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Historia

Capítulo 8 VALET

Palabras:3382    |    Actualizado en: 29/08/2021

se fuera y cuando cerró la puerta casi me dejo caer en medio de la sala soltando un sollozo. Sintiéndome completamente perdida y confundida. Sin saber qu

us palabras reson

lo hará'', fueron las palabras que dijo des

reció reaccionar porque entonces se detuvo. Me miró de una manera que no había hecho desde que había regresado a la ciudad. Su mirada había cambiado y

lo sabía? ¿Qué era lo que sospechaba con exactitud? Sospechaba de lo que realmente había pasado, pero ¿lo sabría? ¿Tendría alguna idea cercana? ¿Podría darse l

uería seguir sumergiéndose en ese lago de preguntas sin respuesta, me tuve que abstener para ir

lo siento. Nunca más volveré a dejarte sola, lo juro. Pensé que estaba Cassie contigo, ya me di cuenta de que no puedo fia

undos, negué con la cabeza y

ije tratando de tranquilizar

d? ¿No te

gu

se encargó de desintoxicarme —dije bajo cerrando la

la estufa, percatándome de que en el sartén aun había chilaquiles. Aunque hubiese deseado devo

guntó mi mejor amigo a

irada, lo mi

para ahí guardar el resto de los chilaqu

staba en LAVO

o de naranja que había preparado Nate. Me encogí de hombros y despué

pon

irada verde probablemente estaba fija en mí.

si haciendo que mis manos dejaran de tall

mi rostro. Me quedé callada. Apreté mis labios y cuando los abrí para hablar nada salió de mi boca. Fue entonces cuando me quebré. Negué y entonces

ría. No podía soportarlo más. No podía seguir guardándome todo aquello. No podía no tener a una persona con la que soltarme. Necesitaba a alguien que pudiese verme llorar y

é en su pecho casi aferrándom

n los últimos meses y eso me había traído aquí. Solamente necesitaba a alguien que escuchara lo que yo dijera sin necesidad de que me tuviese que decir que estaba bien o

día de él, simplemente que el haberle hecho lo que hice esa noche no había sido lo único que había pasado. Me lo había callado por tanto tiempo. Había tratado de ignorar aquel acontecimiento. Traté de olvidarlo y enterrarlo, pero el tene

acer, correr a sus brazos y decirle. ¿Cómo lo hacía

eron salir más las lágrimas. Hasta que me sentí exhausta

abía tomado gran parte de la tarde hasta que llegó la noche. Aunque se había ofrecido a quitarme un poco de trabajo me negué, no podía aceptar ese lujo siempre. Así que

r la mayor parte de los archivos. De esa manera el día de mañana

ina se escuchó dentro de mi pequeña oficina

ontrarme con la pelineg

rme más con otras cosas y ahorro tiempo —me excusé diciendo aquello mie

, después miró la computadora frente a mí y luego los

a casa? Ya está atardeciendo y no tarda en oscurecer, ya sabes que el clima pronto cambiará

omaré un taxi, te lo agradezco de todos modos —dije con s

nos segundos me devolvió la sonrisa, dio un p

es pedirle igual que te lleve, ten por seguro que no le será moles

que la confianza a este punto ya era transparente, aún me sentía apenada al tratarle de 'tú'. Habían sido tan buenos conmigo

ante notorio lo que había entre ellos. Las miradas, las sonrisas, los tratos, todo. Igual hacían bonita pareja, pero lo que no entendía era el por qué no lo de

o esta. No podía quejarme y creo que era por eso que también había decidido conservar este trabajo a pesar de las dificultades. Aunqu

y sentí la vista cansada, fue cuando decidí poner un alto, guardar todo y acomodar todo en su lugar antes de irme. Entonce

as fruncía el ceño acomodando lo

penas un rechinido y

gues aquí, linda

asi sueltan las páginas en la carpeta, pero de inmediato las dejé en el escritorio y me

ocultar el miedo y el te

—escupí con c

pizca de la sonrisa. Después miró por la puerta, de reojo, sonrió un poco más y dando solamente un paso hacia adentro cerró la puerta detrás de él. Luego bajó

nta —dijo después de

asi chocando con el escritorio. Una sonrisa

to hi

e al gran librero que había en una esquina. Deslizó su

sintiendo coraje y asco. ¿Cóm

te —contesté sintiendo el n

. Era claro que él sabía que el tenerlo ahí era algo qu

me asfixiaba su presencia ahí. Mis manos se aferraron al escritorio detrás de mí y mis

sonriendo de lado mientras me miraba de abajo hacia arriba c

del escritorio y mis piernas temblar un poco, traté de disimular

—mascullé y m

risa de lado, pero después borrándola mientras me miraba con los ojos entrecerrados y apretaba la boca. Mi respiración se hizo pesada, podía oler su colonia que, aunque olía bien había detestado ese aroma. Había llegado a sentir ese aroma en mí durante meses y había dete

ano subió a mi cuello acariciando este y s

ó cerca de mi rostro sintiendo como sus dedos m

vió de nuevo a mi cabeza y sentí las lagr

ilo de voz girando mi rostro hacia

una sonrisa burlona en sus labio

disfruté bastante —dijo con una sonrisa y sus dedos volvieron a bajar a mi cuello—. Se sintió t

o. Lo miré con asco, con odio, con ganas de hacer más que solo un patético golpe. Bastian no emitió algún sonido, tan solo se quedó así, con el rostro l

y con brusquedad me jaló estampándome contra la pared. Jad

eguir viéndote siquiera ni en una pintura. Eres hermosa… —su otra mano bajó por mi cuerpo hasta llegar a mis muslos, apretó ahí y después subió su mano a mi trasero donde apretó con fuerza casi pegándome a su cuerpo—, pero no eres más q

por mis mejillas comenzaban a correr las lágrimas. Traté de apartar su m

cullar sintiendo como come

ernas y el trasero como si quisiese dejar en claro que él podía hacer todo lo que a él le placiera. No podía respirar, sentía que en cua

r. No puede. Al

do que no faltaba mucho para

descontroladamente y sentía que me desvanecía ahí mismo. Sus brazos me atraparon antes de que pudiese caer al suelo. Hubiese deseado hacerlo antes de que él me tomara en sus brazos, pero me sentía

egues —lo escuché d

cuchó, unos pequeños

que dijo aquello—. Sebastian, ¿todo bien?

rrándome a Bastian, él sosteniéndome en

cumentación de negociación y de repente le dio

ark pero apenas lo hice la mano de Bastian m

ntó Mark preocupado y dando

más de lo que pudiera arrepentirme. Tragué saliva sintiendo ardor en la garganta, miré a Mark d

ije lo mejor que pude ocult

ándome, completa

trataré de ponerte menos trabajo en estos días, Valet. Me encarg

e yo de eso, yo la llevo —dijo Bastian

r favo

, Sebastian? —

frecerme a llevarla —dijo Bastian y quise mirar a Mark para

mañana puedes tomarte el día libre, sin ningún problema —

en

o único que sal

ó a Bastian

scansen —dijo antes de

o hacerlo tomándome por la barbilla y levantando mi mirada. Me sonrió de lado,

llevarte a casa? Seguro n

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