Instalar App
Historia

Capítulo 7

Palabras:1348    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:57

Garz

asando. Esto no podía estar pasando. Cada terminación nerviosa d

uscando torpemente mi cintura. Su beso no era un beso de afecto, sino un saqueo desesp

, un sonido ahogado at

andro!

fuerte. Se apretó más, su cuerpo

terrando su rostro en mi cabello-.

Camila. El horror se intensificó, retorciendo mi estómago en nudos. Ni siquiera

Mis pies colgaban inútilmente. Me llevó, tropezando, fuera de mi habitación y por el

ama. El colchón se hundió bajo mi peso. Me arrastré hacia atrás, tratando de poner distancia entre nosotros, p

é, mi voz cruda de terror y asco

u cuerpo, que había estado presionando el mío, se puso rígido. Sus ojos, todavía nublados, se enfocaron lent

demacrado. Se echó hacia atrás, sus manos cayendo de mi cuerpo como si lo hubier

o ensordecedor. El aire crepitaba con terror no di

ino y brusco, se dio la vuelta,

voz ronca, apenas audib

sus ojos todavía nublados, pero

estás... molesta? -Intentó sonar inocente, desc

n pájaro atrapado desesperado por escapar. Iba

ré, mi voz tembla

a ira repentina br

as ahí. -Hizo un gesto vago, como si mi sola presencia fuera la ca

tó. La injusticia d

sonido largo

as Camila. Es tarde. Deberías volver a tu habitación

olvió, sus ojos todavía pesados. Extendió la mano, atray

orprendentemente suave ahora-. Solo

su abrazo. *No quiero estar solo*. No *te qui

esado con el olor a alcohol. Quería gritar. Luchar. Correr. Pero estaba para

iosa escapando de mis labios. *Por

, ahora descansaba inocentemente en mi cadera. Ya se estaba que

a atr

tico contra mis costillas. Sentí una ola de mareo, mi cabeza daba

visión se nubló. Cerré los ojos, deseando desaparecer. El agotamien

í en un sueño inquieto e intermitente, acurrucada contra el hombre

andro ya estaba despierto, sentado en el borde de la cama, de espaldas a mí. Estaba completamente vestido, impeca

estaban sombreados, una compleja mezcla de emociones arremoli

io primero, su v

ué hacías

ro ardió. La pura audacia de su pre

o que pasó -dije, mi voz temblando a p

mirarme de frente. Su expresi

no causaras ningún problema. ¿Qué crees que diría Camila si se enterara? -Me señaló con un dedo-. N

murieron en mi lengua. ¿Cuál era el punto? Nunca me creería. Nunca asumirí

n mi estómago. Este era su patrón. Su cont

endo a ceniza. Una rendición amarga

ello de satisfac

lemas. Camila llegará pronto, y no quiero n

el clic de la puerta resonand

ños, la esperanza. Todo por un hombre que me veía como un problema, una carga, una herman

elo era en unas pocas horas. Me iría. Y nunca miraría atrás. Nunca me

ido. Para

Estaban abajo. ¿Y si me veían salir de su habitación? Mi coraz

s ligeros y silenciosos, como un ladrón en mi propia casa. Llegué a mi habitación, c

r los últimos artículos, una vo

ces en la habita

una ceja perfectamente arqueada, una sonrisa

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY