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Historia

Capítulo 4 || REGALO ||

Palabras:8213    |    Actualizado en: 22/01/2022

on todos y con todo, debe estar predispuesta a lo que los demás pidan de ell

mi imagen, desde la tiara de oro que me habían obligado a llevar y de la que

o que fingía hacerlo, ya que los ojos del parlamento enter

directamente sobre mí, sino a

o del rey para adelantar la reunión con el parlamento y el co

ejos del hombre a mi la

nio y nuestro país invitado, antes de que un hombre d

consejo de guerra, pero me parecía más un puñado de viej

que el príncipe Ascian estuvo

a más que contento con la atención que recibía del parlamento. El d

, ahora que tengo conocimiento de ese dato me aseguraré de hacerles llega

sentantes de los diferentes movimientos políticos del reino, hasta encontrar e

davía me r

era largarme de allí de inmediato—es que con la situación tan pe

ejo ine

entaban una historia romántica donde el príncipe y yo nos escribíamos cartas

conseguir beneficios de la guerra: Aphud podría deshacerse de un reino que seguramente los encerra

lación y al príncipe de acuerdo a como íbamos a llevar la bo

mblaban, el cuerpo entero me dolía, los oídos me zumbaban y

o me moleste en escuchar—que tenemos temas má

sobre mi cabeza, pero, ese era un problema del que me encargaría

ojos en un hombre encorvado, delgado, de largas barbas blancas y de cabeza calv

trayendo la mirada de todos y encarné una ceja para que h

rto movimiento de cabeza antes de seguir—, ¿Q

tema que va

palabra. Giré la cabeza para ver al rey que estaba con el ceño fruncido

r—. Esperamos ayudar en todo lo que podamos, nuestros recursos, nuestro ejército e

scuros que derro

buena propuesta, podíamos despejar varias zonas afectadas por

meter a mi pueblo en una ciudad extraña donde no sabía cómo iban a recibirla y mucho menos en

as fuerzas d

revió a hablar, sin levantarse de su silla casi con te

o. Que

rio—, necesitamos protección para nuestro propio territorio per

en escuchar porque en ese momento la puerta se abrió silenciosamente. Sentí un escalofrío recorr

sentí que me relajaba lo suficiente para ignorar el dolor de mi cuerpo entero. Respiré profundamente mientras a

el hecho de la disminución drástica las importaciones de diferentes fr

esta guerra, según las últimas cartas de los generales pasando sus reportes, los deces

nte a mí, pero el líquido cayó en mi estómago como ácido, s

a decirme algo, pero lo ignoré moviendo la pesada tela del vestido dorado

de cabellos oscuros—, ¿Le importaría r

resente. El Rey Kalias no pareció notar nada extraño porque solo a

e ira contenida y solamente me enderecé

no desea que sus invitados escuch

sola vez y emprendió la marcha adelante, Bastian me miró preocupado

ue me gustaba pasar el tiempo, ahora, solo lo conside

rio mirando el sello real con falso interés. La cabeza me daba ligeras vueltas y las manos me sudaban demasiado

nios quier

lzura y amor paternal frente a otras personas, pero solos, me hablaba

ue eres para despe

visto en la vida. Al preguntarles qué demonios hacían en mi habitación me había

fueron despedidas cruel e injustamente por el rey. Así que o

el rey—, el maldito reino es m

del palacio y del reino muchos años antes de esta guerra, así que y

do que yo

tenso, sus ojos azules eran dos pozos vacíos y una d

lancé, él lo atrapó de mala gana—, si tanto poder tienes entonces mantén la maldita

para saber que había beb

entras que yo rodeé la silla, di un p

amino a la puerta—. Ahora tienes el título, la corona y

es de que, de manera brusca me retuviera del brazo. Todavía con más fuerza a

uerra no te quiere y a nadie en el reino le importas—sus palabras se clavaron

sobre mí, porque, me había dado cuenta que la única pers

a que puede asegurarle paz al pueblo que usted condenó a la desgracia. Puede

que en realidad estaba en perfecto estado ant

ra y el parlamento le besen el culo. Yo

nuevo a mi habitación para quitarme la maldita tiara. Entré y me encontr

s la vida,

. Sabía la situación en la que vivían ambas chicas y no iba a dejar que las echaran

resto de mi cuerpo que me pedía tenderme

de inmediato—. ¿Bastian les entrego

Majestad—confesó con

e compensación para n

a silla frente al tocador—. Ahora quítenme esta tiara antes de que

diato, M

rmario una capa a juego para con mi vestimenta. Al final Dinrya me colocó una hebilla delicad

