Suspiré cuando vi cerrada la puerta de su estudio. Sé que está dentro, pero no tengo planes de preguntarle por qué no fue a trabajar hoy.
"Miau", escuché maullar a Pussy.
Una amplia sonrisa se dibujó al instante en mis labios cuando la vi en el salón. Caminé hacia ella y la cargué en mis brazos.
"Pussy, voy a nadar, ¿quieres venir conmigo a la piscina?".
Le pregunté frotando su cabeza y ella se apoyó en mi mano. Luego subí las escaleras y la llevé a mi habitación.
La puse encima de la cama, pero ella saltó y me siguió al interior del vestidor.
"Mmm… me has echado mucho de menos, ¿eh?". Sonreí mientras agarraba mi traje de baño enterizo que estaba dentro del cajón y también me pertreché de una toalla y una bata nueva.