Pasada media hora, Rosalynn llegó al club Royarid, la discoteca más famosa de toda Wragos, un lugar frecuentado por las personas ricas y poderosas de la ciudad.
Adentro, una música ensordecedora sonaba en el primer piso, donde la gente bailaba bajo las luces deslumbrantes del salón con sus cuerpos sudorosos balanceándose de un lado al otro.
Abriéndose paso hasta el segundo piso, los tacones altos de la chica resonaban en el suelo de baldosas. Una vez arriba, se acercó a una mesa que daba a la pista de baile y le dio unas palmaditas a la mujer que ya estaba sentada allí.
"Karina", la saludó.
Karina Glyn, su mejor amiga, era una joven muy bonita que tenía una personalidad entrañable.
"¡Aquí estás, cariño! ¡Déjame darte un beso!", la abrazó Karina con calidez, plantándole un sonoro beso en la mejilla.
Riéndose, Rosalynn tomó asiento y se sirvió una copa de vino.
"¡Amiga, ese tipo debe ser un tonto! ¿Cómo podría ignorar a una mujer tan hermosa y talentosa como tú para salir con todas esas zorras baratas cuyos rostros se ven todos iguales?", se quejó Karina, chocando su copa con la de Rosalynn.
Tomando un sorbo, esta última respondió: "Pues sí, es un idiota".
Por lo que sabía, Brian pensaba que ella era una ignorante sin gracia alguna.
¡Ja! ¡No tenía idea de lo que se estaba perdiendo!
"¡Bah! ¡Olvidémonos de ese imbécil! ¡No es que tengas escasez de admiradores!".
"¡Jajaja! Ahora que estás divorciada, tienes que experimentar la sensación de acostarte con un hombre. Oh, estoy segura de que la gente se reiría de ti si supiera que eres virgen todavía. Pero no importa, considérate afortunada porque tengo una lista completa de chicos guapos que puedo presentarte. Dime, ¿cómo te gustan? Te juntaré con alguien esta noche".
Boquiabierta, Rosalynn miró a su amiga sorprendida y sin palabras.
¿Por qué Karina estaba tan preocupada por su vida sexual?
"Lo siento, pero no estoy interesada. A partir de ahora, me centraré únicamente en mi carrera, nada más. Vamos, solo bebamos y disfrutemos de la noche, ¿de acuerdo?".
"Bien, bien, hazlo a tu manera. Dicen que las mujeres profesionales son las más atractivas en estos días. Tranquila, querida, tú y yo podemos hacernos compañía hasta que seamos unas viejitas arrugadas".
"¡Oh, por favor, perdóname! ¡No quiero que tu interminable lista de amantes apunte hacia mí!".
Con eso, las dos se echaron a reír.
Sintiéndose a gusto, las chicas pasaron la siguiente hora bebiendo mientras se ponían al día, y sin darse cuenta habían tomado mucho más allá de su límite.
En ese instante, Karina persuadió a Rosalynn para que la acompañara a la pista de baile, pero como la recién divorciada necesitaba usar el baño, dejó que su amiga fuera primero.
Para su decepción, un letrero colgado en la puerta del baño decía que las instalaciones estaban en reparación, por lo que no tenía más remedio que subir al del tercer piso.
El mencionado tercer piso era solo de salas VIP reservadas para clientes valiosos.
Era el área más lujosa y exclusiva de todo el club. El piso de madera estaba cubierto con una alfombra gruesa y exuberante que silenciaba los pasos de Rosalynn, cuya cabeza ya estaba zumbando por el alcohol, al punto de que su visión se volvió borrosa. De repente, sus piernas se convirtieron en gelatina y poco a poco se fue derrumbando, hasta que terminó apoyándose contra la puerta de una de las habitaciones privadas.
Dado que su peso la abrió, de pronto se vio dentro de la oscura y silenciosa sala, en donde solo se escuchaba el leve sonido del agua corriendo, proveniente de un pequeño dormitorio.
Allí, haciendo acopio del ingenio que le quedaba, Rosalynn se levantó del suelo y se volteó hacia la puerta, pero justo en ese momento, apareció un hombre que la agarró por detrás y la inmovilizó contra la pared.
"¿Quién eres? ¿Cómo te atreves a tenderme una trampa?", espetó furioso, incluso a través del denso dejo de deseo en su tono.
Apenas Rosalynn hizo contacto con la pared, algo parecido a la razón volvió a ella, y sus sentidos se aclararon.
¡El hombre era Brian!
"¡Yo no hice nada!", exclamó ella.
"Entonces, ¿cómo entraste aquí?".
A esas alturas la respiración de Brian sonaba pesada; era como si estuviera luchando por contener sus emociones.
"Yo... Me tropecé y me equivoqué... Suéltame... Mmm...".
¡Lo siguiente que supo Rosalynn era que él la estaba besando! Asombrada, ella trató de apartarlo golpeando violentamente contra su pecho.
"Échame una mano, ¿sí? Me aseguraré de pagarte bien", declaró él.
Con el pasar de los minutos, Rosalynn dejó de luchar, pensando en que de todas las bromas crueles del universo, jamás se habría imaginado que se acostaría con Brian el mismo día en el que acordaron divorciarse.
A la mañana siguiente, la joven se despertó sintiéndose adolorida por todas partes, lo que era de esperarse considerando la loca noche que acababa de pasar.
La suave brisa sopló que a través de la ventana onduló las persianas, y un fino rayo de luz cayó sobre el rostro dormido de Brian. ¡Se veía tan guapo y pacífico en ese estado!
En silencio, Rosalynn lo observó fijamente durante unos segundos antes de salir de la cama para estirarse.
Seguía sin poder creerse que había tenido relaciones sexuales con el hombre al que le exigió el divorcio hacía tan solo unas horas.
Conociendo a Brian, sabía que supondría que todo eso era parte de un plan para mantenerlo atado a ella.
Y definitivamente, Rosalynn odiaría que él pensara de esa manera.
Por eso, apretó los dientes por el dolor, se volvió a poner la ropa lo más rápido que pudo y salió de la habitación sin hacer ruido.
Unos segundos después, la puerta de la habitación al otro lado del pasillo también se abrió.