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Historia

Capítulo 2 Luna llena roja.

Palabras:3697    |    Actualizado en: 14/06/2021

maba y confiaba en ella, pero cuando metía la pata mucho

mantuvo la calma en todo momento sentía que todo podría salir mal. Emmeline e

la ventanilla. —No sé qué les pasaba, estaban enloquecidos. Sabes que y

e no re

jes. Sabes que er

durmiendo sobre su

déjame rec

uede ser que te

a primera vez que vas a mi casa! ¿Qué tal te parec

ncentrada intentando que no me

evó una mano

nas pero pobrecitas, solo quiere

lo miró

vida? Mira en qué sit

ción puedo inv

angustiada a su ama, dec

r de lo que sucedió, después de todo no es a

se frotó

ca, quiero v

Markus a su lado se puso a dibujar en la ventana dado

etuvo frente a l

gos, nos vemos cua

mi casa. —I

buen corazó

or eso lo propongo, p

vió a co

e me excedí, pero piénsalo bi

algo que me de buenas espinas. —Lo miró. —Ahora saben que eres un protegido d

olo podía pen

tu pro

rku

significa que ya puedo estafar e

Y ya estás pensando en cóm

lo de vida. ¡Además, los casinos d

¿En qué gastas

s veces, mi vi

ni un sof

la c

sponiendo amue

hace cincu

. —Alzó su dedo.

bien, Emmeline

n que la había seguido tal como un perro faldero, miró unos cuantos minutos la puerta blanca sin

ió a la cocina, donde Markus se había

a Waffles,

a sí mismo y se sentó en la isla, cogió de

opsom preparaba lo pedido. —Tengo

r tu culpa, y siempre es lo mismo. —Respon

o unos segundos con lo

.. Escucha ¿Tienes algún hermano o...primo? Igual

ia de Aren, joven. —Homso

ndió frunciendo l

la haces salir únicamente a ir a salvarte. —Aren le respondió

voz. —Además, no entiendo. Cuando era una cría amab

de Dios, s

la c

e ella buscaba más a los

Eh

y aquella duda perteneció

blanco pensativo. Conocía a Emmeline desde 1348 cuando ella lo encontró muy mal herido

desde ese entonces la seguía, pero p

silencio y el espacio personal, a

ó su reflejo. Tenía una extraña sensación en el pecho. Cuando salió del cuarto

días mi

son

nos

el desayuno. Tras saludarse, él se retiró y quedaron únicamente e

cansado. ¿Te

supue

torció lo

esta noche. ¿Ya

nte cosa que Emmeline

a, mi señora. Tod

nti

staría que te tomase

ro.

control, pero en la anterior luna lle

mi señora, m

liese la luna llena en su dormitorio. Aren, ya sabiendo el significado d

asta tarde, no se levantaría temprano ni aunque lo apunten con un arma. Emmeline, con el mism

ng,

ó desde el umbral. Hobsom le sonrió a boca cerrada apartándose para dejarla pas

ine, qu

que plac

familia, por lo que E

ludó con l

Respondió de

nreír como niña ante su saludo. Cuando hablaba con él

la silla invitándola a que se siente. Lo hizo fr

, estoy bien. —S

e, Cadie. ¿Ella te ha enviado

en no pudo evitar dejar el té en su plato y

hoy, recuerdo que tu lacayo es un ho

a por aquello, y la confirmación sólo

pero no necesito

a su familia y aunque Emmeline mantenía los estándares que su familia exigía, admitía que n

será luna l

de los iluminados había alterado el ritmo logrando que lamentablemente la l

Pero de todas form

—Solo te ofrecía mi ayuda, si n

ecepcionar

cudió la cabeza rápidamente.

e retiró de la casa. Cuando lo hizo, Aren cerró sus ojos unos

iento. —¿Por qué no corteja a la señorita? Es

puede enamorar

ltar a Emmeline porque daría todo para salvarla. En cambio, si se enamora de otra persona, entonces él no po

a de que Cadie te ayude con la

locando las manos sobre el ve

iones abrumadoras que sentía. Todos sus sentimientos se

? —Hobson lo mir

S

y salió del sal

esayuno vacío, y al poco tiempo

omido nada. —Murm

ó levemente c

luna

o? Oh, po

pueda confesar su

des

sfrutando del día veraniego. Markus había aparecido a las cuatro de la tarde diciendo que se había dormido muy

