"Maggie quiere quince mil al mes. Creo que es demasiado dinero para nosotros".
"Eso será fácil de resolver. La despediremos y tú te quedarás en casa para cuidar al abuelo. Por cierto, mañana por la mañana tendrá un chequeo médico, y necesita que alguien lo acompañe al hospital. Yo estaré ocupado a esa hora. Tómate el día y acompáñalo al hospital".
"No puedo. Mañana yo también estaré ocupada".
"Rhonda, la razón principal por la que me casé contigo fue para que cuidaras de mi abuelo. Si no puedes hacer eso, ¿cuál es el propósito de nuestro matrimonio?".
La chica trató de explicar su situación:
"Pronto operarán a mi abuela, así que tendré que quedarme en el hospital con ella. Después de la cirugía, renunciaré a mi empleo y me quedaré en casa para cuidar al abuelo. Lo prometo".
"Yo puedo esperar, pero él no", espetó Eliam mirando a la chica con frialdad y con una evidente expresión de ira en el rostro.
Inmediatamente después agregó: "No seas tan egoísta. Solo piensas en cuidar a tu abuela. Pero, ¿y mi abuelo? ¿Qué fue lo que me prometiste cuando nos casamos?".
"Así es. Debió haberlo pensado dos veces antes de aceptar los quinientos mil. Como dio su palabra, tiene que cumplir", dijo Maggie, echándole más leña al fuego.