ad, ya
H
sperando en
H
Caius pregu
H
pe Ascian y el Príncipe Caius esperan por usted, lleva más de 1
añado desde que había llegado al palacio hasta había
entumecidos y adoloridos por el esfuerzo pero había valido la pena. Escuche
tro invitado descansar-suspiré con falso pe
speran para que se
a mientras dejaba el afilado objeto de metal en una mesa
de entrada-miré la tela de la falda completamente húmeda y de color
te blanco como el papel mientras su nariz arrugada demostraba lo poco que disf
pida al fondo de la habitación-
un camino que seguir-. Estaremos fuera dos días como máximo, en ese tiempo su sangre coagulará lo
jes
lo haría. Le dije que sería muy malo para él
caleras con la falda sujeta lo suficiente para que no
ir, se debía a los diferentes cuartos escondidos entre las paredes, salones y pasillos. Eran usados para diferentes propós
r la falta de iluminación pero que conocía de memoria. Al final del pasillo había una puerta pe
rar la puerta pues, sabía que Bastian
eizon que ya se encuentr
la menti
riado
mpre me tomaba demasiado tiempo salir de ella así que Bastian inventaba excusas bien argumentadas por mi aus
amino, en cuanto el sol salió por el horizonte el Rey Deizon junto con mi herman
de liberar mi frustración con aquella pobre alma que,
me apresuró a entrar en la ducha, solo cuando estuve completamente desnuda, sumergida entre el agua ti
do el tiempo del mundo en limpiar mi piel con sumo cuidado, aunque los músculos me dolía en menor p
cillo de color plata que dejaba mis hombros libres mientras que un
za, maquilló mis ojeras por mi falta de descanso en la noche, pintó mis labios de un rojo suti
me pusieron unos pendientes de plata en espiral del que colgaban una lágrima de diamantes blancos en ca
o, Ma
solo me asegure de que los tacones estuvieran bien sujetos
scuro me reconfortó dado que sabía que el camino era muy largo, que la cabeza iba a matarme y que el cans
ían los reyes, otro que usarían Bastian, mis doncellas y el conseje
s que Caius miraba a cualquier parte que no fuera al hombre
-ironizó el rey Deizon con falsa pr
s con genuina amabilidad-, si no es así po
on ese traidor, aplazarlo no haría que cambiaran las cosas, tendría que visita
guré con indiferencia-, so
ngida tranquilidad-, será mejor marchar
e había visto el día anterior y me acerqué a él. En el momento en que me
pañantes entendieran que no estaba dispuesta a compartir la silla. Caius fue el siguiente en
aius mientras me ofrecía una sonrisa completamente fals
tó con fingida preocupación-, podemos pasar
o, llevaba un traje completamente negro como el día que nos habíamos conocido, co
a ventana del carruaje ahora en movimiento-,
él no se tragaba esa mentira. Caius sabía que yo no me sentía
susurró Caius luego de largos min
sin apartar la vista de la ve
hacer una visita a
iaban con cuidado. El Príncipe Ascian prestaba silenciosa atención
e en realidad había estado en el palacio porque parecía más confundi
te sin que yo me enterará, en especial cierta morena de caderas prominente
ándome con preguntas, así como mi hermano era suficientemente capaz de medirse a g
ior, las personas que veían los carruajes pasar y murmuraban y luego los camin
masiado anoche me pasó factura, sentía que en cualquier momento caería do
do mi regalo-murmuró
naba al cuello para masajear un poco mi piel adolorida y entumecida. Vi a Caius gira
uevo la mano sobre mi regazo-, una
an reluciente como las demás joyas que portaba habitualmente y aunque no qu
o, hermana?-preguntó C
ganas de seguir esa conversació
etido tuviera conocim
que mirará a mi hermano, que miraba el objeto en mi muñeca como si quisiera arrancarlo de mi pie
dias-, dado que el Príncipe Ascian deseaba s
n. Lo último que recordaba era que mi hermano se había comportado con normalidad a
n el momento en que
color del cielo se posaron sobre los míos-, ¿Y
