img La Reina De Los Caídos  /  Capítulo 8 Eva | 33.33%
Instalar App
Historia

Capítulo 8 Eva

Palabras:4346    |    Actualizado en: 16/07/2021

Lucifer, lleno de incógnitas la seguía, asqueado sintiendo la arena colarse en sus zapatos y dentro de las vendas de su camis

est

enerarle mil escenarios en su cabe

ad de irse se fue en el aire. Lucifer se detuvo mirando el cie

bello empapado, se giró hacia él. —¡Maldita sea!

s quis

el portal, puedes

iésemos ido antes de que la lluvia comience, no estaríamos at

acusador le apuntó el pecho, fu

rnícolas gritándo

tar es

la cabeza. —Perdí a mis bestias en un desierto

a culpable de todas tus des

bestias me las regalaste tú! ¡S

í, con mucha historia detrás, pero ninguno siendo capaz de enfrentarlo. Lucifer la quedó mirando fijamente, ca

ión, por lo que evidentemente no se las

, pero por favor, enc

ió sombrío. —Me has mentido bajo esa m

! —Se irritó. —¡También d

me dan

encontrarlos s

N

uci

r qué te di un regalo tan valioso y no me acuerdo

e no re

el desierto a t

r cosas inimaginables, pero cuando se giró para i

s palabras hicieron que s

cielo, sintién

staba y porque quería ese ta

ndose a su rostro, su rostro sumamente pálido era precioso, aún más acompañado de sus gran

tenían rostros angelicales pero por de

mo el ruido fue emitido, Emmeline sintió un leve aturdim

. La cogió bruscamente del brazo, y bajo la lluvia, la arrastró

ia causaba una leve cascada en la entrada. Dentro, sus bestias se enc

ó frente a ellas y las juntó contra su pecho cerrando los ojos. Sus manos e

tan afectuosa con las bestias que él le había regalado sintió un leve pinchazo

colocó bajo la cueva pa

ismán.

evanos de v

qué los ab

es demasiado húmedo y la lluvia me mo

ió a ver a sus bestias apenada. Dantalian tenía raz

se puso de pie sosteniendo el talismán. Miró a Lucifer

de distancia y esperó a que se di

se lo quitó de sus man

nces s

as bestias le gruñesen al cielo. Cada nube se tiñó de negro y la oscur

cif

a, se convirtió en cenizas que volaron por el aire. Su alrededor comenzó a teñirse de colores prec

ama

, aunque tenía el mismo físico, ella se la veía radiante, con un aura muy di

aura sombrío, pero ahora ella parecía alegre, espo

e sus finas cejas divertida, sabie

vestido que tenía puesto en la cueva, de he

en su alrededor, no est

mme

—No debes llamarme así

sujetó de la mano sintió que de ella

el jardín de la manzana prohibida. Se detuvo p

os en e

ás podría

emos es

os molestaría, además hace mucho tiem

l cual hizo darse cuenta que todo esto

l árbol de las manzanas, ellos se sent

sando en lo

n q

teniéndose la risa. —¿Ya lo has olvidado? Me d

ué pe

—Sonrió. —T

ojos de Emmeline en una versión alegre decirle que lo ama lo

mbién

u versión antigua, soltó una bocanada de aire para l

cuerdo perdido, pero por instinto la rodeó con sus br

o que hizo que lo

meda cueva con la versión apagada y fría de Emmeline. Baj

pecar, te

y bajó su mirada hacia otra parte, don

la vela, porque tú ya

guna conversación vacía, una discuta con sus hermanos o un enfrentamiento con su padre. Pero el tali

E

ojos hacia él y so

am

fetada, él retr

pli

Aho

se escondieron detrás de Emmeline. Ella aguantó la

as todo lo que te pidiesen, y cumplías tus tareas de forma impecable. Me conociste gracias a Adam, él nos presentó. La le

N

a escondidas, el mío era Emmeline, el tuyo Lucifer. Un día Dios se enteró de lo nuestro y nos dijo que esta

N

o me buscabas en mi jardín me iba, y cuando me llamabas me escondía detrás de

rebe

iste que me construirías un reino para mi sola, que podría tener el jardín más gra

hogaba con su propia respiración sin poder reaccionar. Ella, por otra parte, se rompía ca

rder lo que más amabas, a mí. Y yo debía perder por lo que fui creada, mi fertil

, Lucifer. —Alzó su mirad

último recurso me dejaste a las tres bestias, para que nunca estuviese desprotegida y sola. Dijiste… —Cerró sus ojos y contuvo las lágrimas. —Dijiste que, S

es cuanto me dolió verte de vuelta. Ver lo que te has convertido, que ese v

ést

nos del rostro y lo miró

Qu

rame t

ndió lo que q

orsal para luego bajarlo lentamente. La espalda desnuda le fue visible, detuvo de bajar el cier

s y sanas. Su piel pálida y perfecta estaba marcada por el pe

a piel desnuda y Emmeline

de su vestido bajo, se tuvo que sostener la parte delant

ien le suceda lo que él atravesó. Que alguien experimente el m

vió con su brazo y

esa haciendo que se quede at

ió apoyando su men

ué te d

vidarme

mejores personas para ella, pero tras perder su memoria, y llenarse de un vacío que oscureció su corazón so

o era gustosa del contacto físico, per

rque te prometí un

ose, con los ojos llenos

no puedes tener

ncentrado en sus palabras q

tener

ediato, como si ya lo hubiese pensado.

