img Esposa del CEO  /  Capítulo 4 La petición | 9.09%
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Historia

Capítulo 4 La petición

Palabras:1557    |    Actualizado en: 31/03/2021

ngida tanto como pudo, incluso cuando Erick arrojó la taza de café y la es

untaba negaría haber visto algo, pero al día siguiente el humor bestial de Erick s

d la habr

sepa mejor. — Anastasia haría cual

s años tiene, señorita Wilde

, señor. — Respondi

odó engrapadoras y tomó un

yendo la atención de Anastasia a esos brillantes ojos que parecían quer

to que la

un accidente! Había olvidado mi agenda y tuve que regresar y la pu

¿No quieres gritarlo a

ado, tener a una completa extraña conociendo uno de tus secretos y

y a pretender que no he visto nada, y si alguien me pregunta si escu

omenzó a reír, como si le hubiesen contado

ujer interesante

un restaur

las pocas oportunidades que tenía para con

ltimo intento po

rvioso al grado en que las manos comenzaban a temblarle de manera impe

a como arma mortal dentro de la industria del modelaje, con su apariencia angelical había conseguido ca

do las cosas con

tengo que esperando a que la señora que acapara la caja registradora en el súper decida si va a comprar pan de trigo o de linaza mientras los demás clientes pie

esta no te verías en la necesid

Sabía que Erick sacar

ambio de ello. Dejaste de ayudarme económicamente desde que decidí no casarme contigo porque eres un inmaduro, es tu culpa que yo esté sopo

mpezaba

ngelical se escondía una víbora dis

eptes casarte conmigo no vas a v

dre! — Todos alrededor miraron al par cuando ella se levantó para golpear la mesa con furia. — No me voy a casar contigo, me gusta

se rió de mane

Tu carrera solo es una excusa para usarme cuando quieras y acostarte con otros hombres de ma

dejando dinero sobre la

decisión final ni pien

lando sola! ¡Te arrepentirás de esto t

rás cuando

rededor iban con paraguas, otros corrían para no mojarse, y absolutamente todos miraban raro al h

y casi a punto de cerrar, se sentó en una de las mesas al fondo tras pedir algo que le quitara el

nera en que le contestó, Erick se imaginó su figura señera sentada en a

alguien a quien yo escoja. — S

nes a alguien

tengas que hacer y yo

s pasos de Erick a donde quiera que iba, ajustar su ajetreada vida y escribirlo en u

smo y me deja en paz?! — Abrió con enojo el paraguas cuando salió del edificio, repitiendo todas las cosas que le había dicho su jefe durante el día y la vida entera. Pero no

i pobre secretaria que tal vez terminaría mojándose,

o se a

re y por qué estaba

casa. — Fue interceptada por é

el día ¿Le parece bien si le invito un café? Como

lidad no

tá decidid

abre la puerta del copiloto de su mercedes ne

bien de lo que estaba ganando en t

omo si esperara que alguien lo llamara, era ya el quinto día en que lo veía de esa manera, n

a taza de café y la galleta con un gesto amistoso. — Sé que no debería e

ó Erick, Anastasia asi

la sobre el clima tempestuoso y mirar las paredes color crema del establecimiento fueron suficientes para hacerla cuestionar s

, creo que de

eres casa

ó el café que se

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