a-celebró el rey-, ¡La
sa-confirm
gní
ena int
sus halagos. La lluvia en el exterior era mucho más interesante y definiti
e una pequeña reunión y la noticia se esparcía por todo el reino por su propio peso. Pero el rey quería darle la bien
o el hecho de que teníamos que llevaba escuchando durante más de una hora
tido para resaltar y sonreía con medida como si quisiera verse interesante. M
ción no fuera lo suficientemente irritante para salir a hurtadillas del salón
esto usted, P
finitivamente estaba mucho más emocionado con mi respuesta que con cualquier otra cosa. La pr
lviendo la vista a la ventana-con los ins
anto en la celebración como con su amante porque de no hacerlo las cosas se i
ntacto que yo no había pedido y que no parecía tener intenciones de alejarse. La mujer se acer
o incluso cualquiera de mis doncellas. Había aprendido a tolerar el contacto en situacion
yra es una de l
de su agarre, el salón entero se quedó en completo silencio. Podía sentir las mira
ía según la tradición, que el anuncio de su nuevo estatus se hacía luego de que la familia real hu
rando a la odiosa mujer-, en la situ
elicioso segundo, antes de apartarse de mí con una mirada
perfectas condiciones antes de mirar a la venta
sa Dayra
a preguntar lo que el rey gritaba con su expresión, girándome
llegar y eso, definitivamente es más i
claro la posición que tenía la señora Greft en este palacio, ella había creído que yo no
aminé a la entrada, donde Bastian debía de estar esperando a At
abierta, dulce y sin restricciones que le ofrecía a Bastian. El pecho se me apretó y el corazó
me detuve un par de pasos atrás de donde Atlas
pase mu
ue lo hayas disfru
sabía que eso no era bueno, casi estaba suplicándome que volviera al i
nervioso-. Perdón, hermana,
vidad aunque ver sus ojos mieles me quemaba e
nse
ejar las ganas de llorar que me golpearon, respiré profundo antes de
, Atlas, eres
e la cadera con sus brazos. Miré su pequeño cuerpo estrechamente apretado al
ar aquí para rec
no había hecho el intento de acercarse a mí porque yo sola había creado
La acción me dejó descolocada por un par d
das a la puerta de la habitación de mamá para que ella le cantará y él pudiera dor
a que cubría mi cuerpo, el corazón me latió con fuerza en los oídos, la imagen de su cab
marcharme a algún lugar del palacio para llorar hasta que pudiera alejar el
es mejor que entré al palacio a cambiarse
neció para dar paso a un gesto de dolor y arrepentimi
za-. Lamento haberte incomodado, h
ien debía pedir disculpas era yo. Simplemente las palabras no me salieron, sentí que algo ejercía
a inclinación de cabeza y yo sentí que
r, sentí las mejillas patéticamente calientes y húmedas, no podía escuchar nada más que el sonido de mi acelerado, una fuerte pres
an con preocupación-res
tanta fuerza que no un poco de aire entraba en mis pulmones, sentía que el pec
olpe, con fuerza pateándome una vez tras otra mientras yo trataba, en vano, de alejarme de ellos. El recuer
i pecho. Respiré aceleradamente mientras el mundo a mi alrededor comenzaba a defini
capaz de controlarlo, sentí que me sentaba de golpe mientras escuchab
era apenas entendible-, quéd
el. Sentí que las lágrimas caían de mis ojos mientras trat
ayr
No
era se me quemaba por ello. Sentí que algo me estaba cortando la
ra arrastrando hasta lo más profundo de mis recuerdos, mientras que mi cuerpo actuaba en mi contra, sentía como si los huesos se me rompieran todos al tiempo
cabeza que me desestabilizaba y me confundía. ¿Alguna vez han tratado de alejars
uel grito como un su
abrir los ojos. Tenía que salir de mi misma antes de
de alguna habitación del palacio y me sentí como si alguien me hubi
lo encendía más el dolor abrasador en mi pecho. Mis brazos temblorosos apena
bien, M
taba, me concentré en las gotas que caían al suelo para alejar su voz de mi cabeza c
lla. No
saba, sentí que el corazón se me detenía al verlo. Estaba colgando a varios centímetros del suelo por una cinta negra, sus manos esta
é al verlo-. Lo
