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Historia
Y llegaste tú

Y llegaste tú

Autor: Lina_Shuls
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Capítulo 1 CAPITULO 1. “DESAGRADABLE PRIMER ENCUENTRO”

Palabras:5245    |    Actualizado en: 20/09/2021

lguna falla en su atuendo. Recorrió su esmeralda mirada de pies a cabeza, pero su refle

blanca y un blazer de color negro. Con resignación posó nuevamente la mirada en su reflejo, pero lo que no la termi

enta de que este no le respondería, sonrió. Aún tenía esa m

a tomo entre sus manos su alborotado cabello, lo alzo alto en una coleta y lo ató con un moño, pero el resultado no le convenció. Era necesario verse bien, esta vez tenía que conservar aquel empleo a como

n era reunir todo el din

con la mirada seria y negó con la cabeza. "

a habían despedido hace solo dos semanas. ¿Motivo? por voltearle café caliente a un cliente asqueroso que se ha

el argumento que uso el cliente para defe

e le quedaba viendo sin quitarle los ojos de encima. A donde ella iba sus ojos la seguían, y lo peor de

gracias a Maggie, su mejor y única amiga, había logrado conseguir un empleo de tiempo completo por tres meses en una importante compañía de arquitectura. Ella, sería la secretaria personal del director de dicha empresa. Sin duda

e y armoniosa voz proveniente

formada figura de su amiga a t

ta— contestó un

pero todo se iba al carajo cuando se ponía nerviosa o cuando la supervisaban de cerca. Su estómago estaba apretado y ahor

n su lugar y comenzaba a jugar con sus dedo

estar bie

Aunque era mucho mejor que Mini tú, con el cual la llamaba en un inicio de su relación, haciendo alusión a su estatura. Liz medía sobre el metro

. — Advirtió Maggie cambiando de tema. Liz abrió los ojos y como pudo, corrió por su bols

ces que todo estuviera cerrado

Maggie se detuvo al percatarse de que todo estaba exactam

ada— dijo Maggie

lomo de Mila, su peluda y mañosa gata. —Sabes que no me da hambre por la

a mirada mientras Liz f

abía días en que pasaba el día completo sin comer. A veces cuando la observaba sin que se diese cuenta, podía ver que a veces solo comía una vez al día. A Magg

orque fue interrumpida. —Es la comida más importante del día— Liz

y resopló. —Entonces deberías a

uando quería. No obstante, al ser un día importa

a Mila y revisara por novena vez que

a acentuar nuevamente. Como era costumbre, respiró hondo un par de veces y se obligó a mirar por la ventana. Las calles no estaban

é capaz de cumplir las expectat

el semáforo dio en rojo y se

teligente. Solo trata de hablar un poco más y ya verás que encajas de

había sido la única persona que le había enseñado y entregado un cariño especial e incondic

a que todo irá bien en su primer día de

adulta en estos momentos—contraat

se había formado se esfumó de la n

e del semáforo. —Ella dijo que te daría un recorrido por la empresa y te explicaría tus funciones. Según ella son cosas “tan sencillas”—Maggie hiz

le ofrecía la solitaria autopista mientras sus recuerdos se remontaban hace cinco días atrás, cuando la rubi

icho Maggie a Liz mientras le contaba la notici

star completamente convencida sobre lo

nvencer a Lucia—hermana mayor de Maggie—de que

mpañía de arquitectura. Y había sido ella quien le llevó la noticia del empleo a Maggie, pero esta lo r

o. Solo después de discutir muy severamente con ella esta aceptó a que

ltara el dinero— hab

a para ocupar un puesto en la c

ue hablé con papá sobre mi puesto en la empresa familiar. ¡No lo quiero, no es d

Lucia, la familia esperaba que ella trabajase en una de las compañías familiares o que mínimo se terminara por desempeñar en el campo laboral

Te por seguro que lo hará bien. — Había replicado Maggie a lo cual Lucia

ue sea puntual y que valla presentable, si no, dudo que siquiera

ica a contarle la noticia que le tenía a su

ían que el estilo de la pelinegra era bastante simple. “prefiero sentirme cómoda que verme linda” era el lema preferido de Liz y por eso, sin esper

Maggie la reprendiera por orgullosa. Y si a eso le sumabas esos grises ojos suplicantes tipo gato con bota

un argumento que Liz nunca podía contradecir. —tómalo como una inversión. La secretaria es la viva imagen del jefe y si la secretaria e

lencio que se había instalado entre ellas, el cual no era un silen

ncogió d

ria. Ella dijo que él estaba ocupado y que

one que tú serás su secre

a y según supe, su embarazo tiene ago de riesgo y necesita reposo durante ese periodo, volver

a la curiosidad de Maggie, ella quería saber cómo sería aquel

y difícil de complacer, mas no sabía si era joven o mayor. De cualquier forma, su mente se quedó con la i

anto aburrido, que le proyectaba a su loca imaginación un hombre anciano entrado en edad, quizás también en k

arse cuenta de lo loca que podía ser la imaginación de su mejor amiga—Creo que así deben de ser los directores de empresas, la mayoría de los que suelen aparecer en televisión son bastan

supera mis expectativas.—d

del drama.—contraataco Liz d

se a la cantidad de novios que había tenido, era una eterna enam

—pidió la rubia ante la

? —pregunto Maggie horrorizada ante la idea de que su mejor ami

r años alcanzar ese estatus, y era obvio que alguien joven no lograría llegar hasta ahí, ni siquiera en sus m

r salir con vida de mi primer día sin

ctiva o un toque indeseado, porque mirar documentales de asesinos seriales no es solo una afición. — bromeo Maggie, aunque entre esa broma había algo de verdad. Sin embarg