el balcón y se dirigió a su cuarto. No había visto a Aren luego d

rar la puerta se detiene cuando Aren aparece de la nada m

da. —Sospecho que alguien está

casa, Aren. —Respo

vor, mi

ón y descansa, no

a. Caminó a sentarse pero antes que llegase se de

rirla. Cuando lo hace, para su sorpresa,

ucede,

o un subordinado a e

reg

o salir rápidamente a ver que era. La oscuridad reflejándo

ombre desconocido. De su familia no era, ella lo rec

la cabeza. —Le traigo

inó de qui

abrió aún en sus manos. Observó perfectamente un colgante de color

biría regalos pero jamás se imaginó q

ar mis agra

supue

ueve bruscamente hacia atrás intentando alejarla de aquél subordinado. E

ente al hombre y él le responde con u

acercara

la caja, cogió el collar y

do que contuviese la rabia acumulada. Primero la empujaba y

fuesen unos niños inmaduros, se lanzaron entre ellos a pelear. Hobson ro

seño

áral

a de golpe frente a e

s imparable, peor

un mortal. —Respo

corporal a Aren le estaba creciendo y parte de su ropa se estaba ro

uido con una carta de agradecimiento y una de lamento por su estado. De hecho, la idea de

a alzó el mentó

cay

Aren se separó bruscamente de la pelea y

ar a Aren, por lo que, cuando él escuchó su pa

a su estado humano y la mirase avergonzado. Observó su ropa

et

M

ello le bastó para hacerse a

puso de cuclillas para examinar sus

. Estoy muy

bien, s

quería conservar

ponerte

tante mal. Él se puso de pie con dif

a a mi chófe

amente o

ayudó a que el hombre se sentase en la parte trasera. Para

erta. Miró

puedo ll

Jaldabaot

meline no dejaba de sentirse humillada por la situ

ue no dese

sto que no

rando inte

scar a Markus. Cuando salió del coche, el hombre cojeo hasta la entrada y lo dejaron pasar, le h

uí, señ

tiéndole el paso. Cuando entró vio que las cosas seguían exactamente iguales; la música suave, las damas de compañ

o sus ojos cayeron en la puerta reconoció al instante a Emmeline esco

intió perfecta la ocasión para mandarle a un mundano con obsequios. Por supuesto que sabía que iba a ser golpeado, por

s dedos en señal de que no era necesario y todos volvi

s a agradecerme personalmente

el collar en su cuello. Le había costado

fue víctima de la pelea. —Hizo un movimiento con la cabeza. —Le traje a

a pelea pero no que el collar se haya r

n ojo él ni siquiera se daría cuenta pero para Emmeline la condición de las que se tratan a los inferiores de ot

No debiste

ontra

n paso, disp

fiesta, me gustaría ver

ne asi

es larga

acepta una invitación. No me

e sintiese. Emmeline en su lug

amento lo de su sirviente, quizá, en ot

tu tipo de

esado está podría inves

ndo por donde se fue con los ojos entrecerrados, se rela

tad? —Murmuró Belfegor, demonio de la pereza, desde su tro

Bonde cuidan su reputación, lastimar a mi sirviente podría consid

demonio de la avaricia comentó. —Debería

eó. —No puede dejar que su hermano le

indignado Amon demonio

a? —Asmodeo, demonio de la lujuria, miraba a las mujer

n a gritarse entre ellos. —Ya recuperaré mi

como Baalberith, lo miró confuso. —¡Su Majesta

l infierno. —Leviatán, demonio de la en

que los mortales sepan que y

í por un destierro. —Respondió con calma. —

rey viene a la

mo pedirle una nueva guerra a mi padre, el rey no se

cho iluminados demoníacos al reino mundano? —Consultó Belcebu. —Es s

a los mundanos que a la mínima sospecha que ellos corren riesgo con sus hijos caídos, enviaba a iluminados a aca

bajo control

ver, Su Majestad? —Asmod

padre los protege tanto que les brindó una inmortalidad eterna. —Lo miró. —Cuidar

emos al rei

—Sólo debo quedarme aquí, esperar a recuperarme, e ir a recuperar mi reino.

estad. —Asintió Amon. —¿Cre

otra alt

endo miradas entre ellos. Lucifer sonrió alzando el mentón con gran

erme dicho tu n

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