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Historia

Capítulo 7 El destierro.

Palabras:4585    |    Actualizado en: 16/07/2021

PO A

so, solía hacer a las sirvientas de su madre cometer errores así se enfadaban y presenciaba como Amon, portador de la ira, les brindaba una ira q

a su padre hablar en su oficina. —Temo que hub

eña tenía un espíritu aventurero por lo que, se le

ró de puro agobio. —¿Qué

sé que él detendrá esto

uella noche Emmeline se alistó en su dormitorio

rkus, que en esa época

dió. —Tú acuéstate en la ca

lice, asiente lleva

gura de Emmeline salió por la venta

tierra muerta, personas caídas, e incluso también

n dios, solo o

hubo un quejido de dolor que

o. Al hacerlo, observó al hombre que estaba tirado en el suelo. Estaba tan he

Ho

oz que emitió Emmeline. Poco después pudo contemplar co

rte y oscuridad, sintió que había muerto y un ángel venía a llevárs

no su

n pesadez, Emmeline se estaba qui

alvar

ca y pronunciar algo, pero

ecidas, si te curo

ilmente asinti

Emm

sus heridas, examin

re

*

ALME

rma de levantarse tan abruptamente por la noticia. Podía ser extraño que Lucifer haya perdido su reino, de hecho, sin su reino ahora sería un demonio m

que reaccionó, le se

ver como Emmeline tenía un espejo que en realidad era

, no pudo pegar un o

voz baja, al cual eran incomprensibles para oídos ajenos. Se mordía la uña mientras s

alcón abierto. Las velas aromáticas se apagaron y poco después un humo grisáce

. —Suspiró

deshizo el humo con el que llegó y lo volvió a

e tengo el talismán.

o. —Lucifer se está

puedo evitar pensar que hay muchos

nviado de vuelta al infierno. ¿Crees p

ero estar c

mel

nde estoy? Dantalian, tú me conoces, has visto que deje mi aventurera vi

rá de esclavo y él jamás podrá recuperar

que no obte

ivo. —No estas actuando con la

gamente? —Repi

Lucifer, siempre has

tó en los pies de su cama. Se

tengo antes de q

o tantos siglos… No te sorprendas

Me haces preocupar más, ¿Puedes lle

se sentó. —Contactarte últimamente es difícil, temo a

mano a su cabeza. —Será mejor que

s que reacc

maniático, si no hubiese perdido su reino no tendría qu

se encogió

su hijo favorito, quizá le quiere quitar su condena. Creo

s noches de desvelo y el estrés el día, so

visites a mi padre, Emmel

lo h

él no hará mucho. M

—Ah, Dioses. No quiero hablar

y pecador te recomendaré no cometer ningún error y ayudar a Lucifer. Pero lo má

ñecas nuevamente y tras eso, él se envolvió

ncio, mirando en dirección al balcón, dond

*

neces

o junto a uno de sus demonios. Reconoció a Belcebú, el supues

ucifer la reprendió con la mirada, mie

e de la nariz poco gusto

ese alguien normal Emmeline se hubiese enfadado e ido, per

rrorizado por la repentina visi

—No fue formal.

a capaz de hablarle c

r favor, póngame la correa, me al

comenzó

que la iron

sus cejas. —Debo tener cuidado, a

as ingeniosas de la dama que tenia al frente. Se pregun

antes, veng

cedió. —¿D

señará a Belcebú lo

ía detrás. Con una figura muy robusta y alta,

or Lucifer, sin seguir un margen de estética perfecta. Belcebú era un ángel original, pero tras pasar tanto tiempo en el infierno cierta moda se había impregnado en él,

reojo su salón. —P

no. Tengo cosas que hacer

ió su lengua. —Aren,

r, nadie más que noso

ará que vaya a su c

tiene

ne de…? ¿

s bestias. Solo p

l auto.. Emmeline mantuvo el rostro inexpresivo, pero por de

rque sino se pone insopor

se

se giró h

cia prudente. ¡Sab

bestias corren en dirección a la puerta. Al instante se retorci

la salida y acto segui

vehículo, pero fue rodeado de llamas al

entras que Emmeline se sentó de copiloto. Al cerrar la puerta, él comenzó a conducir.

ntratarse

ara que conduzcan? —Se bu

errotado y en un reino ajeno, por su

ara contratar empleados, en

cifer abrió mucho los ojos tal como

bajar como

, pero la simple idea le causaba escalofríos para Lucifer. Alguien acostumbrado a tener a todos entre

o. Yo he trabajado

¿

rra a curar a las víctim

¿Acaso no soy el pr

ine s

rle el corazón

sonrió m

personas queriendo entrar, los ladrones merodeando como cuervos hambrientos, la pobreza manifestándose en vagabundos pidiendo limosnas, bellas damas pres

a, curiosos. Lucifer bajó tranquilamente y le lanzó las llaves en el aire al aparcacoc

había dado la vuelta, le extendió su brazo caballerosamente para que los entrelazaran. El empleado les

sintió la presión social que tanto esquivaba. Lucifer, encantado por

o h

ignoró para seguir caminando. Emmeline alzó el mentón manteniendo su rostro de poquer

losamente, pero al menos no eran tantas como la entrada.

ecibieron la noticia que Lucifer había llegado. Cuando la puerta tan alta que casi alcanzaba el techo se abrió Lucifer entr

gran estatus y poder, tan limpio, prolijo, perfecto y poderoso, sino que la bella mujer de exp

que ellos saliesen de la sorpres

e imaginaban la escena tan llamati

odillados frente a ella y la punzada de dolor se le instal

nven

y la desilusión fue notoria cua

Lo has prep

esto, Su

a perdido la vista en el suelo, visiblemente confundida, s

puntada, mientras que

convertía simplemente en habitaciones, donde una de ellas

rios donde debían estar colgados, simplemente habían sido desenganchado

ndida al cual rápidamente supo de que era. Suspirando se acercó a la m

ebú que tenía una amplia variedad de vendas, anal

s, se acercó y la prendió nuevamente. Esta vez la cubrió ligerament

su captura de pociones y objetos c

ecesita

nal! Es muy difícil de obtener, solo lo obtie

errumpió. —Se encuentr

ostro horrorizado de Belcebú. Se a

ua mientras que Emmeline se sentó en el di

Él se volvió a tensar por el roce y maldijo por lo bajo. A su contraria, e

pudriendo. —Comentó. —Y

raste, no duele

entó al lado de Emmeline y obser

heridas, así se evitan in

de Su Majestad

si tratas la heri

r piel ya limpia, mojó la venda en agua y

¡Bel

da cuando el grito de Lucife

delicado. —Em

a luego estamparla contra la herida, intentando ser lo más

s s

ernícola no podía comportarse como

ado, n

o del

ntos más

si es

lento, n

lo

blanco, irritado por la

do, le abrirás

alofrío recorrer dolorosamente por su espina dorsal.

n ne

aquí, Belce

ad, usted me dij

Fu

enda en el agua y luego la levantó. Lucifer relajó sus múscu

dré que seguir

gloria. —Murmur

aci

í cierta

ó la venda roja de

personas, pero cuando entramos juntos fue

ado

mis demonios se arrodillaron.

zona donde le he cocido está impecable

ie

arició la cabeza, las bestias eran increíblemente aterradoras y se veía la furia en sus o

tó el talismán que usaba de collar en

guido, pero son encantado

más en el

creaciones son algo monstruosas. Además, la sangre de estas bes

cio, pero se sintió c

con tanta naturalidad. —Confesó en un susurro.

inmo

o desde que t

cuando dejó de ser acariciado se dirigió hacia su dueña para colocar su cabeza e

mel

viera. Él, aún dándole la espalda, gir

ito tu

que Emmeline actuaba ciegamen

é oc

Me cuesta averiguarlo si no tengo poder, p

ó a envolverlo. —Quiero decir, ha vivido siglos en paz creyendo que su condena e

uando caí del cielo tenía claro que mi condena era el infierno y me aferré a

comprendía y quería ayudarlo, sintió

porque fu

N

e p

as cómo era

ias que luchaban entre ellos y se morían para ser quien más reciban caricias. Emmeline estiró la mano

mo de alegría y travesura. Si aparecía algo roto o

ifer se batió lig

urrido a la al

ngo que los años me

iosa de no estar escuchando algo, tanto un comentario sarcástico como una propuesta de su parte, y

os necesitaban del silencio que mutuamente s

o perdí mi trono todos me dieron la espalda, incluso Lilith que fue una de mis mayores ayudantes. Si

siete

o lo que estaba por suceder, cuando fui a sacarlos entonces fue que

sonido y dejó de ac

demonios querrán atacarte, ya

el talismá

s en blanco, aunque é

biente suave y confidencial. —¿Qué me suced

y se dirigió

cómodo conmi

brochado la camisa, leva

sentiría có

ó la c

contactar

edi

cosas… Él maneja la línea temporal, no hace viajes por el

alzó u

n ahora m

. «¡Ni siquiera tendría que decír

acia su abrigo. —No lo veo tan pro

nde cayó el ta

silenciosamente por

erto, pero Dantalian insin

zaba a correr c

rios objetos de los c

Vaticano bie

piernas, con

cierra la pu

ces al de

aste que t

o no

a recuerdas

raje para humillarlo constantemente, y ell

entro al Vaticano sin que

asar por un f

Qu

lado creerán que estoy guiando a

sistirle a Dantalian hast

l talismán harí

cano? ¿Fingir alabar a mi pad

tu idea,

s al d

bien el idioma. «Ir» es

Me acom

No iré a u

se acerc

bandonarte co

oltara el aire riéndose, esti

os transportaba donde su mente deseaba. Él era inmune al fuego, sin embargo, Emmeline era una mundana por lo que d

ida por él la reconfortó. En su interior, gritaba por estar siendo abra

edor. Había un enorme y espacioso desierto, donde la arena era

ubriéndose la vista del sol co

taron sobre su cuerpo a recibirl

patos, te hará

meline bajo sus manos a sus zapatos y se los sacó

ahor

que resistía el cuerpo de Emmeline. El fuego del portal no

mune al

l sol estaba radiante, había montañas de arena a su al

En ese entonces no era u

ró el cielo

una torment

runció sus cejas. El cielo estaba despejado.

dor, donde las bestias que antes corría

zaban a teñirse de color negro opaco y también se i

ue vendría una lluvia? —

ne le importa

piga! —Gritó nuevame

go no se puede hacer bajo

tias! —Le gritó c

pensó cuando vio la figura de Emmelin

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