img Mi Matrimonio: Un Millón de Mentiras  /  Capítulo 1 | 3.33%
Instalar App
Historia
Mi Matrimonio: Un Millón de Mentiras

Mi Matrimonio: Un Millón de Mentiras

Autor: Gavin
img img img

Capítulo 1

Palabras:1580    |    Actualizado en: Hoy, a las 10:27

onía que sería una historia de amor imposible. Yo era la artista rebelde que lo

ra una mentira, una farsa diseñada para proteger a su frágil cuñada, Clara. Yo solo era e

o, dejándome soportar el desprecio de su familia por se

accidentes" que me dejaron cicatrices. Me rompieron sistemáticamente, obligándome a dar un troz

da. No como tú". Pensó que yo era lo suficientemente fuerte para

lebre artista 'Alondra'. Y cuando volvió arrastrándose, suplicando perdón en un esce

ítu

Carin

na. Siempre estuviste destinada a recibir l

sa, cortó los últimos vestigios

l era mi héroe y yo, su vibrante y rebelde artista, lo había perseguido por continentes. Pero las palabras f

por su antigua y tradicional familia, una jaula dorada en la que había entrado con gusto, pensando que era el precio de la verdadera pasión. Me había enamorado pr

pie ante mí, su rostro una máscara de su habitual compostura controlada. Pero esta vez, lo vi de manera diferent

O del Grupo Garza, de abolengo, de reglas antiguas. Se suponía que nuestros mundos choca

aculada en nuestra finca de Valle de Bravo, una explosión de color y caos que reflejaba mi alma. L

ienen la tradición, Car

tensa, casi imperceptible. Pensé que era diversión, un secreto compartido entre nosotros cont

n movimiento que pensé que mostraría mi pasión y aportaría una perspectiva fresca. Elisa había inter

s -había declarado, su voz ta

dad. Me había rodeado con un brazo, susurrando palabras tranquilizadoras, pero sus ojos, me di

nos había acosado desde el día de nuestra boda. Me había irritado bajo sus expectativas, argumentando a favor de la elección, de nuestro propio ritmo. Elías sie

las, distrayéndome de mis deberes de esposa. Yo había explotado, mi voz resonando por la silenciosa mansión, declarando que mi cuerpo era mío, mis decisiones mías. Elías había entrado ento

avemente en nuestro dormitorio, habían a

es demasiado. Demasiado ru

perseguido, el hombre en el que había creído. Estaba criticando mi esencia misma, el fuego que una vez había afirmado

a en que me había dejado ser humillada, la forma en que había permitido que me culparan por crímenes que no cometí, todo mientras permanecía en sil

al descubierto. Había escuchado sin querer una conversación, un intercambio susurrado entre Elías y el abogado de su famil

sviar la atención de Clara. Ahora, necesitamos finalizar el marco para

s habían girado en mi cabeza, una

e Elías había

ara soportarlo. Ella prospera en el desafío. Cl

? ¿Prospera en el desafío? ¿Era eso todo lo que yo era par

abogado habí

nte, supongo? ¿Sin complicacio

ar un hijo, de sentirme inadecuada bajo la mirada vigilante de la familia, de lágrimas silenciosas derramadas en la estéri

ntieron débiles, amenazando con doblarse debajo de mí. Esto no era solo traic

etorcerse, burlándose de mis ilusiones destrozadas. Mi amor por Elías, una vez un infierno ardiente, se enfrió instantáneamente, soli

era un terrible malentendido. Pero mientras lo observaba, su mirada aún i

mento, tan consumido estaba por su cruel conversación. Sus ojos, desprovistos de cualquier calidez, de c

ó, reemplazada por un sabor metálico y abrasador de venganza. Mi rostro, mis músculos, se convirtieron en piedra. Mis ojos, una vez brillantes de amor, ahora tenían un brillo

en que pensó que yo era "lo sufici

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY