Un poco aturdida, Rosalynn se quedó mirando fijamente a Brian.
Y es que el hecho de que él la hubiera llamado por su nombre en ese momento, era como si quisiera que todos supieran que ellos se conocían bien.
Además, su tono transmitía que la apoyaba, y que era mejor que nadie planeara causarle problemas, o él se ocuparía de ellos.
Descartando al instante este pensamiento, y sin detenerse más a pensar, ella recuperó la compostura y rápidamente ayudó a Maggie a salir del salón.
La chica no podía caminar con firmeza, y su visión estaba borrosa debido a los efectos del vino.
"Oye, ¿estás bien? ¿Cómo te sientes?", consultó Rosalynn con preocupación.