Eleanor Hilton miró a un lado y otro del pasillo con una expresión hosca, y luego se ajustó el abrigo mientras salía apresuradamente de la habitación.
En pro de asegurar su participación en un próximo espectáculo, su agente la había llevado a cenar con varios tipos poderosos de la industria del entretenimiento.
En algún punto durante la comida, ella comenzó a sentirse mareada, y cuando se despertó, ya se encontraba en la cama del director.
De solo pensar en todo lo que había sucedido la noche anterior, la joven tembló de indignación; ella había sido descuidada y terminó cayendo en una de las trampas más mortales del medio.
Cerrando los ojos, ella respiró profundo, y trató de consolarse con el hecho de que eso era algo común en ese mundo.
Es decir, si ella de veras quería ese papel principal, tendría que tragarse su dignidad y soportar la humillación.
Lo cierto era que en el fondo ella todavía no había podido tranquilizarse, sin mencionar que el director la había torturado toda la noche, y ahora estaba adolorida por todas partes, de modo que perdió el equilibrio en unos segundos, y no pudo agarrarse a nada antes de que fuera demasiado tarde.
Entonces, se estrelló contra la puerta de la habitación frente a la del director.
Respirando hondo, volvió a ponerse de pie con cautela y se arregló la ropa lo mejor que pudo. Estaba a punto de irse cuando se abrió la misma puerta con la que acababa de tropezarse. Allí estaba parado Brian, vistiendo nada más que una bata de baño blanca y esponjosa.
Ante el brillo de sus fríos ojos, el corazón de Eleanor casi se detuvo, y por alguna razón inexplicable, sintió una punzada de culpa.
"Buenos días, señor Hughes".
Ni siquiera había pasado una semana desde que las noticias de ella y Brian habían sido tendencia en internet, pues hubo innumerables especulaciones sobre su relación, y todos llegaron a la conclusión de que ella era su nueva novia.
No obstante, Eleanor sabía que todo eso había sido gracias a su agente, quien había estado publicando diligentemente noticias falsas en los tabloides para promocionar su popularidad.
La realidad era que Brian siempre había sido frío y distante con ella.
Pero por alguna razón desconocida, él no hizo nada para emitir una declaración oficial y aclarar los rumores.
"¿Estuviste en mi habitación anoche?", preguntó él, mirando a la mujer que tenía adelante, y entrecerró los ojos hacia los chupetones en su cuello.
Él de hecho ya estaba despierto cuando la chica de la noche anterior salió de su cama, pero ella fue tan rápida y resuelta en sus movimientos que él apenas tuvo tiempo de registrar su intención, y mucho menos detenerla.
Para cuando al fin reaccionó, ella ya se había ido, y ahora no había nadie más en el pasillo excepto esa actriz.
Debía haber sido ella, ¿verdad?
Eleanor estaba paralizada en el lugar, y solo pudo parpadear ante el hermoso rostro de Brian, mientras su mente iba a mil por hora.
De inmediato, llegó a la conclusión de que quizás él se había acostado con alguien la noche anterior, pero no tenía idea de quién era.
"Y-yo...".
"Entra primero", la instó él, aunque suavizando su tono al recordar la clara mancha de sangre en sus sábanas.
Eleanor podría saltar de alegría en ese instante, pero reprimió sus verdaderos sentimientos y lo siguió tímidamente al interior de la habitación.
"Anoche dijiste que habías venido a la habitación equivocada".
Recostándose en el sofá, Brian le lanzó una mirada casual a Eleanor.
A pesar de que su recuerdo de la noche anterior era un poco confuso, lo que sí recordaba claramente era que la mujer era virgen.
Si ella no era la que lo había drogado, eso significaba que ella también fue víctima de la trampa.
"Así es. Ayer tenía una cita con el director, John Cohen, para una audición. Entré en su habitación solo por accidente", respondió por fin Eleanor, bajando los ojos para ocultar su emoción.
Brian se quedó en silencio por unos segundos antes de preguntar: "¿Qué tipo de compensación quieres?".
Ella levantó la cabeza de golpe. "No, gracias. Quiero decir, ambos somos adultos, y no quiero darle gran importancia al incidente de anoche".
Brian era prácticamente el hombre más poderoso de la ciudad, y el tipo de persona que podía conseguir lo que quisiera.
Para alguien como él, quien de seguro se había acostado con una horda de mujeres, ¿una noche con una extraña de verdad contaba?
Si pidiera algún tipo de compensación, probablemente él pensaría mal de ella.
"Eres de Entretenimiento Starine, ¿verdad? ¿Qué tal esto? Voy a hacer que siempre recibas los mejores recursos, así como también los proyectos más prometedores. Te puedo convertir en una celebridad de primera dentro de un año", ofreció Brian con indiferencia.
Esta vez, Eleanor no pudo ocultar el brillo en sus ojos, pero de todos modos, mantuvo la compostura. "Gracias, señor".
"Ya puedes irte".
Ella había permanecido tranquila todo ese rato, y él no pudo evitar admirarla por eso.
"Entiendo", pronunció ella, y apretó los labios para evitar sonreír de oreja a oreja. Luego se dio la vuelta y se dirigió a la puerta.
"¡Espera!", exclamó él, con lo que ella casi dejó de respirar.
Dándose de nuevo la vuelta lentamente, encontró a Brian sosteniendo un hermoso colgante de jade. Él lo había encontrado en el suelo antes, al otro lado de la cama.
"¿Esto es tuyo?".