a que le dijera a mi hermano lo que en realidad le había dado esa noche en espe
rior no pudo ser entregado no he encontrad
iente para que volviera la vista a la ventana a su lado mientras que mi hermano gir
, ¿Qué había pasado entre ambos en las cortas
, lo mejor sería no meterme en ese asunto. Aunque tampoco es q
uvo. Caius y el Príncipe Ascian fueron los primeros en bajarse del carruaje, podía
vez por todas del carruaje. Una vez en el suelo vi a Bastian a mi lado, con un
tal el
carar en vano la preocupaci
ando el inmenso restaurante en el que
n mirando la enorme edif
s personas que estaban guiando los carruajes a otra parte, me estaban d
zon que sostenía a alguien que reconocí de inmediato y a
vendría, Majestad-susurró Bastian a modo d
molestia del rey
uperioridad acompañándolos tuve la tentación creciente de s
u cuerpo, Caius estaba tenso mientras que me m
jó-, lo que quie
mucho más molesta de lo que debería-, a lo
ó aún algo alerta a mis movimientos. Respiré profundo alejando la molestia de
itación a mi cuerpo-, ¿Les impor
ad mientras que me tendía una mano, Caius se tensó mient
de mala gana su mano-, ya
jarnos de los dos hombres que mante
gado su íntima
ue no ha perdido
tras que el Rey Kalias hablaba con un hombre alto, fornido y que usa
el malestar de esta mañana
mano hacían con contraste odioso con la gema sobre mi dedo. Pasamos a un lado de l
o para q
ue el Príncipe Ascian y yo nos acercábamos, dejando
cipe con una sonrisa-, te presento
. Su rostro masculino completamente definido y rudo, una nariz perfectamente recta, una p
amigo, llenos de un color chocolate recorrieron mi cuerpo ent
ronca se escuchó como un susurro agradable
es?-pregunt
alacio-su rostro era serio-, pero definitivamente las palabras no le hacen justicia a su ap
algo más profundo que solo la imagen, pero si reconocía que res
or el hala
con diversión por las palabras de su amigo-, seguramente lo veremos con fr
escuchar al Príncipe decir esas palabras, segur
ligera sonrisa-, el Príncipe Ascian me
lo bajo ganándome una mirada de confusión de Dixon-.
n tirando de mi mano para soltarla y rodea
decirlo, Majes
ue hizo que todos nos giráramos a ver a la mujer rubia irritant
el Príncipe de encima, busque a Bastian o Ca
oído en cuando retire su mano de mi cuerpo-, qu
mismo volumen que él-. No confunda las cosas Príncipe Ascian, porque c
a lo v
a asumir. Resople porque no iba a cambiar de opinión antes de alejarme un paso
, pero me temo que tengo qu
con amabilidad Dixon-, ya tendremos ti
el hecho de que esa mujer compartiría el mismo aire que yo por un momento mientras que buscaba con la mirada del
a estaba en absoluto silencio. Miré a Caius que miraba el lugar c
rmuré halagando falsa
ente no tan pretencioso, estaba bien pero no lo sufic
ino-afirmó el Rey Kalias con media sonris
comer algo, sabía que lo vomitaría pero no podía pasar más tiempo sin c
er que no decía nada-, me gustaría que tuviéramos es
confundieron, ¿Q
enía idea de lo que quería
blemente mientras se sentaba mejor como
reguntó con confusión, Caius a mi lado se tensó un poco-, he vi
ce ser recordada por todos. Las vidas que se pierden defendiendo a mi reino, a las personas dentro d
Caius casi
Rey Kalias-, ¿Se sentiría de igual man
quería saber era si me tomaría las mismas molestias por cualqui
ue también lograba hacerme cuestionar que
ncargaría de recorrer su reino entero por ello-la seguridad en mis palabras lo sorprendió-. Cualquier persona, dentro o fuera de Khelvar
ba como si fuera la primera vez que me veía mientras que Ca
de comida de toda clase. El rey Deizon y su perro faldero se sentaron al lado del Rey Kalias y el Príncipe
, los platos de los demás no podían importarme menos. Todos comíamos en una pací
on una sonrisa hipócrita-, es la pr
egí de inmediato-
ión, Caius golpeó suavemente mi rodill
