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Historia

Capítulo 7 || BENDICIÓN ||

Palabras:7856    |    Actualizado en: 01/02/2022

ad, ya

H

sperando en

H

Caius pregu

H

pe Ascian y el Príncipe Caius esperan por usted, lleva más de 1

añado desde que había llegado al palacio hasta había

entumecidos y adoloridos por el esfuerzo pero había valido la pena. Escuche

tro invitado descansar-suspiré con falso pe

speran para que se

a mientras dejaba el afilado objeto de metal en una mesa

de entrada-miré la tela de la falda completamente húmeda y de color

te blanco como el papel mientras su nariz arrugada demostraba lo poco que disf

pida al fondo de la habitación-

un camino que seguir-. Estaremos fuera dos días como máximo, en ese tiempo su sangre coagulará lo

jes

lo haría. Le dije que sería muy malo para él

caleras con la falda sujeta lo suficiente para que no

ir, se debía a los diferentes cuartos escondidos entre las paredes, salones y pasillos. Eran usados para diferentes propós

r la falta de iluminación pero que conocía de memoria. Al final del pasillo había una puerta pe

rar la puerta pues, sabía que Bastian

eizon que ya se encuentr

la menti

riado

mpre me tomaba demasiado tiempo salir de ella así que Bastian inventaba excusas bien argumentadas por mi aus

amino, en cuanto el sol salió por el horizonte el Rey Deizon junto con mi herman

de liberar mi frustración con aquella pobre alma que,

me apresuró a entrar en la ducha, solo cuando estuve completamente desnuda, sumergida entre el agua ti

do el tiempo del mundo en limpiar mi piel con sumo cuidado, aunque los músculos me dolía en menor p

cillo de color plata que dejaba mis hombros libres mientras que un

za, maquilló mis ojeras por mi falta de descanso en la noche, pintó mis labios de un rojo suti

me pusieron unos pendientes de plata en espiral del que colgaban una lágrima de diamantes blancos en ca

o, Ma

solo me asegure de que los tacones estuvieran bien sujetos

scuro me reconfortó dado que sabía que el camino era muy largo, que la cabeza iba a matarme y que el cans

ían los reyes, otro que usarían Bastian, mis doncellas y el conseje

s que Caius miraba a cualquier parte que no fuera al hombre

-ironizó el rey Deizon con falsa pr

s con genuina amabilidad-, si no es así po

on ese traidor, aplazarlo no haría que cambiaran las cosas, tendría que visita

guré con indiferencia-, so

ngida tranquilidad-, será mejor marchar

e había visto el día anterior y me acerqué a él. En el momento en que me

pañantes entendieran que no estaba dispuesta a compartir la silla. Caius fue el siguiente en

aius mientras me ofrecía una sonrisa completamente fals

tó con fingida preocupación-, podemos pasar

o, llevaba un traje completamente negro como el día que nos habíamos conocido, co

a ventana del carruaje ahora en movimiento-,

él no se tragaba esa mentira. Caius sabía que yo no me sentía

susurró Caius luego de largos min

sin apartar la vista de la ve

hacer una visita a

iaban con cuidado. El Príncipe Ascian prestaba silenciosa atención

e en realidad había estado en el palacio porque parecía más confundi

te sin que yo me enterará, en especial cierta morena de caderas prominente

ándome con preguntas, así como mi hermano era suficientemente capaz de medirse a g

ior, las personas que veían los carruajes pasar y murmuraban y luego los camin

masiado anoche me pasó factura, sentía que en cualquier momento caería do

do mi regalo-murmuró

naba al cuello para masajear un poco mi piel adolorida y entumecida. Vi a Caius gira

uevo la mano sobre mi regazo-, una

an reluciente como las demás joyas que portaba habitualmente y aunque no qu

o, hermana?-preguntó C

ganas de seguir esa conversació

etido tuviera conocim

que mirará a mi hermano, que miraba el objeto en mi muñeca como si quisiera arrancarlo de mi pie

dias-, dado que el Príncipe Ascian deseaba s

n. Lo último que recordaba era que mi hermano se había comportado con normalidad a

n el momento en que

color del cielo se posaron sobre los míos-, ¿Y

a que le dijera a mi hermano lo que en realidad le había dado esa noche en espe

rior no pudo ser entregado no he encontrad

iente para que volviera la vista a la ventana a su lado mientras que mi hermano gir

