an encantados con las gitanas. Pero, no se acercaron. Nadie se atrevería. Solo se decían obscenidades en voz baja cuando veían a las mujeres bailar bellamente con sus pirue
ló para que no se quedara con Yago, como todos querían a Yago
cia arriba para liberar los movimientos de sus rodillas y eso la hacía demasiado sexy a los ojos de los hombres. En la cesta que estaba en el suelo cerca del público siempre caían monedas cuando bailaban. Era el prem
ismo, el destino viene
unción. Unos vendían verduras, otros flores y otros suerte. Y a Sara le gustaba vender su frut
na mujer de 40 años aún hermosa y fresca, la llamó. La señora Alba siempre decía
ese día de lectura. Un presen
aba la vela del altar. Rápidamente recogió su falda y se puso a secar y ordenar. Entre carcajadas como
... hoy es mi día
quédate quieta, tu luz hoy es tan in
imo armoniosos, su madre observaba, obser
camino, hija mía, pero hoy hay algo
lo desconocido que estaba frente
flejo, tu vida puede cambiar. Pero no me dice si es bueno o malo. Tengo un sentimiento de
obre su corazón. Lo cual fue demasia
malo. Cuidado Sara, cuidado. Cuando volvamos, nos vamos a dar un baño de energía, y
go ve a divertirte, amas es
ó de la preocupación de tanta alegría de que la fiesta fuera afuera. Desp
ro se fue aunque solo fuera por compañía. Y envió a Pablo para que la acompañara. Era un niño, todavía un niño. No
solo en el puente Carlos y no desaparezcas
gente y distante con los hombres, no te dejaría. A
os y hermanas. Pero en el fondo lo eran. Después de todo, primos y educados juntos, eran todos hermanos de c
mpraron, mordieron la fruta frente a ellos, mirando a Sara como si estuviera mordiendo parte de su cuerpo en una deliciosa degustación de s
zó a abanicarse frenéticamente. Cuando de repente vio a una niña aparentemente sola con su
do su rostro. Ella como en una broma hizo lo mismo. Y ambos se acercaron y empezaron a hablar
n de forma extraña y se miraron fijamente durante uno
preocupada por la indebida acción de detenerse allí en el puente,
sa, elija la fruta,
. Y en ese momento de ilegalidad de estar en la calle, acordaron que sería mejor
uvo su fruto. Y se escapó con su criada. Pero lueg
conocerte más. Me
ora, no
a las 3 pm en los jardines de la propiedad. En nuestro escondite. Ayúda
a en una eufori
acordado, les diré a mis padres que estoy mejor y en la tarde tomaré l
s por miedo a quedarse allí que por ayudar en aquel absurdo encuentro.
un gesto discreto para que se acercar
es volvió con la cara sonr
lla aceptó. Ella ace
nunca había celebrado podría ser parte de una aventura de su
No sé creo que es viva Santa Sara kali. Lo que
ena, vámonos, ya teng
zena, que el 24 de mayo cambiaría