispuesto a casarse con esa chica y, por ende, el resto solo podía crear chismes al respecto.
El empresario tomó un sorbo de su bebida con mucha tranquilidad.
"Clayton Woodsen me debe una cantidad enorme de dinero, con lo cual, enviarme a su preciosa hija, no basta para pagarme", dijo con total naturalidad.
"Señor Clark, ¿lo que quiere decir es que Clayton Woodsen solo está tratando de ganar tiempo? Eso significa entonces que él considera que su hija es muy valiosa", dijo su mano derecha, Juan Turner.
Brian seguía manteniendo su expresión seria habitual, dando una calada a su cigarrillo, y dijo: "Vigila de cerca a Clayton Woodsen, pero con cuidado. ¡Voy a hacer de su vida un infierno!".
"Señor Clark, ¿piensa hacer la vida de su esposa un infierno desde esta noche?", preguntó otra persona, con una sonrisa maliciosa en su rostro. "O acaso, ¿habrá algo especial?". Él nunca había tenido la oportunidad de conocer a la amada hija de la familia Woodsen, tan solo había oído hablar acerca de ella. De hecho, no eran muchas las personas que la habían podido ver.
"Señor Clark, he escuchado que ella luce hermosa y sensual. Los hombres se sienten atraídos hacia ella de manera natural, y tiene esa energía que hace que todos la deseen".
Todos los hombres que se encontraban sentados alrededor del sofá, participaron de manera activa en aquella conversación, hablando de la novia mientras ella no aparecía aún.
Pero, por otro lado, la mujer que estaba sentada a la derecha de Brian tenía una expresión molesta en su rostro. Era evidente que odiaba a la mujer de la que todos hablaban.
"¡Ya fue suficiente!", exclamó, cuando ya no pudo contenerlo más.
"¡Ah! Parece que la señorita Anna se enojó". Anna había estado detrás del empresario toda su vida, así que, era más que evidente, para todo aquel que tuviese algo de perspicacia, que el hombre ocupaba un lugar especial en el corazón de aquella mujer.
Claro, la relación entre ellos dos era algo inusual, pero no de manera íntima. Ella había fallado en casarse oficialmente con Brian para convertirse en la señora Clark y, ahora, una mujer llamada Arlene Woodsen le estaba arrebatando su posición. Por esto, Anna pensaba que Arlene ni siquiera merecía a Brian.
"¿Estás molesta?", preguntó el hombre, al tiempo que apagaba el cigarrillo y la miraba fijamente, en sus labios tenía una sonrisa casi imperceptible.
"¡Señor Clark!", gritó ella, pero no dijo nada más. Ella sabía perfectamente cuál era su lugar, sin importar cuán cercana haya sido de él, debía simplemente apegarse a su deber y jamás ir más allá de eso.
"Señor Clark, ¿no nos va a presentar a su nueva esposa?", preguntó un seguidor del empresario. Al hacerlo, muchos otros expresaron lo mismo que él.
Brian levantó su vaso con elegancia y bebió todo el contenido de un solo trago. Luego, lo dejó sobre la mesa y asintió en señal de aprobación.
Por otro lado, Ayla esperaba con mucha ansiedad dentro de una suite presidencial de lujo. Estaba usando un ostentoso vestido de novia hecho especialmente a su medida en París, y usaba un maquillaje muy delicado. Ese era el día de su boda, aun así, ningún familiar estaba presente. Ella simplemente firmó su nombre en una hoja de papel y, con ello, perdió su libertad.
Tuvo que casarse con el mismísimo Diablo, llamado Brian Clark, por el bienestar de su padre, y para apoyar a su familia, convirtiéndose así en la sustituta de su hermana.
Estaba inquieta y temblorosa, sentada en una esquina. Con solo veintidós años de edad, su vida recién comenzaba, sin embargo, ya estaba casada con un hombre mayor que ella por seis años. El lujo e iluminación de la habitación, no lograban alejar el miedo que sentía.
Estaba totalmente aterrorizada, pero no tenía otra opción.
Además, se sentía mareada debido al hambre que pasaba desde el día anterior y, exceptuando las botellas de vino y los vasos sobre la mesa, no había nada más dentro de la habitación que pudiera comer. Jamás en su vida había bebido una gota de licor, y siempre fue una buena estudiante.
Estaba consciente de que desde el momento en que prometió ser la sustituta, todo en su vida se había desmoronado. Solo le quedaba soñar con que su futuro no la decepcionaría.
Su estómago no dejaba de gruñir; ya no podía seguir reprimiendo su hambre. Sus labios brillantes habían palidecido mientras los mordía para intentar estabilizarse. Había estado todo este tiempo esperando a que el 'diablo' apareciera.
