dro Lo
, todo sonrisas educadas y preguntas inquisitivas, se sentaban frente a nosotros, sus ojos evaluando constantemente, calculando. Camila, radiante en un vestido rosa páli
a, su mano perfectamente manicurada extendiéndose sobre la mesa
risa, un refl
largo, Cami
e tan brillantes, contenían un toque d
me preocupa que no tomes suficientes descanso
i mirada seguía desviándose hacia mi teléfono, boca abajo junt
casi demasiado dulce-. Tampoco me ha devuelto las llamadas. Usualmente l
la ma
asiado bruscamente-. Es una adulta.
n-. Porque cuando la llamé, no parecía particularmente... receptiva. Y pensé que, por tu c
se instaló e
? -pregunté,
oltó una
que podría apreciar una invitación a la fiesta, una pequeña rama de olivo, después de... ya sab
n latía c
qué
de hombros, un d
cupada con sus propios planes. -Me dio otra de sus sonrisas empalago
había imaginado para ella. Era un muro frío y duro. Una ausencia total. No solo es
de dolor que dificultaba la respiración. No. Esto no
mpacaría y seguiría adelante. No se aferraría al pasado, como algunas personas. -Su mirada se posó en mí, un toque de complicidad en sus ojos-. Sabe
dad. ¿Llamarla? ¿Qué le diría siquiera? *Vuelve, Sofía. Extraño tu presencia const
spera-. Siempre lo hace.
, un sonido la
encerte a ti mismo? -Sacudió la cabeza-. A veces, eres real
rdad sorprendente de una mujer q
o brillante de lugares para bodas-. ¡Hablemos de nuestra boda! ¿Has decidido el tema
florales. Inolvidable. Todo en lo que podía pensar era en Sofía,
? -preguntó Camila, su
mi voz plana, hu
onversación, congelando las sonrisas en los rostros de los padres de Camila. Camil
iendo? -logró decir finalme
atrás, el raspado resonando en el repentino sile
a mesa, cargada de comida exquisita y delicados pétalos de rosa, parecía b
aba de arruinar mi compromiso, mi futuro cuidadosamente construido, por un fantasma. Por un silencio que era más fuerte que cual

GOOGLE PLAY