ÍTU
arata y perniciosa que de vez en cuando la obligaba a recorrer limpiando fantasmas en una atmósfera distante e insomne. Un trastorno de i
nos recuerdos tupidos y negros que literalmente la enloquecían, se odiaba en lágrimas imposibles de sostener o temblaba en sus débiles piernas de niña esperando su turno para ser rozada en una memoria. En otras oportunidad
fue. No la extrañaba, escaseaban recuerdos felices y dolorosos con ella, pero sí, se había preguntado si de verdad tuvieron mejor sabor en algún momento o siempre les vio la cara de sirvie
te era más excitante que los caracteres femeninos del sujeto, que para su padre el asunto había sido así. Esta proeza no la aliviaba. Si a veces se convencía o fingía conve
al delito, eso debido a que Europa presionaba al estado por cada horizonte y varios puestos corrían riesgo. Recogieron algunos datos para simular que los usarían en sus investigaciones; no sucedería. Si se esforzaban con esta infante demostrarían que no era imposible encontrar por lo me
*
encito de esta descendencia sea acusado de robo siendo honrado, que a los niños de las calles se los someta a regímenes de incomunicación y que las niñas y adolescentes reciban electricidad en la vagina para arruinar sus futuros matrimonios, sufran abusos sexuales en las jefaturas y posteriormente sean asesinadas por uno de sus herm
sta comunidad indefinida a quien han robado su territorio ganado con valentía, les parezca o no. Para quitárselo los han acusado de pertenecer a la fuerza popular de Abdullah Öcalan; al PKK (Partido de los trabajadores de Kurdistán). En gran parte es cierto, eso es lo que molesta al gobierno y todo lo que en él se incluye. En el fondo, Tu
de distinguir la calidad de su lengua y cualquiera de sus variantes kurdistanianas. ¡Sí! Turquía no comprende su kurmanji ni su zaza. Irak desconoce las vocales del sorani. En cuanto a Irán asegura no haber escuchado que el sorani y el kurmani son lenguas kurdas. Los indoiranios del
*
ó a Gizem a acabar soportando un dolor mortal y moral y provocando que sus pedazos se rompieran a pedazos. Esa tremenda tragedia m
asesinos y asesinados y que ella era especial. En su presente se apoyaba en toda clase de lástimas pronunciadas con optimismo para aceptar el
de esforzarse por ser una. Ya nunca estaría en capacidad de cumplir. No cambió porque fuera débil; Befrin y G
miradas de perla de papel se perdían en su presente virginidad y en un lado de la calle donde posiblemente nada extraordinario sucedía. El descuido imposibilitaba el gran encanto de la imagen e impedía ser certera y profunda. Las niñas aparecían con la ropa manchada por algún evento y poco cubiertas, resplandecía en sus mejillas un orgullo hilarante, de es