. Las dos enviadas por el rey no hicieron más que parlotear sin importar las veces que los mandará a calla

r de inmediato. Planeaba alejarme de

e además de mi tenía derecho a despedirlas, para que tuvieran a

ido para no irme de cara escaleras abajo. Al llegar solté

partir a visitar a las familias dolientes. Sabía que el dinero no compensar

i cuenta que Bastian hablaba con alguien que estaba de espaldas a

conversación de inmediato

cipe Ascian, estaba tenso y casi preocup

o lo orden

e inmediato

tras que yo solo miré a Bastian hacer una corta reverencia antes

abló el príncipe divertido—,

idiéndole permiso—puntualicé—. Así

n la mitad del camino obstaculizando la salida. Además, no tenía por qué rodearlo si é

zando a odiarlo—. Solo quería tener conocimiento de

r lo que esas palabras

r que comenzar una conversación con él respecto a las condiciones de nuestro matrimonio,

logrando que su sonrisa se ampliará—, ambos sabemos que

o si quería saber porque no podía referirme a ese hombre con

guntó divertido—, a lo mejor

e—. Lo que vamos a hacer no es más que un teatro para un

o oídos,

on usted, no quiero tener que verlo—menos esa sonrisa de burla a tod

quisiera hacer para divertirse o pasar el tiempo me daba igual siempre y cuando no

odio m

falsamente ofendido mientras ladeaba un poco

—. Lo único que quiero que entienda que no quiero saber nada de usted, su vida o

mi pueblo t

una ceja mirándolo—. ¿Ahora podría ten

e moverse dos pasos a un costado. Caminé buscando a Bastian en el

a—su odiosa voz se escuchó justo a mi lado—. Una

rd

e acerqué a Bastian que

e de mi esperaba que con esta alianza pudiera ser testigo de la

carruaje para mí y entramos al carruaje que no tardó en moverse, saber que me alejaba del

con el Príncip

aña porque él siempre estaba preocupado en cualquier cos

eguntó con cautela para no res

te mejor que mañana—espeté mirán

resultó extraña. ¿Qué clase de

r su... reac

eacció

vía más preocupado e incluso nervioso, podía ver el sudor acumulándose en su

ación—soltó apresuradamente—. Quería saber que tan entre

cerrando los ojos con fuerza para no ver mi reacción. Miré hacia la ventana del carrua

io, si quería meterse en la cama de todas las empleadas, las doncellas

or conveniencia y no me afectaría que quisiera compartir su

cio quiero que tengas listo mi reg

rse un regalo, en privado o público, como una promesa de mantener viv

ue sería,

do para el regalo de compromiso que iba a entregarle al Príncipe. Necesitaba al

ejores y llévalas a la habitació

eron tanto como les fue pasible, sus labios se separaron

, así que el que yo le pidiera exactamente eso a Bastian era como si hubiera

núe hablando para la sorpresa de mi consejero—, asegúrate de que

segura,

ía la ventana ignorando las náuseas que el paisaje me c

romiso y desgraciado matrimonio me da igual—confesé—, lo único que ten

demostrar nada más excepto mi profundo desinterés y desagrado por cua

con otra intensión me generaba el mayor rechazo que po

que alguien nos escuchará—, en algún

i descendencia no me interesa—puntualicé—. No voy a tener un hijo o hija con ese ser y si él desea reproduci

rtad suficiente para dejar de escuchar a sus padres y vivir su juventud, pero si su pensamiento involucraba te

