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Historia

Capítulo 3 NATHANIEL

Palabras:4709    |    Actualizado en: 29/08/2021

ije ignorándole mientras caminaba con

o su lugar —sentenció Alejandro detrás

locaría al imbécil de tu hermano antes que a ti —aclar

área donde yacían las pocas salas de juego—. Tienes razón, es más inteligente que yo. Es por eso que m

bre mis pies y tomé al hijo de Henry por la camisa estampándola contra la pa

con el ceño fruncido—. Me importa una mierda que seas hijo del hombre para el que trabajo, él no está aquí

utamente todo a mi padre, ¿no es así, Wayne? —rió Ale

mientras la duda entre si acercarse o no era prudente. Se suponía que tenía que cuidarme a mí, pero en esta ocasión los r

arte de aquel lugar. Las maquinas de juego hacían ruido junto a las voces de las personas, poca gente había sido la que se había dado cuenta de aquella escena,

ostro burlón de Alejandro y lo solté. Había caído en una de sus provocaciones. No en cualquiera. En una en la

ctorioso mientras se acomodaba el cuello de la camisa, ac

te hace pensar que acataré las tuyas? —dije retador tratando de disimul

juego. Sin ella no serías nada —escupió—. Puedes ser muy

, chasqueé la

sí soy buen

era que decirme y antes de que Wayne me alcanzara subí al auto dejando el maletín en la parte trasera. Arranqué y decidí dar unas vueltas antes de llegar a mi

ra uno que había descubierto hace poco, era baldío, pero tenía una vista con un panorama totalmente de las luces de la ciudad. Aquel era el lugar al que iba en ocasiones p

o sobre el auto inhalando el humo que el cigarrillo hacía entrar en mis pulmones con cada calada, mirando la ciudad mi

que tenía en mente. Para poder llamar a William y preguntar por más información y posibles soluciones al gran problema que había ahora en mi vida y del que me tenía que

je al teléfono después de lib

a que no salgas perjudicado —dijo

específico de las luces de la ciudad

s planos para la salida? —pregunté

terior para poder escapar, habrá una furgoneta fuera y antes llevarás un auricular

no haya duda de todos sus movimientos. Necesito estar asegurado de eso antes

—inquirió William ante mis palabras y asentí como si fuese posible el que me viera—. He

o he recibido comentarios de que ella sospeche que estos meses él la ha estado siguiendo. Tampoco he reci

otro? ¿Todo bi

ente que viniera de su curiosidad, sin

testé decir aquellas últimas palabras porque sabía q

hijo —trató de tranquiliz

calada al cigarrillo luego dej

l club —dije tirando el cigarrillo a la tierra el cual

ue siguiéndote? —preguntó a

y caminé hacia un bote de basura que había ahí. Lo

para perderlo —reí un poco ace

los labios y respiré profundo. No necesité decir nada más así que simplemente colgué y entré al auto encendiéndolo y arra

dedor a un color diferente al que las cosas originalmente eran. El olor a alcohol era más fuerte que otras veces, y el humo que invadía el lugar no solamente era por las máquinas de vapo

tía el retumbar de la música y el eco de esta, pero definitivamente las paredes sabían bien ahuyentar un poco el ruido. No había nadie, cosa que me extrañaba un poco pues tenía entendido que ahora más

e alejé y salí del lugar probablemente esperando a toparme a Walter en el camino. Aquella noche no había

o haciendo más cosas que en otro club probablemente no se aceptaría. Salí de nuevo al gran lugar, me quedé quieto ahí por un momento y después mi mirada fu

sentidos, pero bailaban y disfrutaban de la música. El calor en el lugar era bastante notorio. Estábamos en septiembre y siquiera los aires acondicionados

nder me miró negué con la cabeza con u

n —sonreí apoyándome en la barra

ender s

te? —pregun

ando y me giré mirando a la pista, donde al fondo algo llamó mi atención y ma

ir a preparar la bebida y mis ojos se quedar

jan

brazos e inclinándome sobre esta juntando mis manos. Miré un punto fijo en la gran varie

frente a mí. Bajé la mirada, la tomé

s de que pudiese pregun

n recuerdo vin

bebida Perla Negra? —me pregun

sabor? —le dije pasando

melo—. Tienen en la barra de la cocina a un bartender

so y di un pequeño sorbo a este esperando a saborear la bebida. Asentí—. Lo tiene.

