ón y lavado de dinero, mafias clandestinas y todo afectaba a la monarquía. Como príncipe debía presentar una solución y su madre se estaba desmoronando por la presión. —He despe

do con un príncipe de Dinamarca. Ambos habían reinado como Reina y Rey consorte hasta la muerte de éste y la reina había quedado viuda con sus dos hijos. El prí

ado porque no podemos pagar los contratos, la mano de obra, nada. Pedimos préstamos a otros reinos para subsistir pero no

más a un buen culpable de aquel robo masivo al país. Sin embargo, el hecho de saber quien l

económica. Puedo divorciarme de Elisa y casarme con la princ

cumplió su amenaza y dos días después, cuando su hermana se fue a su boda, él también se fue del país. Tenía cosas más importantes en las cuales pensar. Sabía de los robos a las arcas reales, los cambios d

í, acepto” delante del arzobispo. Era su amiga y sí quería protegerla, pero tuv

asarte c

lla. Aunque no tenga dot

en medio de algunos de los ladrones que buscaban con tanta desesperación y que todavía no logra

aba ahí y todo era una ilusión. —Tengo que hablar con mi madre. -Tomó la fotografía en esa ocasión y caminó hasta

blando? Sabes que no pu

un lado a otro. —Ella forma parte de los ladrones, ella sabe dond

teligente, atrevida y hermosa, estudia para ser periodista y ahora es tu prometida. Necesitas más pruebas para acusarla formalmente como parte de esa mafia que está en el gobierno y m

e hacer, mamá.

Tienes que ser más astuto como el príncipe que eres. Algún día ser

e no tenía ningún propósito en la vida si se convertía en una muñeca de

ía enojado

o nada en su interior, seguía sintié

isa se había

que no tenía un propósito de vida

zón. Había actuado impulsivamente pero podía corregir toda

oportaba ver a Elisa porque la hacía parte de aquellas mentir

isa no podía ejercer el poder, entonces se vería muy limitada en sus acciones. La vigilaría, sí, porque