ía terminado, Aphud y Khelvar serían reinos separados de nuevo y cada quien podría seguir con su vida. El Príncipe Ascian viviría sus necesidades hasta donde durará y yo r

el Príncipe Ascian creyera que tenía alguna derecho sobre mi o sobre mi cuerpo. Me

lemente Bastian—, ¿No le interesa que el ducado,

l consejo de guerra creen que me importa que el Príncipe tenga una, dos o veint

e refiere

o—murmuré mirando de nuevo a la ventana—, pero

le había dicho a Bastian, a veces el verdadero poder no está en la magia, sino en los secretos que l

abía pedido para esta noche, hacían que Bastian se imaginará todos los escenarios posibles de

arle poco. Todos sabían en el palacio que ese matrimonio era una farsa montada es

el carruaje entraba a la zon

arán los cuerpo

guerra desesperados por información que nos hiciera tomar la de

d de ellos mañana—informó serio—, se esp

o est

o lo orden

i pecho más dolorosa que la habitual. No me gustaba venir a informar que alguien había muerto pero

l carruaje seguida de Bastian, sentí la mirada de los que pasaban en el pequeño pue

ó con sorpresa. Apreté los labios antes de abrir la tapa de la caja, el movimie

a su sacrificio y

ras veces. Pero a lo que nunca podría acostumbrarme era los gritos de dolor, las lágrimas

os a una guerra que les había quitado tanto, al menos hasta que tomaban la me

ior. Pero lo ignoré como tenía que hacerlo siempre mientras terminaba de entregar las medallas, de dar mi pésame a las familias y sentir dolo

ía soportar al rey, al príncipe y mucho menos a Caius que seguramente tendría varias cosas que decir respecto al

arlo conmigo debía hacerlo con alguien que supiera aconsejarlo para supera

camino del palacio para buscar mis regalos, sabía que él en

tamente común. Lo que no era normal era la

le rostro y luego en los hombres

cesa

oscuros se posaron en mi con una sonrisa que quise borra

e con intención de decir

se—espeté de mala gana, ella cerr

decidió ignorar su mirada para matarme silenciosamente con la suy

ey para hacer una reverencia. Miré al Rey Kalias que parecía analizar la

fe

tado—murmuró la mujer co

s que solo asintió—. Solo venía a informarles que ya he cen

inato que parezca un fatí

rey con fingida preocupación—, no hemos s

e se movía discretamente—, estuve entregando las compensaciones, las medalla

isiera, pero, fue otra voz rebosante de amabili

s alrededores

svanecido a su estudio, pero el Rey Kalias a mí, directamente, no

odido ir a todos los rincones del reino por desgracia, pero,

untarlo más para él mismo que para mí—, hay

aquellos que no podemos partir a los frentes así que lo menos que puedo hacer p

dejo de importarme cuando su odi

ena persona, P

u cabeza. La idea fue más tentadora cuando ella rehuyó de m

mostró más asustada—, ¿No cree que l

a diversión en el cuerpo de la mujer que ahora buscaba discretame

no a la tensión que emanaba la señora Greft—, hasta ahora sus acciones so

de que él estaba viendo más allá de la situación imaginando en

e de acuerdo,

ue no me han hecho nada malo y si se han sacrificado por mí, no significa que tenga la misma consideración

guna persona en e

cubrir hasta qué punto iba a resistir sus palabras, lo que no sabía era que mi paciencia era cas

udo los conozca—la mujer empalideció de inmediat

era conocer más sobre la labor que realiza con l

que hacía o, lo que a veces Bastian me obligaba a hacer, no quería tentar la suerte para

o me dolía a cada paso, estaba mareada y sentía la cabeza convertida en una diana a la que

ndo el dolor de mi cuerpo—, tengo asuntos inaplazables y

muy conforme pero tampoco parecía dispuesto a rogarme más. Me giré y salí de la habitación dis

iba a matar a los guardias que la dejaron pasar por h

midades me lo permitieron y atravesé la pue

estaba en el palacio—informó mi hermano aunque no l

ue no la soportaba y tuvo que sacarme de su casa arrastrada luego de que tuviéramos una muy ag

hermano sentado detrás de su escritorio con una mirada comprensiva—

e—resaltó Caius para tranqui

los puños con fuerza, sentí mis uñas clavarse con brusquedad en m

que el rey es suficiente para detenerme?, debería hablar con mis buenos amigos

s bastante vengativos que cruzaban por mi cabeza—, ellos no han te

—espeté con odio cada

que odias tanto a—Caius

amente hará hasta su muerte el rey, pero, había dado mi palabra

ada como tal—me senté cansada en el sillón aunque mi cuerpo me do

ro del palacio a menos que se me antojará demostrarle al Re

era una buena idea

unté con incredulidad—, hasta donde sabía

sintió Caius—, solo

r casarse con el rey así que no quiso saber nada de su relación aunque hablaba ocasion