De repente, la puerta se abrió, dando paso a dos extraños. Ambos hombres lucían rudos y fuertes, y ninguno de ellos era Brian Clark.
"Señora Clark, el señor Clark quiere verla", habló uno de ellos con rudeza, sin mostrarle ni una pizca respeto.
"¿Dónde está él?", tartamudeó Ayla, al tiempo que retrocedía dando la impresión de ser un conejo asustado.
Ninguno de los hombres respondió a su pregunta; en cambio, la levantaron firmemente y se la llevaron casi a rastras fuera de la habitación.
La chica resistió y luchó por liberarse, aunque todo fue en vano.
"Suéltenme!", gritó, pero antes de que pudiera darse cuenta de lo que pasaba, fue arrojada al piso bruscamente. Pese a que este estaba cubierto por alfombras, ella igual se lastimó.
"¡Arlene Woodsen, levanta la mirada!", exigió Brian, con un tono firme y sin emoción alguna.
¡Arlene! Arlene Woodsen, sí, es cierto; ella era Arlene Woodsen ahora, no Ayla.
Sin embargo, no se atrevió a mirar hacia arriba, puesto que si alguien lograba reconocerla, moriría inmediatamente.
Debido a un escándalo, se casó con el famoso chico de la ciudad. Ese matrimonio no fue más que un error para ambos. Para desahogar su ira, le puso las cosas difíciles. La delicada chica, sin embargo, también era como la rosa más seductora en la oscuridad. Aunque fuera herido por sus espinas al acercarse a ella, fue incapaz de liberarse del deseo de conquistarla.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
El esposo de Violeta Miller murió la noche de su boda y fue expulsada de su casa. La Família Clark la echó a la calle y se burló de ella, llamandola calamidad por haber tenido la mala suerte de que su esposo falleciera la misma noche de bodas, pero a ella en realidad le importaba un bledo porque bajo esa imagen de una pobre mujer, se ocultaba una mujer con múltiples identidades. Resultó que el hombre que conoció en el bar la noche que se volvió viuda, era en realidad Matthew Clark, el gran hombre de la Familia Clark que volvió de entre los muertos, en búsqueda del causante del ataque, cuando se encuentra con ella y se da cuenta que ella no es una mujer normal, sino una mujercita problemática, poniéndolo en problemas una y otra vez.
Ella cayó en la trampa que la tendieron su prometido y su mejor amiga. Lo perdió todo y murió en la calle. Sin embargo, ella renació. En el momento en que abrió los ojos, su esposo estaba tratando de estrangularla. Afortunadamente, ella sobrevivió a eso. Firmó el acuerdo de divorcio sin vacilación. La joven estaba lista para su miserable vida. Para su sorpresa, su madre en esta vida le dejó una gran cantidad de dinero. Ella dio la vuelta a las tornas y se vengó. Todo le salió bien cuando su ex marido apareció en su vida.
Ella se casó en secreto con una superestrella; sin embargo, su estado civil se mantuvo en conocimiento público. Ella lo amaba como a un perro, tan leal, tan sin vergüenza, pero él la alejaba constantemente solo por su egoísta razón de tomar venganza contra su madre. Después de su divorcio, ella accidentalmente se acostó con un atractivo desconocido cuyos ojos azules exudaban un atractivo sexual extremo, atrayéndola a una inevitable atracción fatal. Él era tan tranquilo y gentil, prometiéndole la felicidad eterna. "¿Ms. Cathryn Riley, se casará conmigo?" Su expresión era seria y sincera. Los dedos delgados del hombre sostenían una caja redonda de terciopelo rojo muy delicada y hermosa; dentro había un anillo de diamante exquisito. Asustada emocionalmente, ella le respondió, "He sido divorciada una vez. Espero que no me haga divorciar por segunda vez de nuevo." Keith sonrió y respondió suavemente, "Mi mundo nunca se ha centrado en nadie. Pero en los días venideros, mi mundo se centra en ti". Ella estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar lágrimas de felicidad. Estar con él le trajo una alegría eterna y su promesa eterna reemplazó su sufrimiento por el matrimonio fracasado.
Charlee fue abandonada en la boda y se convirtió en el hazmerreír de todos. Intentó mantener la cabeza alta, pero acabó humillada cuando recibió un vídeo sexual de su prometido y su hermanastra. Devastada, pasó una noche salvaje con un atractivo desconocido. Se suponía que iba a ser cosa de una sola vez, pero él siguió apareciendo, ayudándola con proyectos y venganzas, todo mientras coqueteaba con ella constantemente. Charlee pronto se dio cuenta de que era agradable tenerlo cerca, hasta que su ex apareció de repente en su puerta, rogándole otra oportunidad. Su amante magnate le preguntó: "¿A quién vas a elegir? Piensa bien antes de contestar".
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.