, ¿Qué había pasado entre ambos en las cortas

, lo mejor sería no meterme en ese asunto. Aunque tampoco es q

uvo. Caius y el Príncipe Ascian fueron los primeros en bajarse del carruaje, podía

vez por todas del carruaje. Una vez en el suelo vi a Bastian a mi lado, con un

tal el

carar en vano la preocupaci

ando el inmenso restaurante en el que

n mirando la enorme edif

s personas que estaban guiando los carruajes a otra parte, me estaban d

zon que sostenía a alguien que reconocí de inmediato y a

vendría, Majestad-susurró Bastian a modo d

molestia del rey

uperioridad acompañándolos tuve la tentación creciente de s

u cuerpo, Caius estaba tenso mientras que me m

jó-, lo que quie

mucho más molesta de lo que debería-, a lo

ó aún algo alerta a mis movimientos. Respiré profundo alejando la molestia de

itación a mi cuerpo-, ¿Les impor

ad mientras que me tendía una mano, Caius se tensó mient

de mala gana su mano-, ya

jarnos de los dos hombres que mante

gado su íntima

ue no ha perdido

tras que el Rey Kalias hablaba con un hombre alto, fornido y que usa

el malestar de esta mañana

mano hacían con contraste odioso con la gema sobre mi dedo. Pasamos a un lado de l

o para q

ue el Príncipe Ascian y yo nos acercábamos, dejando

cipe con una sonrisa-, te presento

. Su rostro masculino completamente definido y rudo, una nariz perfectamente recta, una p

amigo, llenos de un color chocolate recorrieron mi cuerpo ent

ronca se escuchó como un susurro agradable

es?-pregunt

alacio-su rostro era serio-, pero definitivamente las palabras no le hacen justicia a su ap

algo más profundo que solo la imagen, pero si reconocía que res

or el hala

con diversión por las palabras de su amigo-, seguramente lo veremos con fr

escuchar al Príncipe decir esas palabras, segur

ligera sonrisa-, el Príncipe Ascian me

lo bajo ganándome una mirada de confusión de Dixon-.

n tirando de mi mano para soltarla y rodea

decirlo, Majes

ue hizo que todos nos giráramos a ver a la mujer rubia irritant

el Príncipe de encima, busque a Bastian o Ca

oído en cuando retire su mano de mi cuerpo-, qu

mismo volumen que él-. No confunda las cosas Príncipe Ascian, porque c

a lo v

a asumir. Resople porque no iba a cambiar de opinión antes de alejarme un paso

, pero me temo que tengo qu

con amabilidad Dixon-, ya tendremos ti

el hecho de que esa mujer compartiría el mismo aire que yo por un momento mientras que buscaba con la mirada del

a estaba en absoluto silencio. Miré a Caius que miraba el lugar c

rmuré halagando falsa

ente no tan pretencioso, estaba bien pero no lo sufic

raídamente Caius-, nunc

ino-afirmó el Rey Kalias con media sonris

comer algo, sabía que lo vomitaría pero no podía pasar más tiempo sin c

er que no decía nada-, me gustaría que tuviéramos es

confundieron, ¿Q

enía idea de lo que quería

blemente mientras se sentaba mejor como

reguntó con confusión, Caius a mi lado se tensó un poco-, he vi

ce ser recordada por todos. Las vidas que se pierden defendiendo a mi reino, a las personas dentro d

Caius casi

Rey Kalias-, ¿Se sentiría de igual man

quería saber era si me tomaría las mismas molestias por cualqui

ue también lograba hacerme cuestionar que

ncargaría de recorrer su reino entero por ello-la seguridad en mis palabras lo sorprendió-. Cualquier persona, dentro o fuera de Khelvar

ba como si fuera la primera vez que me veía mientras que Ca

de comida de toda clase. El rey Deizon y su perro faldero se sentaron al lado del Rey Kalias y el Príncipe

, los platos de los demás no podían importarme menos. Todos comíamos en una pací

on una sonrisa hipócrita-, es la pr

egí de inmediato-

ión, Caius golpeó suavemente mi rodill

ntimiento-, lamento mucho la f

ré fijamente para ver su valentía tambalearse-. Pero para

nto con un tono extra

rque no es de tu incum

o esposo-puntualice viendo cómo se tensaba-, además de qu

y Kalias que siguió la conversación algo confuso. El rey Deizon me miraba con todo el odio que sentí

engua afilada es capaz d

*

lidos que esa odiosa mujer conocía por risa. Habíamos llegado al palacio de Aphud recién

nvitados de la celebración se reunieran, la odiosa mujer se había cambiado de ropa a un

tenía que chillar a cada chiste que hací

cía de lo más interesante. Mientras el rey Deizon seguía deleitándonos con su maravillosa habilidad para c

eri

a diciendo, todos miraron al Príncipe Ascian que me

e dé un recorrido por el pala

de quedarme a escuchar los berridos de esa mujer tan desagradable

l que llevaba varios minutos sentada. Su mano se sentía suave bajo la mí

tilmente-que el príncipe de est

la lengua por la atención que estaba recibiendo, porque sus chillid

que nuestras manos cayeran todavía uni

alir. El palacio era de un hermoso color negro en cada centím

mi mano de su agarré logrando que él s

á la mano solamente pa

quedarse-ataqué con gracia-, porque no me creo

ló-, a lo mejor consigo ens

ención del Príncipe conmigo, un día se mostraba burlón, otro día un poco más amable

a conocer ese lugar ta

oré cuando al cruzar el pasillo me encontré a Bastian caminando de lado

ast

si yo fuera la solución a todos sus prob

cipe Ascian-realizó una corta reverencia antes de mirarme de nuevo-. Nece

remo

aba a Bastian como si lo estudiará, me recordó a la

e compromete la unión sea bendecida por la sum

ía hacerlo el

s-, hasta donde tengo entendido la ceremonia de unión se re

menzó a caminar hacia la ubicación desconocida donde dormiría esta noche. Si había algún consuelo era que por el

llas listas para seguir con su trabajo. Me duché rápidamente mientras que ellas p

: Era de un color entre el azul y el verde, jugaba con las transparencias, cadenas y bordad

na falda interna beige para ocultar mi ropa interior, en la parte superior del escote iba unidas unas cadenas que juntaban el corsé a un cuello que so

y seco. Unos pocos mechones rebeldes enmarcaban mi rostro mientras que Dinrya ponía una tiara de plata con

iosa reverencia. Bastian que había permanecido en

emonia me arrastro

abitación-. La nobleza se reúne mientras que la suma sacerdotisa bendice la unión

, creí que en Aphud no vivía nadie que

n en el tono más bajo que podía pronu

lu

tisa dice algunas cosas, luego bendice la futura unión y susurra a los prometidos su

hacía mucha il

Príncipe Ascian. Desde el momento en que acepté casarme con el Príncipe Ascian frente a

a entre el Príncipe Ascian y yo. Lo que ese anillo representaba era mi disposición a dejar m

lo que él

a dejarle en claro que aquí no estaba cediendo nada. Él no sería el Rey Soberano de ambas tierras, tendría el

o a nadie, yo sería la únic

itada al ver que no dejaba de recorrer la

ard

cercaba a las paredes, los rincones, los mue

ardas?-pregunte confusa-, ¿O siquiera

cuc

uerta de cristal hacia el balcón, lo miré todavía más confusa

n formalidad enderezándose-, el viento tiene demasiados

o que no debería ser de conocimiento público. Asentí una sola vez antes de v

incipal, dado que los carruajes estaban listos para llevarnos al salón de la luz

regunte siguiéndolo a las puertas abiertas-

en los que su majestad planea quedarse-murmu

o entero, y no es que el vestido fuera muy abrigado que digamos

luz amarillenta por todo el lugar. Los hombres estaban hablando

brito tuyo, Bastian-suspire ruid

comentario, ofreció una corta reverencia a los demás que se hab

cesa Dayra-comentó con a

sonrió dulcemente-, mi hermana siempre h

en honor a su reino, Rey Kalias-expliqué con suavi

mi paciencia, ella me miraba de arriba abajo con bur

hipocresía suya-, cualquier otra mujer en su p

ta, miré con aburrimiento a la mujer antes de hablar con to

a que los comentarios de otras personas eleven la forma en la que se mi

siderando la idea de comenzar un enfrentamiento conmigo,

de inmediato, ya deb

ue en este momento esperaba le cayera algo encima. El Rey Kalias partió en otro carru

