sta de Andr
sombría junto a la pared. No pude distinguir su rostro, pero el clic del obtu
erraba a mi sistema como un sudario sofocante. Mis miembros eran de plomo. Mis pensamientos, lentos. Intenté alejarm
. No podía ser tan cruel. Tan monstruoso. Vendría. Lo detendría. Me salvaría. Mi mente,
nciada Thorne. Para Jimena. Para el rescate. Busqué en mis bolsillos. Vacíos. S
eración aplastante. Esto era primal. El miedo crudo de estar completament
na pequeña y ornamentada caja de música en una mesa cercana. Antigua. Fu
ujió al abrirse. Dentro, acunado en terciopelo, había un discreto teléfono de tapa de m
rcaron el número de Cooper. Se me cortó la resp
ego, una voz arrastrada y en
. Borracho
udarme! Estoy en la fiesta. En una habitación privada. ¡Hay
ás en el estudio. Siendo una buena chica. Y yo estoy en la fiesta. Con Kenia.
añando mi garganta. "¡No estoy en el estudio! ¡Me trajer
enia otra vez? ¿Por qué siempre estás tan obsesionada con ella, Andrea?". Su voz adquirió un filo cruel. "¿Y a quién le impor
omprender el peligro. Su mente estaba dem
! No sé quién es esta mujer, ¡pero está drogada! ¡Y
r que intentó robar la herencia de Kenia? ¿Crees que te voy a creer, Andrea?".
lmente llegaron. Calientes y amargas. "¡Está
de la línea. Una maldición ahogada. Luego si
nca. Sin respuesta. Solo el débil son
absolutamente escalofriante. "Oh, Andrea
ni
plomó. "¡Kenia! ¡
abas convirtiendo en una molestia. Una complicación. Y no tolero compl
temblando de horror. "¿Drogaste a e
jer inconsciente y drogada. Un escándalo para los tabloides. Una excusa perfecta para que Cooper finalmen
ón aferrándose a mis palabras. "¡Cuando esté
por eso. Porque lo presiono. Porque soy ambiciosa. A diferencia de ti. Siempre tan correcta. Tan aburrida". Su voz se e
pavor frío se envolvió alrededor de mi
ilo escalofriante. "Un accidente de coche. Una caída. Un ahogamie
e y ahogada, de repente se escuchó. "¿Kenia? ¿
o! ¡Nada! Solo... ¡solo un número equivocado!". Se rió. Un sonido fo
stillas. Iba a matarme. Iba a hacerlo parecer un acci
. Acercándose. La figura sombría de la esquina. Y o
la sangre.
tencia. Me arrastraron hacia la puerta. Luego, agarraron a la
ire nocturno, frío y húmedo, me golpeó como un shock. Una camioneta negra esperaba. Sus
el asiento duro. La mujer inconsciente yacía a
Andrea. Siempre lo has hecho. No solo quería co
e salvará. Qué ingenua. No vendría. Estaba demasia
ino y violento. Luego, el olor a agua s
lle. El agua oscura y arremolinada debajo. Podía escuchar el chapoteo
el fin.
mi cuerpo estaba fallando. Mi mente, entumecida por el terr
rura tinta. La mujer inconsciente, un peso muerto, ya estaba
e mi abuela. La risa de Jimena. La sensación de la lluvia suave en mi rostro. El ar
Deslumbrantes. Cortando la oscuridad.
voz. Profund
. Una elegante camioneta negra. Se detuvo de golp
Un destello de esperanza
uno de los hombre
de seguridad de la familia Obregón. La Licenc
e del abismo. La mujer inconsciente fue desatada rápi
musculoso. "Estás a salvo ahora, Andrea", murmuró una voz pr
uelo. Mi verdadera famil
, ya no de desesperación sino de puro alivio, co
do ahogarme fueron rápidamente
un ancla sólida en la tormenta furiosa. Era más alto que Cooper. M
de aquí", dijo. Su vo
i voz se
", logré grazn
c. "Solo un sedante fuerte. Le
uipo se movieron con silenciosa eficiencia. Recuperaron mis pocas pertenencias empacadas.
a como un escenario. Mi acto final. Dejé mi anillo de bodas en el buró de CooLa mujer que había amado a Cooper Covarrubias. Es
or. Me iba del país. Dejando atrás los pedazos destrozados de mi antigua vida. Y
ro profundamente emotiva. Guillermo Obregón, un hombre de inmenso poder, me m
co. Isaac, siempre presente, se convirtió en mi sombra. Mi confidente. Mi prot
emplazado por una determinación feroz e inflexible. Cooper y Kenia habían intenta
ón. La verdadera heredera. Y desmantelaría sus vidas. Pieza por pieza dolorosa.

GOOGLE PLAY