Maggie sacando a Liz

u bolso. Respiró hondo una última vez y sintió c

otro empleo. Se

e con la hora de tu salida. —Le pidió Maggie, quien de

afés y atención al cliente. Estaba por cursar su último año de universidad y nunca en su vida había hecho trabajo administrativo. Además, ella solo tenía veintitrés años. Quizás para los hombres de negocios ella sería alguien tont

ió a la realidad y dejo escapar el aire que

ro. — Se despidió la chica de pelo oscuro saliendo del auto, pero no sin antes e

o que vio al bajarse fue una obra de arte de casi veinte pisos ¿en serio es una empresa de

uitectura, la imagen vende, cariño. D

s con trajes formales que entraban y salían del edificio. La muchacha por pura curiosidad se comprometió a bu

os diez años más, pero al fin y al cabo eran como dos gotas de agua. Ambas poseían la misma altura, las mi

mpresa mien-tras miraba en todas direcciones h

pentino abrazo fugaz. La pelinegra se sorprendió ante aquel gesto de

otivo no era solo por ser amiga de su loca hermana, ella, al igual que toda la familia de Maggie, estaba al tanto de su situación económica y familiar, por lo

iones de cómo llegar, yo tengo una reun

que a Liz le recorriese

ue tenía apariencia de hotel cinco estrellas. Aun así, opto por no decir nada, tampoco era obligación de Lucia escoltarla—pese a

caminar con tacones, pasaron por un pulcro pasillo blanco. Liz no pudo evitar quedar cada vez más asombrada con lo que veía, la recepción era igual que en las películas, grande y c

a los elevadores. Había tres elevadores en total, pero la rubia apretó el b

s uso exclusivo del director en jefe. Cuando las puertas se abran vas a ver un p

scritorio. La otra es la sala de juntas. Toca, él ya te debe de estar esperando— Eso no se escuchaba difícil, ella podía hacer esto. —Sobre el escritorio Amelia te dejó una guía

ia luego de dedicarle una última y perfecta sonrisa de despedida se giró con una gracia que solo ella podría poseer y comenzó a

y aun así caminar de una forma tan elegante, mientras que ella, lo únic

güenza, pero al darse cuenta de que el ascensor estaba vacío, el alivio la invadió y su vergüenza se transformó en u

ión comenzó a acelerarse. Realmente no quería que algo saliera mal, quería trabajar, necesitaba juntar suficiente dinero en caso de que no pudiera encontrar empleo después de entrar a clases, así ya tendría una pequeña cantidad extra para pagar su alquiler y estar más tranquila. Otro agudo sonido se escuchó y las puertas se abrieron. Liz

osa, no obstante, lo que atrajo aún más su atención fue que se podía contem-plar la ciudad en todo su esplendor gracias a los transparentes ventanales que cubrían todo el lado izquierdo de la habitación. Liz se giró y diviso el escritorio, este se veía solitario y vacío

> Pensó con

espondió. Volvió a tocar, esta vez un poco

a a punto de tocar una tercera vez, pero

bviamente no hay nadie dentro. —l

oluntariamente y se giró para enf

azul, indicándole, que debía levantar un poco más la vista para poder encarar a aquel tipo tan irritado, pero no contó c

tragó saliva. Su verde mirada lo escaneo de pies a cabeza

mientos de Liz, “nunca había visto a un hombre tan guapo” en toda su vida, al menos no en persona. Su cabello era negro como el suyo, probablemente más oscuro y tenía unos ojo

iña aquí? —inquirió él con voz g

ceño con indignación. Realmente no pod

s sorda.—manifestó de forma sar

do decir nada debido a la ind

o, quizás irritado, pero ¿tenía ella la

n esté teniendo problemas aquí. —La voz de Liz era calmada, pero sin duda el comentario sarc

, cualquier persona hubiera agachado la mirada y susurrado algo como un "lo siento, Señor" sin siquiera o

genial, su mañana no podía ser mejor. Acababa de tener una fuerte discusión con su padre y cu

e que no la conocía, en realidad, nunca la había visto. Eso lo hizo sospechar de la joven. Sin duda supo de inmediato que Liz no formaba parte de su personal, y de eso est

mejor ese concepto no pegaba para nada con ella. No obstante, no pudo evitar que aquellas palabras es

n este piso? — preguntó

cortés pero cortante, no tenían ánimos

de saber a

o no podía leer la brillante placa con el nombre d

e leer? —manife

a mi pregunta.

agerado. —A Gabriel W

de confusión. ¿Había pasado algo por alto? Que él reco

uién l

quería darle ningún tipo de informaci

ala gana—, Lizbeth Tyler

taba haciendo nada malo. Y pensar que por un momento pensó que él era guapo. Fue una lástima que él m

iraba con el

sí mismo, saboreando el

or secretaria le había entregado en sus manos hace unos días atrás, y del cual solo le leyó el nombr

o lo caracterizaba—. Un gusto, déjeme presen-tarme. Soy Gabriel Well

y sintió como dej

nte estoy jodida fue t

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