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fue mi mundo entero. Cada diseño que dibujaba, cada su
ales. Cuando finalmente le mostré mi corazón en un portafolio con
rmizo, Sofía!
orzó mientras susurraba el nombre de su prome
? Tu comportamiento es
olarme, sino para acusarme de intentar
problema que resolver, un cuerpo para confundir en la
con quien casi no hablaba, para estudiar diseño en Nueva York y desa
ítu
Garz
ocho
Alejandro Lobo, mi hermanastro, me miré en el espejo del salón de belleza. Mi cabello castaño natural, el que él siempre había elogiado, se sen
ista, con una voz sorprendentement
l sabor en mi boca. Era una ruptura física, cada mechón perdiendo su color, convirtié
con quien apenas tenía contacto. El multimillonario de la tecnología en Monterrey. El hombre cuyas llamadas siempre había i
ida. Otra Sofía, una Sofía ingenua, tomó esas decisiones. E
un poco ronca-, estoy lista. Ac
tro lado. Gerardo, usualmente tan sereno,
ado tan... arraigada. Tan reacia a deja
ueca. Sonó frágil, como
ega. La influencer. Ya sabes, la que parece salida de una rev
al decir el nombre de Camil
e de la fiesta de compromiso. Transmisiones en vivo, "El Cami
, y el sabor
tío. No cuando está construy
suavizó, perdiendo
igue en pie, siempre. Nueva York te hará bien. Un nuevo comi
bálsamo, un cálido abra
, tío. D
ces. Y yo arreglaré todo. Un lugar donde quedarte, algo de dinero
ivio inmenso me invadía, una frágil
mechones plateados capturando las luces del salón. Se
mohada. No podía dormir. La decisión estaba tomada, el boleto comprado. Pero una parte de
ntes y rizos perfectos, transmitía en vivo sus decisiones sobre la decoración de la fiesta de compromiso. Luces de h
je, mi voz ape
antó l
necesito d
con los ojos peg
tratando de decidir los arreg
pantalla, so
las peonías o solo estás fingien
fono, con una sonrisa que no había visto dirigida a mí en añ
o una punzada aguda y dolorosa. Él solía mi
rno de bocetos profesional. "Tu talento se desperdicia en hojas sueltas, Sofía. Necesitas las herramientas adecuadas". Habí
, para él. En mi decimoctavo cumpleaños, le presenté un portafolio, la culmina
ra. "¡Esto es enfermizo, Sofía! ¡Soy tu hermano!". Había rasgado las págin
. Como un jarrón roto, pegado imperfectamente, pero aún entero. Mi amor no murió entonces. Ni siquie
Camila, con su gesto displicente de la mano, lo entendí. El
e extendía ante mí, se sentía trivial, insign
mi voz más fuerte ahora, un
empalagosamente du
ue venga a saludar a mis seguidores!
e miró, un destello de
fi? ¿No ves qu
odo descendió, pesada y sofocante. Dieciséis años. Dieciséis añ
bía a
e mi corazón. No solo irme físicamente, sino mental y emocionalmente. Él solía ser mi sol, mi
, que lo veía como mi protector, mi mentor, mi todo, ese amor era un secreto que
interrumpió mis pensamientos-. ¿Vas a dec
a sonrisa forzada, lue
Mi hermana a veces
a. Solo un
nte la mía mientras dibujaba. Él fue quien me compró mi primera máquina de coser, me animó a apl
itar, "cada hilo, cada paleta de co
da de náuseas. Camila seguía parloteando sobre los arreglos de mesa
supo. Nunc
ba por todo mi pecho. Pero debajo del dolor, una pequeña brasa de algo más
un eco silencioso del mundo en ruinas que estaba dejando atrás. No le di
yo, y ciertamente no a la person

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