ue volvería al palacio del Rey Kalias para descansar. Estaba exhausta y el cuerpo me dol

e hecho estaba demasiado tenso mirando por la ventana como para no darme

ular que, por fuera no tenía mayor atractivo. El carruaje se detuvo y

rmó el Príncipe tenso-. Es para d

o que se opuso a

extrañamente tenso. Esperé a que alguien abriera la puerta pero lo ún

e la estrecha cabina estaban comenzando a irritarme. No quería hablar con él,

o el protocolo y me baje de inmediato. En Khelvar, una reina no podía descender del carrua

a mi lado, con un traje negro lleno de extrañas medallas que

ncesa?-se burló-, sería extraño que

, el Príncipe Ascian era más alto que yo y me obligaba a a

é al ver una sonrisa victoriosa en sus labios-

l. Su aroma me golpeó de golpe y arrugue la nariz ante la f

ite tocarla luego un día me

nsinuación m

e pero eso no lo convertía inmediatamente en alguien irresistible. A

r al interior del salón-. Lamento decepcionarlo, Príncipe Ascian, pero no es nada personal. No disfr

tido-, porque si hay algo a lo que n

dejado muy en claro el tipo de relación que existiría ent

lugar. El salón de la luz hacía honor a su nombre, dado que el interior no era de piedra,

oy. No era una luz potente que resultará abrumadora por la cantidad de piedras que había en e

a un altar de piedra, donde había una mujer mayor, de cabello castaño,

freció una sonrisa antes de comenza

ón entre el Príncipe Ascian, futuro soberanos de las tierras oscuras-otra vez es

var se referían como la tierra de la luz

tada en dirección al techo como si buscará algo. Luego sol

u matrimonio y gobierno-todos aplaudieron-. Yo, como conducto entre ellos y nosotros, v

ríncipe Ascian estaba muy tenso, como si lo que viniera fuera algo que

mbló mientras ella soltaba un jadeo de preocupación-, tan sangre y dolor que solo acarrearan más muerte y destrucción. Cuidado con las sombras que esperan l

estaba diciendo. ¿Era una profecía?,

an mirar a la mujer como si esperara algo más específico

n susurro sin devolverme la mi

ó la mujer con la voz temblando-. Los secretos serán su peor enemigo y solo cuan

dicho le hubiera causado un terror incomparable. No me miró

rga y plena-una mentira que contradecía sus palabras anterio

reyes! ¡Al Rey Ascian y la

altar. Me giré para ver al Príncipe Ascian completamente confundido,

gnifica?-pregu

ón, su ceño estaba ligeramente fruncido y su

que me costó escucharl

omo... un tono más agudo. ¿Estaba m

cretos que esperaban para explotar y que nuestro camino estaba lleno de

vó a bajar del altar de piedra mientras que las personas comenzaban a bai

o él no me lo permitía, cosa que comenzaba a irritarme. Al menos hasta que una cabellera roji

como si lo hubiera abofetea

incomoda porque el Príncipe volvía

a voz que salió del Príncipe Ascian fue como si un a

belleza de la que mi prometida puede hacer alarde-espetó casi m

ofundo porque definitivamente no tenía idea de que lo había ll

r su carácter cambiant

l me miró avergonzado por las palabras de su príncipe-, la can

e a mi lado antes de ver

que baile

S

guía con

a alguien más-obvie

ra ofrecerme su mano. Zafé con firmeza mi brazo de la del Príncipe y sentí su m

lugar mientras que el Príncipe decidía darle vueltas a lo

que sus problemas no p

ía importarme menos. Le permití que bailará casi como si fuera un mu

montón de chicas de Aphud que no pu

al palacio?-pre

alias, el Príncipe Ascian y toda la nobleza aquí reun

favor

arruaje. Aunque el cuerpo me dolía y la cabeza me picaba, deje que el can

recido en ese momento, no me interes

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