desvanecerlas con un movimiento rápido de mis mano
ar de que respiraba con fuerza mientras sus manos ma
ni siquiera tener un mí
ian de inmediato-, no h
do haber
sentí que el rey tenía razón al decir que yo no era más que un peligro para todos
tan j
rrodillarse frente a mí-, estoy bien y muc
stian, no me importaba que mi voz se quebrará-. Deberías tener senti
as sombras respirándome en la nuca que solo era cuestión de tiempo antes d
ber
mejillas dándome la oportunidad de apartarme. No lo hice. Lo dejé levantar
Majestad, yo decidí q
que lo había conocido, no me había dicho una sola mentira respecto a nada pero
apoyando mi cabeza en sus manos-o
aba a limpiarme las mejillas-. No ha conseguido que me
rmaban mi triste y vacía alma. No iba a negar lo mucho que me alegraba q
siado bueno para
habitación acompañada de Bastian que me informó que el rey y mis hermanos se estaban reuniendo en el co
eza iba a explotárseme en cualquier momento lo que me daba a
sería un almuer
si se estuvieran lanzando piedras imaginarias. Caius se lanzó a
significa que Atl
entras que Caius, todavía en el suelo me miró con me
enderse a sus ata
dejaba de mirarme como si esperará algo más, una disculpa tal vez, si h
es de que entre el rey-dije en su
s levantarse del suelo. Miré al menor de mis hermanos r
ó entonces Caius sentándose a mi lado-, sé que no
dejar de mirar a Atlas que se sonrojaba-, él es pa
bamos allí para darle la bienvenida a nuestr
nto-miré a Caius que parecía preocupado-. Si te preocupa que la ira
necesitaba girarme para comprobar que el rey y su amante entraban justo ahora al comedor, Caius
dos-soltó complacido el rey-,
otra punta de la mesa que pertenecía a la reina y nada más. Se sentí al lado d
Atlas mientras ordenaba que nos trajer
muy bien, padre-asinti
pectiva comida. Vi el plato lleno de comida perfectamente preparada y el estómag
no desea
le odio que sentía por mí. Lo ignoré con tranquilidad mientras tomaba el tenedor para
que yo había dado el primer movimiento en aquella fastidiosa celebración. Pero no f
pregun
una respuesta me apretó el pecho al recordar la manera en la que lo
y sin dejar de mirarme-,
con verdadera confusión-, no entiendo
verdaderamente confundido debido a que él no estaba cuando se anunció el cambio de estatus de la mujer invasora
ucía confundida y ofendida por partes iguales, cosa que me alegró. Caius a mi lado se te
regunta?-preguntó el
en mis clases. Tampoco parece pertenecer a la nobleza en otro reino porque no presenta consejero
pequeña boca de Atlas, que miraba al rey buscando una respue
en la que me había enterado yo no era importante. Lo verdaderamente importante es que esa mujer creyó que tenía la suficient
a satisfacción. Así que me acomodé mejor para contemplar la ma
icó el rey con completa tensión-, así qu
quien miró a la mujer como si esperará encontrar una respuesta pero, a
onfundido mi hermano-, ¿Parej
alabra, así que había mirado a la señora Greft en busca de alguna seña
aron sobre mi hermano como si él le debiera alguna explicación, me entraron
hablado de mí?-p
as confundido-, ¿Por qué debe
nte e inocente dejo en claro que esa mujer era una completa extraña a la
viniera, lo miré confundida al ver como apretaba los labios y
a reprimir a mi hermano ni a salvar al re
indignación y miraba al rey que estaba tenso con
ó el rey con firmeza-, ahora t
ir que Atlas era obstinado cuando quería, además de en extremo
ntó confuso Atlas-, ¿De qué forma es esa mujer tu pa
on notable molesta mirando a
tenso que parecía que deseaba romperse los músculos. Tomé mi v
aius en un susurro-. D
ono-, el rey debe enfrentarse a situaciones más comp
azlo por Atlas. Yo debía explicarl
entró a susurrarle algo que seguramente no podía esperar. Miré a Caius que lucía c
mancha en su cuello, Caius enrojeció-. Y aun a
la interrupción-. No lo hagas por mí, hazlo por é
tirse tan mal que Atlas se reprimiría frente a él. No podía permitirlo, al
, pero la situación no había terminado pues Atlas
aríamos luego-espetó