a del palacio aunque nos había gritado cuando le informamos de su protección. Que no nos quisie

co a mamá y a ella parece reconfortarla tener un troz

ría mal en esa mujer—suspiré dive

por la

pel que miró como si se le fuera la vida en ello. Sabía que estaba evitando el

a volver a

de temor y preocupación a Atlas y que eran la causa

po—susurró Caius mirando el documen

ra quedarse ahora que tenía

ste con

verse débil, lo sabía, pero no podía hacerse daño para llenar su o

a con más fuerza el papel entre s

pa que había experimentado con ellas, ese sentimiento

ra responder a tu pregunta, si hable

¿

rsonas estaban especializadas en tratar los traumas

y me miró falsamente serio—, yo no t

o esas imágenes, cuando había sentido lo que eso causaba e

interrumpí con suavidad—, si no qui

as salido de la comodidad del palacio en año

mi pasado, Caius,

esperadas, acciones inhumanas y crueles de las qu

e sangre me pesaban más que aquel dolor que nunca dejaría mi ser. Me tocó aprender sola a superarlo, a entenderlas y luego me di

completamente la profundidad de esas pa

o que quie

ya entregado mi regalo de compromiso para el Prínci

ra, e

e sus cosas, no iba a aceptar solamente por su curiosidad y justo ahora

ie, sentada o fingiendo que no estaba doliéndome el

cesa

aurará con más fuerza en mi cuerpo. Me detuve a la mitad de las escal

cipe

su espalda mientras me ofrecía esa so

me parece que no terminamos l

incrédula—, creí que el

esa conversación había quedado completamente terminada. Para mi sorpre

mañana—puntualizó—, no me ha

o diferente

es que tengo mucho que decir respe

bos sabíamos que

varía a esa conclusión?, siendo sinceros ambos íbamos a ser extraños que se vería ocasionalment

encogí de hombros ligeramente—, no

tema importante—señaló el pasillo—. P

ente entre las sombras antes de desaparecer. El regalo es

tivamente no iba a entrar en la misma habitación reduci

iste una tradición entre

ero me concedió el derecho a dirigir la conversaci

iento de eso. ¿De qué

ta, pero seguro lo que no era cierto era la intención. Por la manera en que el Príncipe sonreía parecía pensar que n

muestra o promesa de mantener vivo el mismo sentimient

nó ligeramente una ceja con diversión—,

habitación está preparado el regalo que le deja e

mente él esperaba que yo aceptará sin más acompañarlo a su habitación para escucharlo h

n regalo para

dicho como si la intención de

alo, ni quiero un

nto

darle deje muy en claro los demás aspe

se acercó a su habitación, movimiento que aproveché para darme

da de mi vestido para seguir subiendo las escaleras. Qu

ncesa

por las escaleras, suspire con cansancio porque esta

amente para alcanzarme, con bastante sorpres

que su regalo est

para celebrar su desastroso compro

la que habían elegido obtener sustento, de hecho, trataba de idear alivios, programas y oportunidades para acab

¿A caso esperaba ese tipo de

luciendo descolocado—, ¿Por

irtiéndome—, no le estoy regalando a esas mu

titud burlona en la puerta de la habitación, sacud

o l

o que hacemos ha

o si quisiera que la conversació

me da es

onmigo nunca—puntualicé—, ese es el m

á que tenga

a. Los ancestros m

o matrimonio no puede darme

aderamente perdido y eso definitivamente no se parecía

ue le sea infiel

tenciones de quedarme a ver lo que v

llegar—frunció el ceño—

, frustrada, molesta y ahora muy ofendida p

permití—. Si no me respetará, solo por el hecho de las cosas que su reino le va a brindar a Khelvar en esta situación, lo prime

e quiera en mi reino menos a mí misma. Nunca va a ponerme una mano encima sin importar las fuerz

uité el estúpido vestido y me deje caer en la cama para dejar salir

as en el mundo, en el universo entero, además de los nuestros. Es algo tan egoísta y fácil de ha

uando las cosas parece que no pueden se

Greft, las mujeres del palacio y el rey no tenían tanta importancia cuando la realidad me golpeó con f

noreste y tenía intenciones de

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