"Toma asiento", dijo Brian, desabrochándose la chaqueta del traje mientras se dejaba caer en el sofá.
Mirando a Rosalynn, notó que la chica tenía un rostro hermoso; ojos grandes, una nariz respingona y labios carnosos. Sus delicados y adorables rasgos combinaban a la perfección con su piel tersa.
Ni de casualidad se le habría ocurrido que la renombrada diseñadora Rose resultara ser tan joven y bonita. ¡Y también era una fiera!
Recordando el encontronazo del día anterior, los ojos de Brian se entrecerraron.
De repente, tuvo una inexplicable sensación de familiaridad con Rosalynn.
Acto seguido, cayó en cuenta de que su esposa también se llamaba así.
En ese instante, la imagen de una chica tranquila con lentes de montura gruesa sobre sus mejillas llenas de granos brilló en su mente.
"¿Qué puedo hacer por usted, señor Hughes?", preguntó la joven, apenas resistiendo el instinto de moverse bajo su intensa mirada.
Definitivamente el destino era cruel.
Ella había estado casada con ese hombre al que nunca había visto en dos años, pero ahora que se estaban divorciando, aparecía en cada esquina.
¿Qué demonios estaba pasando?
"¿Tú eres Rose?", preguntó él.
"Así es".
"Vaya, no es de extrañar que fueras tan altiva ayer", lanzó Brian con una sonrisa.
"Me halaga, pero ambos sabemos que mi arrogancia no es nada comparada con la suya".
Si Brian quería ser sarcástico, era justo que ella le devolviera el favor.
La chica se negaba a perder una disputa, incluso si solo fuera verbal.
Poniéndose serio, el hombre comentó: "Por favor, préstale mucha atención al proyecto que se te asignó. No quiero despertarme y darme cuenta de que he cometido un error y que eres incapaz de estar a la altura de tu reputación".
Molesta, Rosalynn replicó: "Con el debido respeto, el diseño es todo lo que sé. No asumiré ninguna otra responsabilidad aparte de esa".
Eso era cierto, pues de lo contrario, no habría dejado que Keegan administrara el estudio durante los últimos dos años.
"Me temo que la elección no es tuya", respondió Brian con frialdad.
Sintiendo que se veía obligada a hacer algo que no quería, la joven preguntó:
"¿Esto es en represalia por lo que pasó ayer?".
"¿Tú qué crees?", contestó Brian levantando una ceja.
Eso era todo lo que Rosalynn necesitaba para estar segura de que su suposición era correcta.
"Bueno, espero que trabajes duro. Siéntete libre de acudir a mí si hay algo que necesites. Y si te va bien en este proyecto, no interferiré en los asuntos del estudio en el futuro".
Al ver la expresión hosca de Rosalynn, antes de darse cuenta, Brian suavizó su tono.
Si bien él había hecho esos arreglos para vengarse de ella, también era para ayudarla a desarrollar sus talentos y aprovecharlos al máximo.
"S.W es solo una pequeña empresa. ¿Por qué la compró?", preguntó ella con curiosidad.
"Por ti".
Esas dos simples palabras golpearon a Rosalynn con la fuerza de una tormenta; de hecho, por un segundo casi pensó que Brian le estaba declarando su amor.
¡Ese sinvergüenza era muy consciente de sus encantos y no tenía reparos en usarlos para su beneficio!
Tratando de calmarse, Rosalynn sabía que en realidad él estaba detrás de Rose porque quería usarla para monopolizar el mercado.
"¿Eso es todo? Me gustaría irme ya", expuso ella, quien sin esperar respuesta, se levantó y enfiló hacia la puerta.
"Espera, llévate esto contigo", la detuvo Brian, entregándole una carpeta.
Dándose media vuelta, la chica se dirigió al escritorio para tomarla, pero sus torpes pies tropezaron y la enviaron a toda velocidad directo a los brazos del hombre.
Enseguida, su sutil aroma flotó hasta la nariz de Brian, quien entrecerró los ojos con sospecha.
Ese olor...
En cuanto a Rosalynn, rápidamente se puso de pie con la cara roja como un tomate. "Oh, Dios mío, lo siento mucho. Por favor, discúlpeme. Bueno, me voy".
"¡Espera! Una consulta, ¿dónde estabas anteanoche?".
Su olor no solo le era familiar, sino que también era increíblemente agradable.
También tenía que tomar en cuenta que sus instintos rara vez se equivocaban, y le decían que esa mujer frente a él era con quien realmente había pasado la noche en el club.