sa y después dio un sorbo. Al saborea

riendo, volviendo

ando los oj

e aquella mezcla de licores. Por un segundo casi cierro los ojos queriendo recordar más de aquella noche

os poder recordar lo que en un mom

en el hombro—. Ni se te ocurra dejarla ir, hermano —di

y asentí apret

haré —le dije y es

están apostando una botella de tequila —d

ona que se le cruzaba. Sonreí negando después mirando a Valet quien

r? —me dijo co

hacerlo en un lugar lleno de gen

me dio un leve g

e fulminó con la mirada—. Me refiero a beerpo

le dije tomándola del mentón incliná

en sus labios debido a la bebi

nda vamos —me tomó del brazo y me jaló

cortadas en una película. Sabiendo que no debería de permitir que volvi

de salir? —preguntó m

la luz volviera. Era tanta gente que aún con la a

rostro en la curva de su cuello besando ahí—. O

ba su cabeza para darme más acceso a la piel en aquella zona que besaba. Sonreí sobre ahí, después deslicé la punta de mi lengua p

e sus piernas atrayéndola a mí por los muslos. Sus manos se colocaron en mi pecho y mi boca le besó la piel suave de

asaba con ella. Con un simple beso sie

onía. Sus manos tocaron la piel de mi pecho que apenas se veía por los botones desabrochados de mi camisa. Una de mis manos se presionó sobre su nuca para poder saborear más de sus labios haciéndome casi jadear por el delicio

rtándose de la mía y sonreí v

urrar antes de que volviera a

mano colocaba un poco más de presión sobre uno de su

mano ahí casi haciéndome soltar un jadeo sobre su boca. Volví a morder su labio inferior, después atrapándolo entre mis labios succionando de este escuchándola susp

ño y apenas audible gemido que fue suficiente para encenderme por completo. M

on dificultad de mi boca—. N

e podía negar, pero también estaba la probabilidad de no ser escuchados.

onriendo sobre su boca volviendo a acercarme, esta vez

de sus manos a mis mejill

rozar mi oreja—. Pero me gustaría que mis gemidos sigan siendo solamente para la

o a la oscuridad. Se escucharon gritos de festejo abajo y la música no tardó en sonar. Miré a Va

uré al alejarme mirándole la boca mientras sonreía—. No quiero

la par del lavamanos. Sonrió, me acarició la mandíbul

la barra a pedirme una Perla N

é rodeando

ije y la bajé d

aba el vaso de vidrio y lo tenía tan cerca de mi boca que podía aún oler el Jägger

le prepare otra cosa? —preguntó Elian y

r, traté de sonreír, no pude

té de disimular lo perdido que

cupado sin estar del todo convencido ante mi respuesta. Miré a la pista dando otro trago a la bebida,

as máquinas de vapor soltó una gran cantidad siéndome imposible poder divisar con exactitud a las

bajo de identificar, justo cuando este se fue diluyendo, mis ojos lograron captar con exactitud de quien se trataba. Fruncí el ceño, después abrí los o

tros de distancia logró mirarme, frunció el ceño y se puso firme en su posici

aciendo aquí? —pregu

el ceño, pero mant

le estoy cuidando como me lo

a ella podría venir a este lugar, ¿por

en otra llamada así que le dejé el mensaje —me con

cabello de manera exasperada. Entonces mis ojos encontraron en el inicio

a —ordené mirándole y

ste tiempo? La chica no es tonta, en cualquier momento se dará cuenta que lleva un guardae

rtes, incluyendo el lugar donde Alejandro se encontraba. Necesitaba que se fuera

mirando de nuevo a Evans

a, señor —aclaró su garganta acercándose

Evans? —dije casi pe

me o no. ¿Él qué sabía sobre lo que quería o no? Le pagaba. Le pagaba para que la

ba hacia el lugar que me indicaba y a

e la gente bailando y cantando me fue

o los tirantes llegaban hasta sus hombros dejando al descubierto estos. En su mano sostenía un vaso que llevaba casi a la mitad de lo que sea que estuviese bebiendo.

te pasaba. Valet estaba ebria. Sus movimientos lo decían. A pesar de que seguía bailando sobre sus pie

eran suficiente para decirle al chico que parara con aquellos roces. El muy hijo

tán sus amigos? —

. Ella lleva ya buen rato

cabullí por entre la gente sin perder de vista a la castaña de ojos verdes quien se tambaleaba y el chico la sostenía de la

el cuello de Valet, besándola mientras

l chico me mirara y en ese momento le toma

chico, pero de inmediato la tomé rodeando su cintura con mis brazos sosteniéndola. Comenzó a reír con los ojos cerrados y

ló y casi se

l aroma que tanto adoraba,

regunté con el ceño fru

ien le pertenecía este lugar.

más había visto a Valet de esta manera. Dio un sorbo a la bebida que tenía en su mano

lcohol, pero no podía ser solamente por el alcohol que Valet se enc

s bailando con ella se a

ué mierda le echaste?! —grité esta vez soltando a Valet al mismo tiempo qu

de mi reacción y alzando las mano

er

ios no deseados que podían hacer bastante mal. Quise golpear al chico hasta que resp

r y me giré para volver a tomar a Valet quien se había qued

chilló rodeando mi

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