agosto
. Ambos parecen tener un duelo de miradas, ninguno parpadea. El co
de burla—. ¡Ja! Es obvio que no tien
í, esto lo planeé e
nca muy pulcra, demasiado para estar en alta mar; encima lleva un gabán azul marino, se nota que la tela es muy fina, en las solapas lo decoran una hilera de botones dorados. El homb
la vuelta y apuntar directamente al navío del rey. Sus hombres saben que, si ella es
atherine Riley, en nombre de la corona y el rey Julius II
scutir, porque enseguida se escucha el sonido de los cañones reventando. La primera bala impacta el barco del rey y los oficiales se tambalean, algunos pierden
ñones también! —g
la ata al mástil; mientras tanto, los cañones siguen resonando de ambos lados, algunas balas caen al mar, y otras dan en el barco. Los gritos de los hombres son ensordecedores. La capitana corta la soga con más ahí
la espada, no se ha dado cuenta de
r aquí y ah
, quien vuelve a tambalearse por otro impacto de la bala de cañón. Esta ha dado en el mástil principal del barco. La madera cruje y cede ante la pre
iene atadas las manos, y el cuchillo se le resbala. Ella y Arden caen de bruce
a se gira y logra esquivarlo. Busca el cuchillo que se le ha caído y logra divisarlo. Se lanza con todo su cuerpo para alcanzarlo, se desliza
momento, podría morir ahogada con ese barco. Varios de los oficiales s
punto de correr hacia Arden, la espada del comodoro roza su rostro, t
e crees
eda más opción que arrojarle el cuchil
el seguro que la contiene. Le apun
por unos segundos. Catherine aprovecha la situación y dispara, pero un nuevo ataque de los ca
el comodoro ha quedado debajo de una gran viga de madera y lucha por moverla sin éxito. Sonríe al verlo allí tan indefenso. Su peluca se ha caído y ahora puede ver el verdadero cabello del hombre. Si ya se veía guapo de esa forma,
a se ha incendiado y ya no queda un marino más en ese barco. Vuelve a mirar al comodoro, bien podría deja
ienza a llenar el barco, no les queda mucho tiempo. Catherine hace un esfuerzo por aplicar la mayor fuerza q
ue está empapado en agua de mar. Se arrastra
piedad. No se volverá a repetir. —La mujer le hace una venia y
o. Su tripulación le lanza un par de sogas y la ayudan a su
cuando ella pisa cubierta—. M
e quedan en silencio hasta que ella suelta
r nada cuando vimos a los ofic
correcto. No podías dejar que se apod
na trampa para captura
regunta Cooke, quien se había acerc
lo —contesta ella c
solo de palabra, pues, luego de tantos años viviendo ahí, y de ver ir y venir a tantos piratas, le era imposibl
eza y, por respeto, guar
lo que amaban, y en el mar. Su descanso será eterno. —Catherine hace una venia al océano mismo, y los
sucede
staba mandando a la captura del comodoro, eso qui
isla ya mismo —dice Hein
y lo apega contra su cuerpo, sujeta su rostro entre sus manos y lo besa con pasión e i
pada por ti —susur
ino, no me pasar
ara mí en el campo de batalla. S
y comienza a limpiar las heridas de su rostro con mucho cuidado. Arden cierra los ojos y lueg
asa, seguirás
or él. Arden se había convertido en todo lo que alguna vez soñó. Siente una punzada de dolor en su pecho solo de imaginar que
eramente desnudos. Catherine está debajo del pirata, él entreabre sus piernas y se coloca sobre ella. La pelirroja cierra los ojos y siente como Arden comienza a regar besos húmedos por su piel. Besa su cuello y baja hasta su pecho, con una de sus manos acaricia una de las tetas de la
leo y tensa las piernas en respuesta. Los ágiles dedos del pirata se introducen en ella; con el pulgar, traza círculos delicados en su botón de placer. La mujer emite un gemido más fuerte y busca con desespero apegar el cuerpo del hombre a
mido de placer. Empieza a mover sus caderas con más intensidad, Arden busca entrelazar sus manos con las de Catherine, las sube por encima de su c
*
ro, pero por alguna razón, no puede dejar de pensar en él desde que lo dejó a su suerte en el ba
que le corresponde por ley pirata. Quiere ir de inmediato a hablar con el consejo de la cofradía de Birr
rmir un rato? —sugiere mientr
a Dios que sea quien pienso que es. Así tendré una excusa para al fin
ndo en Portg
sino podría
pero ¿de verdad lo
rección a la gran casona de la cofradía. Un lugar donde se reúnen
sino también de su puesto en la cofradía. Esos piratas solo estaban ahí para llevar un poco el orden e
bal, pues los demás jefes piratas todavía no la habían aceptado como l
pera —ins
ue quieras conocer a mi padre —bromea. El chico
escansar. Si quieres, con
o esté diciendo en serio. Arden le extiende la mano,
, pero so