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Historia

Capítulo 3 CAPITULO 3. "RECUERDOS”

Palabras:2323    |    Actualizado en: 14/10/2021

reproducía su celular. Su peluda gata estaba toman-do una siest

n a la edad de veintitrés años había asumido el puesto de CEO en aquella empresa ya que a pesar de su corta edad era bastante inteligente y tenía un futuro prometedor. Además, no solo estudió arquitectura para graduarse con honore

ciega después de todo, pero eso no era imped

ión por no haber redactado unos e-mails tal y como él lo había pedido. También la había reprendido por haber ll

contarle lo sucedido, pero al verla tan entusiasmada no le quedó más remedio que narrar su día, aunque obviamente omitió algunos detalles…como por ejemplo su prime

didad ya que si le contaba como habían sucedido ciertas cosas, Maggie no pensaría lo mismo, y lo que es peor; ella sería capa

rio, las únicas veces que se hablaron fue para anunciar reuniones y reca

con Lucas. Ellos habían estado almorzando juntos todo

erminó de entender. Cuando ella le dijo que estudiaba fisioterapia este no le había creído y se había reído a carcajadas, pero al ver el ceño fruncido y el la seria expresión de Liz, no tuvo más remedi

dirigió a la cocina para buscar algo de comer, ya que era tarde y pese a que

e lo contrario Maggie se eno

ciera comer, luego caminó hacia el microondas y vio que aún quedaba

rá— se dijo

ndiente. Su madre y única familia la había abandonado de la noche a la mañana sin siquiera despedi

su situación, pero unos días después de haber asimilado la huida de su m

idencia acogedora, no muy grande pero tampoco muy pequeña como para ser llamada caja de fó

a lo que necesitase para comer. Liz nunca le contó a nadie de su situación, ni siquiera en sus peores momentos. Era consciente de que aún era menor de edad y temía que se la llevaran a

os inundaro

tu mejor amiga es esa niña o niño con el que creces, ese que conoces de años y con el cual eres inseparable,

a no tenían nada en común, de hecho, no se hablaban debido a que pert

no poseía ningún amigo, no es que no lo intentase, pero simplemente no conectaba con nadie y tampoco tenía tiempo para ello. Liz hablaba con todos

aba como tal, ya que por alguna razón la gente siempre estaba a su alrededor sin que ella hici

s como parejas las dos chicas c

ás un palacio o mansión como las que salían en la televisión. Allí Maggie vivía junto a su madre y su padre, pero este casi nun

sas madres que trabajaban hasta tarde? Quería preguntar, pero no se atrevía, después de todo no eran amigas o pers

la casa y buscó fotografías de su madre o su famili

o".

abajo, ella siempre le ofrecía algo para merendar. La en

ia a modo de darse ánimos. Así que Maggie le dio u

s salieron un poco temblorosas y no quiso hacer c

ego retomó esa sonrisa a la cual Maggie ya se hab

ie fue en que quizás sus padres eran de algún lugar lejano y que ella

cil estar lejos de los padres, o eso c

sus padres ella solo se limitaba a decir que no vivía con ellos mientras sonreía y la gente ya no volvía a preguntar. Pero

Liz un poco más cortante de

e levantó su rostro para formular más preguntas, pero cuando vio el afligido rostro de Liz, se replanteó las preguntas. Pero de verdad tenía curiosidad. Además, Liz le caía bien, a ella nunca le importó no tener ami

to Maggie sin darse cuenta

eces. Pero eso no significaba que le gustase el rostro que colocaban las personas cuando les decía que vivía sola, sin padres. Detestaba que la miraran con aquella expresión lastimosa, como si tuvier

la y serena. Liz había ensayado ese tono de voz inn

e redactar el informe de su trabajo

aciendo aquel proyecto, habían logrado llevarse súper bien a pesar de ser muy distintas la una d

ella, sé que me en

ero a Liz le hacía feliz estar con la rubia ya que no solo se veían para hacer el trabajo. Ambas habían comenzado

epentirse de confiar en Magg

. Cuando Liz levanto nuevamente la mirada esperaba encontrar esa expresión de lástima a la cual estaba acostumbrada, pero lo que vio fue distinto. Maggie tenía los ojos muy abiertos y una expresi

mis tarjetas de crédito lo arreglan y compensan todas las carencias afectivas que tengo. Lo mío es distinto a lo tuyo, pero creo que en cierto modo nos parecemos. —La voz de Maggie era apenas un susurro y los ojos de L

catalogar su amistad, porque desde ese mismo mome

seguraba de que comiera y de que no se enfermara. En todo sentido parecía su madre. Liz creía que tenía mucha suerte por haber encontrado

en su vida y le gustaba pensar

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