-dictaminó la señora Greft
con irritación y pronto volvió la vist
tl
mujer que me miró molesta y seguramente resentida también por lo que
on en mí con nerviosismo mientras esper
isma la situación lue
cabello rubio me asesinaba con la mirada. Caius soltó un contenido s
dió con nerviosismo-, es que me resulta i
n poco, la señora Greft soltó un sonido de disgusto y el rey s
Atlas con suavidad-, pues el rey n
una pregunta escrita en los ojos, cuando la señora Greft se giró a
porque va a dormir en mi cama y a vivir en el palacio
che cruzándose de brazos por el tono que usó el rey para refe
de lo que hiciste-espetó mole
omparta la cama con el mismo rey. Si vuelve
tencia?-soltó entre dientes el rey-
a vez que iba a pasarle algo. La advertencia se la hice hac
dio un paso furioso-, ¿Y te a
-solté con cinismo-, eso no me va a hacer retirarla, ni siquiera
do llegar a decir nada porque Atlas lo silencio con un dulce
e deberías compartir tu habitación es con mi mad
que mi cuerpo se congelaba ante su mención en voz alta. Hacía años que ninguno de nosotros h
al rey que miraba al suelo sin ningún tipo de expresión. El silencio que se estaba for
nosotros, Atlas nunca había preguntado direct
ba, quería que conservará el lugar que le correspondía como la úni
á-espetó molesta la
ido mirando a la mujer de arriba abajo-, ni s
una maldita
o hubiera descubierto cometiendo el peor de los delitos. Los ojos hermosos d
to tema!, ¡¿Qué tan difícil
llenaba el cuerpo entero al ver a mi hermano bajar la
a tu habitaci
ágrimas mientras que detrás de él la mujer sonrió con plena satisfacció
niendo los pasos de mi hermano que me miró confundi
rey llegar a un punto de molestia que antes no le había visto pero que
ese trato era yo, no él y muc
d?!, deja de darte poder que no te corresponde, Da
ue estaba tenso mientras se mostraba completamente furibundo.
cabeza para ver a la mujer, deteniéndome a varios pasos del rey-. Te aseguró que me v
ras que miraba al rey como si esperar
a una sola
al rey encarándolo-,
ré para dejarle muy en claro lo que pensaba de todo este asunto porque, el rey
¿Quieres saber una cosa?, ella nunca va a llegar ni al dedo meñique del pie de mamá, no es má
con furia, con los dientes apretado
rmano de lugar. Así que aquí, frente a usted rey Deizon, les advierto abiertamente a ambos que si esta situación se vuelve a repetir
amente no esperaba. Sentí la sangre llenar mi boca al cortar el interior de mi mejilla con el impacto, sentía
sus músculos y esa mirada rabiosa dirigida a mí. Aun así alcé la mirada, con la cabeza en alto porque ese golpe no me
mantenía la cabeza en alto, con firm
o va a cambi
digas una palabra
permiso de nada. Solo voy advertirte que deberías esforzarte en man
siseó ent
siempre-continúe ignorando su orden-, rey Deizon, y cu
scuchas qu
se en esa mesa se iba a atrever a interrumpir al rey, nadie se iba a pa
ertí con firmeza-, me voy a encargar personalm
áll
en que Caius se
te c
ca y manchar mi labio. Sentía la cara entumecida por el nuevo golpe en la misma zona, el dolor me punzó con fuer
ius asustado-, po
eafirmar la autoridad que estaba quitándole, pero de su boca no salió una sola palabra, solamente
or el labio para confirmar que me lo había quebrado. Estaba segura de que su
ual de sorprendida y asustada, me miró en cuan
pero vuelves a tratar a mi hermano de esa manera y voy a cumplir aquella promesa q
e culpándose porque todo esto hubiera sucedido a causa de sus preguntas, él no merecía sentirse así. Caius mira
nombre de todos en esta habitación que
miró el rostro como si allí hubiera la muestra de la peor de las
to es un evento aislado y no
se abrió para mí seguramente por Caius y salí para ir a mi habitación a e
ra es
uchaba a Caius correr para alcanzarme, lo último que me
ientes?, ¿Q
lo mientras buscaba en algún lugar a Bas
que lo encarará, sus ojos eran de un profundo azul lleno de preo
nó Caius volviendo a mirarme la marca-, ¿Qué
inferior que es-espeté mientras zafaba mi brazo de su agarre-.
