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Historia
La hermana que él despreció, ahora adorada

La hermana que él despreció, ahora adorada

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1591    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:57

fue mi mundo entero. Cada diseño que dibujaba, cada su

ales. Cuando finalmente le mostré mi corazón en un portafolio con

rmizo, Sofía!

orzó mientras susurraba el nombre de su prome

? Tu comportamiento es

olarme, sino para acusarme de intentar

problema que resolver, un cuerpo para confundir en la

con quien casi no hablaba, para estudiar diseño en Nueva York y desa

ítu

Garz

ocho

Alejandro Lobo, mi hermanastro, me miré en el espejo del salón de belleza. Mi cabello castaño natural, el que él siempre había elogiado, se sen

ista, con una voz sorprendentement

l sabor en mi boca. Era una ruptura física, cada mechón perdiendo su color, convirtié

con quien apenas tenía contacto. El multimillonario de la tecnología en Monterrey. El hombre cuyas llamadas siempre había i

ida. Otra Sofía, una Sofía ingenua, tomó esas decisiones. E

un poco ronca-, estoy lista. Ac

tro lado. Gerardo, usualmente tan sereno,

ado tan... arraigada. Tan reacia a deja

ueca. Sonó frágil, como

ega. La influencer. Ya sabes, la que parece salida de una rev

al decir el nombre de Camil

e de la fiesta de compromiso. Transmisiones en vivo, "El Cami

, y el sabor

tío. No cuando está construy

suavizó, perdiendo

igue en pie, siempre. Nueva York te hará bien. Un nuevo comi

bálsamo, un cálido abra

, tío. D

ces. Y yo arreglaré todo. Un lugar donde quedarte, algo de dinero

ivio inmenso me invadía, una frágil

mechones plateados capturando las luces del salón. Se

mohada. No podía dormir. La decisión estaba tomada, el boleto comprado. Pero una parte de

ntes y rizos perfectos, transmitía en vivo sus decisiones sobre la decoración de la fiesta de compromiso. Luces de h

je, mi voz ape

antó l

necesito d

con los ojos peg

tratando de decidir los arreg

pantalla, so

las peonías o solo estás fingien

fono, con una sonrisa que no había visto dirigida a mí en añ

o una punzada aguda y dolorosa. Él solía mi

rno de bocetos profesional. "Tu talento se desperdicia en hojas sueltas, Sofía. Necesitas las herramientas adecuadas". Habí

, para él. En mi decimoctavo cumpleaños, le presenté un portafolio, la culmina

ra. "¡Esto es enfermizo, Sofía! ¡Soy tu hermano!". Había rasgado las págin

. Como un jarrón roto, pegado imperfectamente, pero aún entero. Mi amor no murió entonces. Ni siquie

Camila, con su gesto displicente de la mano, lo entendí. El

e extendía ante mí, se sentía trivial, insign

mi voz más fuerte ahora, un

empalagosamente du

ue venga a saludar a mis seguidores!

e miró, un destello de

fi? ¿No ves qu

odo descendió, pesada y sofocante. Dieciséis años. Dieciséis añ

bía a

e mi corazón. No solo irme físicamente, sino mental y emocionalmente. Él solía ser mi sol, mi

, que lo veía como mi protector, mi mentor, mi todo, ese amor era un secreto que

interrumpió mis pensamientos-. ¿Vas a dec

a sonrisa forzada, lue

Mi hermana a veces

a. Solo un

nte la mía mientras dibujaba. Él fue quien me compró mi primera máquina de coser, me animó a apl

itar, "cada hilo, cada paleta de co

da de náuseas. Camila seguía parloteando sobre los arreglos de mesa

supo. Nunc

ba por todo mi pecho. Pero debajo del dolor, una pequeña brasa de algo más

un eco silencioso del mundo en ruinas que estaba dejando atrás. No le di

yo, y ciertamente no a la person

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