hombre desconocido, tan calculador y frío, la había dejado sumida en un mar de dudas. No solo estaba cediendo el control de un legado familiar que había cost
mbre que la había salvado era un extraño que no
escapado por completo durante la reunión anterior. Mientras ella debatía su futuro, él había de
de la empresa debe estar no solo en nuestras manos profesionales, sino también en nuestras vidas personales", había dicho. "Propondría que formali
esa sugerencia. Pero al día siguiente, cuando se despertó, la idea de un matrimonio con Víctor Mendoza la golpeó con toda su fuerza. Casarse con un hombre como él, un
las luces de la ciudad se encendían a lo lejos. No estaba sola; la empresa que tanto amaba se estaba derrum
ndo su tren de pensamientos. Era el asistente de V
s seis, ¿verdad? -preguntó Clara, sin levantar
tado que usted le acompañe a su oficina
iéndolo, aunque la idea de casarse con Víctor Mendoza la aterrara. Pero tal vez eso era lo que necesitaba para salva
nente de lo que recordaba: el mobiliario de madera oscura, las paredes de cristal y el silencio absoluto
u rostro, pero que la hacía sentir que estaba tratando con un hombre que sabía
os esta conversación más temprano o más tarde -dijo Víctor mientras
abía tenido tiempo de reflexionar, y ahora necesita
pero un matrimonio, un contrato de este tipo... no es algo que pueda decidirse de la n
antes, como si estuviera evaluando
a los ideales del pasado. Necesitamos una unión firme, algo que refuerce la legitimidad de nuestra alianza, tanto en e
alaban hondo. Una unión firme, pensó. ¿Y si eso significaba
-dijo Clara, intentando mantener la voz firme
amente seguro de sí mismo, como si hubiera previs
los empleados vean estabilidad, que nuestros competidores nos respeten. Los Ramírez ya no son lo que solían ser. Necesitamos
nta de que no tenía una salida fácil. Lo que Víctor le ofrecía no era solo una so
mezcla de frustración y valentía-. Esto no es solo sobre dinero ni poder, Víctor. Es mi vida
erdo de negocios. Quiero que sepas que te estoy ofreciendo lo que muchos llamarían una oportunidad única. Un nuevo comien
as luces de la ciudad, pensativa. Sabía que, si aceptaba, sería una decisión que cambiaría su vida por completo. No s
fuerza que necesitaba. La empresa, el legado, el futuro de los Ramírez... todo eso estaba en j
n la determinación r
sado solo en negocios. Tendremos que trabajar juntos, pero no quiero que se olviden mis pri
e casi parecía un desafío. Finalment
. Estoy seguro de que, juntos, podremos
estaba comprometida en una batalla que iba más allá de los números, que pondría
ahora se había convertido en un contrato de corazones, uno que, de algu