ntimiento-, lamento mucho la f
ré fijamente para ver su valentía tambalearse-. Pero para
nto con un tono extra
rque no es de tu incum
o esposo-puntualice viendo cómo se tensaba-, además de qu
y Kalias que siguió la conversación algo confuso. El rey Deizon me miraba con todo el odio que sentí
engua afilada es capaz d
*
lidos que esa odiosa mujer conocía por risa. Habíamos llegado al palacio de Aphud recién
nvitados de la celebración se reunieran, la odiosa mujer se había cambiado de ropa a un
tenía que chillar a cada chiste que hací
cía de lo más interesante. Mientras el rey Deizon seguía deleitándonos con su maravillosa habilidad para c
eri
a diciendo, todos miraron al Príncipe Ascian que me
e dé un recorrido por el pala
de quedarme a escuchar los berridos de esa mujer tan desagradable
l que llevaba varios minutos sentada. Su mano se sentía suave bajo la mí
tilmente-que el príncipe de est
la lengua por la atención que estaba recibiendo, porque sus chillid
que nuestras manos cayeran todavía uni
alir. El palacio era de un hermoso color negro en cada centím
mi mano de su agarré logrando que él s
á la mano solamente pa
quedarse-ataqué con gracia-, porque no me creo
ló-, a lo mejor consigo ens
ención del Príncipe conmigo, un día se mostraba burlón, otro día un poco más amable
a conocer ese lugar ta
oré cuando al cruzar el pasillo me encontré a Bastian caminando de lado
ast
si yo fuera la solución a todos sus prob
cipe Ascian-realizó una corta reverencia antes de mirarme de nuevo-. Nece
remo
aba a Bastian como si lo estudiará, me recordó a la
e compromete la unión sea bendecida por la sum
ía hacerlo el
s-, hasta donde tengo entendido la ceremonia de unión se re
menzó a caminar hacia la ubicación desconocida donde dormiría esta noche. Si había algún consuelo era que por el
llas listas para seguir con su trabajo. Me duché rápidamente mientras que ellas p
: Era de un color entre el azul y el verde, jugaba con las transparencias, cadenas y bordad
na falda interna beige para ocultar mi ropa interior, en la parte superior del escote iba unidas unas cadenas que juntaban el corsé a un cuello que so
y seco. Unos pocos mechones rebeldes enmarcaban mi rostro mientras que Dinrya ponía una tiara de plata con
iosa reverencia. Bastian que había permanecido en
emonia me arrastro
abitación-. La nobleza se reúne mientras que la suma sacerdotisa bendice la unión
, creí que en Aphud no vivía nadie que
n en el tono más bajo que podía pronu
lu
tisa dice algunas cosas, luego bendice la futura unión y susurra a los prometidos su
hacía mucha il
Príncipe Ascian. Desde el momento en que acepté casarme con el Príncipe Ascian frente a
a entre el Príncipe Ascian y yo. Lo que ese anillo representaba era mi disposición a dejar m
lo que él
a dejarle en claro que aquí no estaba cediendo nada. Él no sería el Rey Soberano de ambas tierras, tendría el
o a nadie, yo sería la únic
itada al ver que no dejaba de recorrer la
ard
cercaba a las paredes, los rincones, los mue
ardas?-pregunte confusa-, ¿O siquiera
cuc
uerta de cristal hacia el balcón, lo miré todavía más confusa
n formalidad enderezándose-, el viento tiene demasiados
o que no debería ser de conocimiento público. Asentí una sola vez antes de v
incipal, dado que los carruajes estaban listos para llevarnos al salón de la luz
regunte siguiéndolo a las puertas abiertas-
en los que su majestad planea quedarse-murmu
o entero, y no es que el vestido fuera muy abrigado que digamos
luz amarillenta por todo el lugar. Los hombres estaban hablando
brito tuyo, Bastian-suspire ruid
comentario, ofreció una corta reverencia a los demás que se hab
cesa Dayra-comentó con a
sonrió dulcemente-, mi hermana siempre h
en honor a su reino, Rey Kalias-expliqué con suavi
mi paciencia, ella me miraba de arriba abajo con bur
hipocresía suya-, cualquier otra mujer en su p
