e la traición del consejero y su posterior suicidio había arrojado una sombra aún más oscura sobre el destino
abordar la situación. Arabella, escoltada por guardias, fue traída a
iradas de la corte se posaron sobre ella, algunas llenas de desconfianza, otras teñidas de lá
este enredo que envuelve el reino. ¿
ar. Sus palabras resonaron en la sala, pero la
uebas, pero de igual manera usted tampoco tiene
los vivió, pero sus palabras chocaron con un muro de incredulidad. L
us palabras después de lo ocu
un murmullo constante. Alaric, aun
brado dudas en la mente de muchos. Necesito tomar m
d con los consejeros, anunció una dec
isipadas, serás confinada en tus aposentos. No se
Alaric no confiaba en ella, pero no le sorprendía. Después de todo, apenas se conocían… cuatro meses no eran nada. Era obvio que él sospechab
iró de la gran sala acompañado por sus consejeros. La puerta se cerró
turo de Darkhaven. La posibilidad de un divorcio entre Alaric y Arabella estaba so
ró sorprendido, pues no esperaba verla allí. En pocas horas se haría de noche, A
es aquí? —interrogó Alari
por eso usted y yo… —Donatella dejó de hablar por un segundo y limpió una lagrima imaginaria
ro yo no puedo darle un futuro a usted. Usted merece
rte y del pueblo. Un divorcio podría ser la soluc
No deberíamos buscar la verdad antes
ino es prioritaria. Un divorcio enviaría un mensa
mujer cuyo embarazo ha desencadenado tal caos? ¿no
ue Arabella no le daba buena espina, pero después de todo ella nunca
barazada y ¿qué pasa si ese niño en realidad es mío? —dijo a
ese niño no es suyo, majestad. Usted solo me ama a mí, ¿verdad? —
la envolvía, pero su espíritu se negaba a quebrarse. Recordaba la promesa que se había hecho el día que salió de la casa Rave
. No soy tu enemiga —
stino de su matrimonio. La noticia de un posible divorcio se extendió
das se encontraron en el salón, algunos asintiendo con aprobación mientras otros obse
Allí, los funcionarios del rey todavía debatían el futuro de la reina Ar
l para el bienestar de este reino y la estabilidad de la corona. Estoy decidido a poner fin
ignidad de su linaje real. Los nobles y consejeros se arremolinaron, expectantes
de la reina Arabella. Las miradas curiosas se volvían hacia el pasillo que co
ió inquebrantable. Con su vestido real, caminó con dignidad hacia el salón principal, desafiando la creencia
haciendo que todos se sobresaltaran y miraran en su di
richos políticos. Estoy dispuesta a enfrentar cu
bella, con la cabeza en alto, se colocó
amente con Alaric. —Si insiste en la ruptura de nuestro matrimonio, entonces hágalo con pleno conocimiento de que mi vida es el precio. Pero