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Historia
Skyfall © - Parte II

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Capítulo 1 NATHANIEL

Palabras:3278    |    Actualizado en: 29/08/2021

a o se retira? —pregunt

asechaban. La manera en que casi se había deshecho la corbata alrededor del cuello, la manera en que había desabrochado un primer botón en su camisa, y también el v

n o la mala jugada que tenía en su

ras que el contrario había colocado en el pozo

ndido, aunque había t

s jugadores lo hicimos—. Full House —comentó al ve

hacia atrás tomando el vaso de whisky que estaba en la esquina de la mes

—afirmó el croupier haciendo hacia mi lado

cuchó un susurró

ado de supervisar mis juegos cada que podía. Me miró con u

do —dijo acercándo

a mirándolo por unos segundos con

jos cruzado

culo de aquí —me pidió en voz baja mientras el croup

oupier repartió las cartas, las miré de inmediato, pero sin poner atención a si tenía una buena jugada o no. Simplemente suspi

de que los murmuros de sorpresa

vo la mirada fija en las fichas en el centro. Después la alzó hacia mí y yo enarqué u

a entender que no

y casi quis

aughan por ser solamente dos jugadores —le explicó el croupier

orde de la mesa. Sus ojos fijos en las fichas en el centro, después en sus cartas y luego d

o de mi boca acabando con todo el licor q

quejidos, susurros de ce

el croupier apuntándome y dándom

detrás de mí. Miré a Walter, me miró divertido con una ceja alza

guntó acomodándose su saco y remangándose las ma

gí de h

rtido —confesé s

ndo y rodeó

ndo? —preguntó alzando ambas de sus c

e la mesa, ahí estaba el rubio mirándome casi sorprendido pero sus ojos analizándome detenidamente, casi queriéndose

nos era un b

es entre sí. Se estrechaban la mano y después algunos reían u otros gruñían. Miré en dirección a Wayne, quien estaba en la puerta mirándome directamente.

ervisión —dije mirándole direct

s seguían juntas frente a él como si

stos días esté cuidándole la espalda

an dos meses donde me dices exactamente lo mismo, anda a tomarte la noche —demandé

para Henry. Parecía que quería hacer de mi vida aquí un infierno para terminar firmando la re

no había respetado esa decisión y había mandado aún así a Wayne a cuidar de mis espaldas. Tampoco le creí aquellas palabras. Sabía que lo hacía para saber cada una de las cosa

. Lo que él no sabía era que sabía que todas esas actuaciones yo ya me las sabía. Si bien él me dejaba en cl

s pasos. En ocasiones lograba perderlo en el tráfico, pero la siguiente noche volvía a tenerlo detrás de mí. Cada noche de juego era lo mismo, incluso l

auto con ambos maletines y estiró sus brazos para dejar

ndote enfrente de todas esas personas

ea la primera ronda, ¿o sí? —cuestioné encendiendo

rganta y se puso el cinturón acomodándose en el asiento—. Ah

n Los Ángeles que aquí? —pr

ú para salvarme el pellejo de Henry. Está i

o y me encogí

ndo estabas en Los Ángeles no era tanto e

i quisiese estar donde tú estás para asegurarse

huiremos de alguien —miré el retrovisor dond

ó hacia atrás y después

iota siguiéndote los paso

a cambiar agradeciendo que hubiese espacio entre estos para hac

n micrófono que va directo al móvil de Henry y puede escuchar

ertos. Casi como si quisiesen salirse de sus órb

negando y volviendo

ste trabajo, verdad —me reprendió W

o, pero aquello le costaría pues la acumulación de autos ya era muy notoria. Aceleré doblando en una calle como atajo para llegar al

lo mejor que podrías hacer —repuse rela

—contestó y sentí s

e hubiese dado el empleo como casi mano derecha de él en El Vice, estando en Los Ángeles. Ahora que yo estaba acá

ija al frente estando a pocas calles de llegar a LAVO—. ¿Cómo está tu herma

o después solta

n California —comentó y asentí como indicat

ja y le mir

no? —pregunté con la mirada fija en el lugar de nuestro d

e miró—. Henry me da más de lo que creería que podría ganar algún día en u

auto. Lo apagué y aclaré mi ga

ivir un año. Después de eso deberías considerar tú entrar a la universidad

. Vi que Walter hizo lo mismo después abriendo la puerta trasera tomando ambos maleti

ojos y después bajando la mirada a mi man

de mi saco. La abrí, tomé un cigarrillo colocándolo entre mis dedos y

ieres después tomar un trago aquí

endedor y después de dar una calada volví a tomar el cig

en la barra —dije haciendo p

untar. Miré a la par, donde la fila de personas estaba casi hasta la esquina de aquella calle. Negué sonriendo mientras vo

aba y las estrellas apenas podían ve

ones. Probablemente jodiéndolos de una manera en la que nunca pensé que haría. Si bien había detestado ese olor en mi

ora había hecho para poder llevar a cabo lo que tenía en mente. Henry se había encargado de seguirme los pasos cada noche de juego. Yo me había encargado de infiltrarme en sus asuntos privados. Ahora que tenía un lazo qu

lo estaba. Ella también lo estaba. Me había encargado de asegurarme de que las

nos segundos. La pregunta de el cómo estaría no tenía caso del todo, pues tenía una idea por lo informes de cada semana qu

por toda la habitación. Quería pensar que estaba en la cocina o en el baño. De verdad deseé en ese momento que siguiera ahí, pero no estaba. Se había ido, otra vez. Y no sabía si aquello había sido lo mejor. No sabía si hubiese preferido

e la cama, de inmediato

y bajé la mirada hacia el c

é dando otra cala

na sonrisa de lado expresan

runciendo el ceño extr

aba ahí era Alejandro, me ha dicho que padre ha volado a Miami a unos as

acia el cielo. Di otra última calada, corta y después tiré el cigarro al suelo mientras volvía a soltar el humo est

le zumben los oídos —vacilé sonriendo y después ap

l club sin tener que hacer fila o recibir cuestiones de los guardaespaldas, justo en ese momento vi por el rabillo del ojo el auto de Wayne dar vuel

ado. Las luces rojas y azules invadían mi panorama. Walter y yo fuimos a la barra donde antes de que pudiésemos pedir algo, el bartender al verme s

llegamos? —preguntó el castaño mirándome cuando llegamos

tumbre —me enc

artender dejando frente a mí el ron q

esencia de vainilla que la bebida tenía. Me quedé mirando un punto fijo en la barra, por el rabillo del ojo mir

ender apoyándose en la barra sobre sus manos—. ¿Llevarán una c

fe no está —bromeó Walter a mi lado quien rió junto al ba

ulos para mezclar de una mejor manera los hielos y el ron. Negué sonriendo

le —me encogí de hombros

? —pregun

ejando el vaso de mi boca, pero lo su

que quiero llevar

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