ta, miré con aburrimiento a la mujer antes de hablar con to
a que los comentarios de otras personas eleven la forma en la que se mi
siderando la idea de comenzar un enfrentamiento conmigo,
de inmediato, ya deb
ue en este momento esperaba le cayera algo encima. El Rey Kalias partió en otro carru
ue volvería al palacio del Rey Kalias para descansar. Estaba exhausta y el cuerpo me dol
e hecho estaba demasiado tenso mirando por la ventana como para no darme
ular que, por fuera no tenía mayor atractivo. El carruaje se detuvo y
rmó el Príncipe tenso-. Es para d
o que se opuso a
extrañamente tenso. Esperé a que alguien abriera la puerta pero lo ún
e la estrecha cabina estaban comenzando a irritarme. No quería hablar con él,
o el protocolo y me baje de inmediato. En Khelvar, una reina no podía descender del carrua
a mi lado, con un traje negro lleno de extrañas medallas que
ncesa?-se burló-, sería extraño que
, el Príncipe Ascian era más alto que yo y me obligaba a a
é al ver una sonrisa victoriosa en sus labios-
l. Su aroma me golpeó de golpe y arrugue la nariz ante la f
ite tocarla luego un día me
nsinuación m
e pero eso no lo convertía inmediatamente en alguien irresistible. A
r al interior del salón-. Lamento decepcionarlo, Príncipe Ascian, pero no es nada personal. No disfr
tido-, porque si hay algo a lo que n
dejado muy en claro el tipo de relación que existiría ent
lugar. El salón de la luz hacía honor a su nombre, dado que el interior no era de piedra,
oy. No era una luz potente que resultará abrumadora por la cantidad de piedras que había en e
a un altar de piedra, donde había una mujer mayor, de cabello castaño,
freció una sonrisa antes de comenza
ón entre el Príncipe Ascian, futuro soberanos de las tierras oscuras-otra vez es
var se referían como la tierra de la luz
tada en dirección al techo como si buscará algo. Luego sol
u matrimonio y gobierno-todos aplaudieron-. Yo, como conducto entre ellos y nosotros, v
ríncipe Ascian estaba muy tenso, como si lo que viniera fuera algo que
mbló mientras ella soltaba un jadeo de preocupación-, tan sangre y dolor que solo acarrearan más muerte y destrucción. Cuidado con las sombras que esperan l
estaba diciendo. ¿Era una profecía?,
an mirar a la mujer como si esperara algo más específico
n susurro sin devolverme la mi
ó la mujer con la voz temblando-. Los secretos serán su peor enemigo y solo cuan
dicho le hubiera causado un terror incomparable. No me miró
rga y plena-una mentira que contradecía sus palabras anterio
reyes! ¡Al Rey Ascian y la
altar. Me giré para ver al Príncipe Ascian completamente confundido,
gnifica?-pregu
ón, su ceño estaba ligeramente fruncido y su
que me costó escucharl
omo... un tono más agudo. ¿Estaba m
cretos que esperaban para explotar y que nuestro camino estaba lleno de
vó a bajar del altar de piedra mientras que las personas comenzaban a bai
o él no me lo permitía, cosa que comenzaba a irritarme. Al menos hasta que una cabellera roji
como si lo hubiera abofetea
incomoda porque el Príncipe volvía
a voz que salió del Príncipe Ascian fue como si un a
belleza de la que mi prometida puede hacer alarde-espetó casi m
ofundo porque definitivamente no tenía idea de que lo había ll
r su carácter cambiant
l me miró avergonzado por las palabras de su príncipe-, la can
e a mi lado antes de ver
que baile
S
guía con
a alguien más-obvie
ra ofrecerme su mano. Zafé con firmeza mi brazo de la del Príncipe y sentí su m
lugar mientras que el Príncipe decidía darle vueltas a lo
que sus problemas no p
ía importarme menos. Le permití que bailará casi como si fuera un mu
montón de chicas de Aphud que no pu
al palacio?-pre
alias, el Príncipe Ascian y toda la nobleza aquí reun
favor
arruaje. Aunque el cuerpo me dolía y la cabeza me picaba, deje que el can
recido en ese momento, no me interes