img La criada y el joven heredero  /  Capítulo 9 Primer beso, sabor a rabia | 81.82%
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Historia

Capítulo 9 Primer beso, sabor a rabia

Palabras:1348    |    Actualizado en: 19/05/2025

eparaba sobre la ciudad, como si la atmósfera

había callado esa semana: la amenaza de la patrona, la comida robada para Isabelita, el maldito video del ascensor que alguien se en

que lo

entrar.

en la nuca, com

o de l

anos en los bolsillos, observándola co

si las palabras resbalaran por

mpiando, sin mirarlo, fingiendo qu

nada? -preguntó,

La mopa goteaba

voz le salió rota, como si

a ceja. Su sonr

ro desde ese día en el ascensor..

. Con fuego. Con esa mezcla imposible de o

odido olvida

h,

asos eran lentos, seguros, c

uego otro, hasta que su es

staba a m

-murmuró Amelia

ero asusta

o espacio para más palabras.

a mezcla de desesperación, co

on contra los de ella c

Por un segundo su cuerpo se con

ínima, traicionera- que se había ima

ese momento. No con esa

es lo

s ojos desbordados. Lo apartó

o -estaba acostumbrado a eso en otras circunsta

atravesó co

rmuró, baja

ás lo había visto así: sin

con la mirad

tigo -repitió. Esta vez más bajo. Casi

so de la mano, temblando. Lágrimas gruesas comenzaro

l beso.

años? -dijo de pronto, con la voz quebrada-. ¿Tú sabes lo que es d

ondió. Tenía el

to de ricachón aburrido. No me pongas

pero ella levantó u

i un p

stos. Dos corazones que no sabía

. Como si el aire estuviera l

-preguntó él

la. No solo por e

nervioso. Por primera vez, no tenía una s

intención.

bia. No quería llorar delante de é

tener todas las intenciones d

ió, en s

hombros y dio media vuelta. Pero

o me va a temblar la mano en denunciarte. No soy un

ir otra vez. En su inte

. No era ego.

la c

vo que no sabí

alón, con pasos firmes aunque el

aba, una pregunt

.. por qué no podía dejar de

bor a

des

no debería habe

asiado tarde

erta del salón en c

segundos. El silencio

pias acciones le r

ababa d

arse el impulso de los labios. El beso no había sido

mo

iot

ver. Afuera, el cielo seguía igual, y en su interior

había actuado así

ado y sus ojos demasiado grandes para tanto mundo, algo

solo at

dad, rabia,

a manera en que ella lo miraba. Sin miedo

lpable, como si cada vez que intentaba

to de ricachón aburr

azón. Porque ese beso no fue un acto de ternura ni respeto. Fue

eres", había escrito

lo s

uego. Orgu

jugando co

los sillones, con el

actas. Cada una lo atra

rmiso, te juro que no me va a t

le había h

en una semana lo que él gas

staba la d

necesitab

, le provocaba una

lia aún caminaba con la cabeza más

un cobarde que no sa

esa mujer, Lucia

na pregunta. Era

ndo una líne

che de capricho ni una conquista más

era

al que

ba que la olvidara, su pe

bía b

bía h

o único que quería.

ia no había segun

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