s ojos de Ámbar, abiertos y triunfantes, confirmaron la despreciable evaluación de Damián. Mi corazón, ya un campo de batalla de fragme
a, desprovista de emoción. Di un paso atrás, necesitando aire,
mi aparente retirada, i
exión real. Una pura. -Sonrió con suficiencia, un destello de malicia genuin
pero no sentí nada. Solo una observac
a pasó por encima de ella, y luego volvió-. Sabes, Ámbar, para alguien que
e escena de mi propia desaparición. Pero mientras giraba, Ámbar, quizás tratando de bloquear mi camino o simplemente
ndo graciosamente sob
ía haber estado acechando cerca, estuvo a su lado en
-La tomó en sus brazos, sus ojos ardiendo hacia mí
de su traición. Ni siquiera consideró la propia torpeza de Ámbar, o su
está disfrutando del drama. -Mi mirada cayó sobre su abrazo desesperado y protector, un e
bre alto e impecablemente vestido con un aura de poder entró, seguido por una falange de s
bre era profunda, resonante, y exigía atención inmediata. Toda la
de Damián, miró al recién l
e confusión, luego de terror, en
or continentes. Era una leyenda, un mito, rara vez visto en público. Y Ámbar... ¿era su sobrina? La sangre se me heló, un nuevo e inquietan
la multitud, más fuertes aho
te" elevada instantáneamente a una poderosa dinastía. El público, siempre voluble, ah
bar, luego a Damián, y finalmente, se posó en mí. H
us ojos se detuvieron en mis rasgos, una extraña, casi curiosa in
los brazos de Dami
! ¡No le prestes atención! -Su voz era estridente, deses
s tu sobrina, Sr. Briseño. -Algo profundo dentro
aron, un destello de algo
ncita? -desafió, su mirada penetrante-
re ella, comenzó a hiperventi
mayó dramáticamente, su cuerpo quedando flácido en l
encerrado detrás de capas de dolor y traición. Demasiado rota para amar de verdad. Las palabras resonaban, un cruel recordatorio del abismo dentro de m
ra. El único vínculo tangible con un pasado que había intentado olvidar. La había dejado en nuest
án. Mi tono
del apartamento. Estaré
su voz cort
está descansando
ía se descascaraba, la escalera de incendios todavía crujía. Pero al acercarme a la puerta,
z venenosa-. Te lo dije, este es nue
ja de música -declaré,
bur
iré la semana pasada? Estaba ocupando espacio. -Una sonrisa triunfante jugó en sus la
re se m
urro, teñida de un borde peligroso-. Es
r, rodando los ojos-. Era basura
absoluta, surgi
Ese apartamento, ese edificio, todo aquí, era mío antes de que tú s
un sonido agud
Lo renovó para mí. Para nosotros. -Señaló con orgullo a su alr
amarga se
o es dueño de la mitad de este edificio. La otra mitad -hice una pausa, dejando que las palabras quedaran en el a
tro pa
estás h
tad que Damián poseía era parte de nuestros activos compartidos. Ahora, es mía. Toda. -Encontré su mirada aterrori
su voz quebrándose-. ¡
tuviera aquí, no me detendría. Porque no solo estoy recuperando lo que es mío. Me estoy
no era solo por una caja de música. Se trataba de reclamar mi narrativa. Y Damián, dondequiera que e

GOOGLE PLAY