aire con fuerza antes de volver a
ue él no quie
é mientras me cruzaba de brazos-, si tanta curiosidad ti
detrás de mí, sentí la necesidad de pasarme la mano por l
iciste a la amante
ás el único que vaya a servirte: si decides investigar algo, asegurate de
iera saber algo más pero f
quiero saber
aberlo, porque si lo que quieres revolver es mi pasa
rá, no tardé en encontrar a Bastian que miró de inmediato la marca en mi
la, la marca de sus dedos y las líneas de sus anillos al igual
maba una toalla de papel para limpiar la sangre seca de mi rostro-, creí
llame a un mé
lejo lleno de preocupación-, sabes que solo es cuestión
la sangre en mi mentón y labio. El dolor físico era algo que era capa
y raro de encontrar si vivías muy lejos de la montaña blanca, lo que lograba que cada h
mientras miraba como lentamente la marc
an en un susurro-, no es tan frecuente q
el control-solté divertida tomando uno de los bálsamos con sabor
bería
ia de Bastian. Miraba al suelo como si deseará que se
debería hacer, no veo porque esta
ipe Caius y el Príncipe Atlas-me miró a través
y yo no son los suficientes para que él me
bre vacío había dejado de ser mi padre en el momento
moras en mis labios-, el día que decida devolverle el golpe entonces s
a ir a enterarse de quien deseaba entrar en mi habitación, aunque el golpe no había desaparecido del
ncipe Ascian dese
Bastian, tenía la puerta cerrada y miraba al s
sto y le había advertido a Bastian que entre menos supiera de su vid
pido?, porque de ser así me encargaría de buscar l
l espejo y respiré profundo mirando la marca en mi rostro, sintie
que había sucedido en el comedor, así que solamente me limité a esper
estaba segura de que no había entrado antes y ver la habitación de
que ver la habitación-, porque seguramente se dio c
como si de repente fuera la cosa más frágil del plane
r como se
respirar, le aseguró que n
extraño, entrecerró los ojos en mi dirección y
se a la ligera una
do una ceja-. Que no me encuentre llorando como si la vida se me fuera en ello, no significa que ig
io solamente para terminar con esta extraña conver
erencia que justificará mi actitud. El hecho de que le rey me golpeará ocasionalmente cuando sentía que lo superaba
nificaba era que en el momento en que yo fuera coronada, me encargaría de hacer que el rey de
ó mi
sobre mi mesa de noche sin abrir y había considerado tira
con calma-, no he encontrado el
con media sonrisa-, después de
tentada a cortar en pedacitos para pasar el insomnio. El Príncipe tomó aquella mira
a, si en esta ocasión n
enido que darle un recorrido por el palacio, aunque ahora que lo pensaba un poco. Nunca
aquello-contesté tomando el
omé el tonto sobre y lo abrí. Era una carta con perfecta caligraf
da Princ
certante dado que todavía no hemos iniciado nuestras negociaciones
hermanos son esperados en la celebración dado que pronto pertenecerán a mi familia, mi padre y el suyo se quedarán en Khelvar para mantenerse a
largo viaje nos servirá para comenzar con lo qu
puesta pero consciente
ipe A
areciera entre mi mano. Lo que me faltaba, tener que aguantar el tonto capricho d
abía borrado de mi piel, la cortada en mi labio tampoco e
�♀
an de este capítulo?, ¿Por qué creen que Caius no parecía sorprendido con
e su odio es Deizon y Alecia, nadie más. ¿Qué