riría, todo lo que inte

e la tormenta? Eso s

o. —Si cualquier chica se te aparece en tu camino y t

Qu

qué me

ver con mis

o haber sido

nojada po

rocede. —¿Qué clase de rey ere

, eso soy. —Le so

berte quitado un r

etapa de humilla

ró su boca,

o de tus demonios y q

a la salida de la cueva, frente a la cascada de agua que hacía de puerta, y observó

la to

detenerla? —L

ría qued

cione de la mejor forma había sido como un nocaut para su estabilidad mental. Lucifer al cual veía como

e había dejado descansar sobre una pared al cual con ante

sentir el dolor como cualquier otra persona, por lo que al ve

que en ve de empujarla simplemente cogió el

corpión cayó al suelo donde rápidamente las bestias se lanzaron a devorarlo. Lucifer, retroce

a se golpeó el mismo brazo con otra pared que es

ier

abía paralizad

uci

Jo

heridas, de hecho, tomó distanci

uede notar que hay esco

arme Eva y te

chi

s mechones, la sangre de su corte corría a lo largo de su brazo. Maldiciendo en su interior por el ardie

os, pero luego de ser desterrado y que su alma se hubiese llenado de rencor, ya no lo

ritó, bajando su brazo. —¿Me p

emente, que pier

que me e

a lo

ras e

or

r qu

er… —A

do. —Observó la sangre gotear por su c

alago para m

zo que cerrase la boca de inmediato y mirase el suelo.

la salida, observó el camino y luego volvió a verla. Enfocó sus ojos en

decen fi

r, está

o vestido y arrancó una tira rompiéndolo. Emmeline se paralizó cuando él rom

Oy

cadas aún lado, y vo

mos i

cuerpo, pero al menos lo despabiló del dolor y mareo que le traía la picadur

o h

e ella mojarse, pero rápidamente avanzó con muc

hacerse movedizo e inestable. En un intento de darle aporte a ella, la sujetó d

cubriéndose el rostro con su mano para que

stó, siguió

a más. Cuando Emmeline estuvo apunto de quejarse de nuevo, vio a lo lejos un pequeño pueblito ubicado en la nada misma. Lu

un techo de una casilla, y Lucifer observó su

rpo y las gotas de lluvia sal

s ojos cerrarse inconscientemente, volvió a abrirlos

y una t

gar frío para qu

ojos por unos segundos, para él fue como un parpadeo, pero cuando volvió a ab

la lengua al ver

íde

señalada, al llegar vio la puerta de madera algo

os que habían no parecían ser muy amistosos. El lugar era pobre en r

igo se desmayó, ¿

de otra mujer, la mi

vidiable. Su cabello lacio estaba mojado y se le pegaba a su cuerpo. El vestido roto y comp

e mundanos, no pu

ende la barra,

¡

ne le sonrió forzadamente intentando no lucir tan nervios

e tormenta, que mala suerte

bendice. —

r f

. Estaba de rodillas con las palmas de sus manos en el sue

comparar sus rostros sintió que una par

uiste, de

él casi cae, se suje

ale bien o

igo, así que conmig

so sus ojos

, ignore a

, pero parpadeo con fuerza y se separó del hombre, queriendo conservar algo de

ayuda, no s

Puedo

rminar que

y Emmeline intercambi

*

ensar en que finalmente, Emmeline podía volver a sentir algo de paz. Ella al caer seguía conservando un aura alegre, una al cual Markus llegó a conocer y también fue uno de l

lguna vez la hizo feliz, si la recordaba o no, no importaba, lo importante era que e

a p

son para ver la entrada, donde Aren llegab

so. —Hobso

arkus lo miró

… Viajaron por port

onrió am

reocupado

el rey infernal

hacer daño. —Le quitó importancia con la mano. —No me quie

ada que yo no

mmeline. —Se puso de pi

uería mantener su rostro inexpresivo pero e

palabra fue firme. —¿Te recuerdo

y, ángel, demonio, gorila o azteca. —Se dirigió hacia

cuando Emmelin

ren que estuvo mirando el suelo impotente, leva

bien? —La criada lo o

a agarrar

e cuando e

Los quince minutos de viaje no habían sido suficientes para calmarlo, seguía exhaustivo de tanta impotenci

recién había aparecido en unas horas, ya era digno de haberla hecho reír amistosamente mi

erró la puerta de un golpe

la paja y bajo por la puerta secreta hac

el lugar estaba ab

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY