img La encrucijada del escorpión  /  Capítulo 10 La Encrucijada Del Escorpión | 83.33%
Instalar App
Historia

Capítulo 10 La Encrucijada Del Escorpión

Palabras:1422    |    Actualizado en: 12/07/2022

esto y triste, al ver salir a su novio de un s

o hostil que pudo, siguiendo su camino—.

oño, estaba enamorado de Samuel. En los cuatro meses que ya el joven Raine llevaba ahí, habían sido amantes hasta que el cuerpo y el alma se los permitían. Por eso, Joel creía que Samuel era solo suyo, que

con lo cual dejarás de h

letales y lo aprisionaron en segundos. Había rabia, pero Samuel quería quitarse el mal sabor de boca que había tenido que sentir minutos

se tipo —preguntó en voz muy baja e

neficio al estar conmigo, anda puedes decirlo abiertamente, sabes que no estaré aquí para siempre y q

estaba haciendo, ya no escuchaba nada, jamás en su vida algo había dolido tanto. Samuel aprovechó para empezar a darl

r y Samuel tampoco tenía intensiones de forzarlo. Se sentó en el piso, mientras Joel e

muel se tendiera a llorar también Joel

ués de todo, la razón por la que se había reunido a las escondidillas con otro. No quiso admitírselo, pero le dolió un horror ver a J

o. El desprecio total hizo que Samuel se envenenara peor aún, y terminaron metidos en tremendas peleas, como en los viejos tiempos.

su chico rubio, quedaba convencido de que ellos se odiaban y por supuesto sus sospechas

, tienes que asistir

ó Samuel al monitor de su clase

o mocoso, era eso o limpiar los baños de todo el in

ese lugar, es más ni sabía que había un teatro en el internado. Creyó qu

la puerta y vio el escenario, los asientos bien cuidados, los pisos relucientes. La verdad no tenía idea d

ó que le gritaban desde un lado oscuro del es

caba, al hacerlo se dio cuenta que se trataba de un viejecit

cho, ¿te parec

además que no tengo nada que hacer aquí. —

o sólo lo que ves es lo que está bien. A veces dentro pued

vido. Nunca se había tomado la molestia de preguntarle por qué es que estaba ahí, ni cuándo había llegado, ni cómo le había ido al inicio, ni nada de na

viejecito era muy difícil, había mucho que limpiar tras bambalinas, era cierto, pero el anciano hacía una gran labor evitando que se cayera todo de

n muy viejas. No había mucho que ordenar, quizás solo sacudir un poco el polvo. Se entretuvo entre máscaras de elfos y orcos, de geishas y fantasmas. Y una en particular le

nciano al vérsela puesta—. Esa es la que me gustarí

había terminado por ese momento. Antes de retirarse vio que había un cuarto al que no había entrado. El anciano le dijo que no era necesario, que era una habitación cualquiera. Movido por la curiosidad abrió

uedes dormir aqu

o una pausa reflexiva. —Pero no es

así te has maravillado ¿cómo no va a hacerlo alguien más?, Eres especial y sé que no escogerías a un

Salieron de allí y era ya muy noche, pero el chico Rai

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY